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El afterparty de José Jurado

Obra de José Jurado para la exposición "Resaca Nacional"

Cuando la fiesta acaba, queda la realidad desnuda del hombre frente a sí mismo, una vez que los mitos y los símbolos han desaparecido. Una vez que el misterio del ritual socializador concluye, se muestra la auténtica verdad antropológica del animal que nos habita. La desolación de un paisaje sin habitantes, como arrasado tras el ruido y la furia, donde solo muestras inertes de lo que fue barbarie responden sobre nuestra propia condición de depredadores y se expresan emocionalmente como catalizadores de la decadencia de nuestro linaje. El botellón se ha convertido en un fenómeno de masas de alcance etnográfico y la fina intuición de José Jurado ha sabido captar por primera vez el componente artístico que subyace bajo una convocatoria que enlaza con los rituales báquicos de la antigüedad, pero sin más conexión religiosa ahora que el puro carpe diem entendido al modo posmoderno del siglo XXI.

Del 29 de septiembre al 29 de noviembre se va a exponer en el Espacio Iniciarte Córdoba la muestra "Resaca Nacional", con la que el artista villaduqueño José Jurado reflexiona sobre la juventud española actual, sus formas de ocio y su búsqueda de identidad colectiva a través de una interpretación contemporánea de los bodegones de la pintura clásica. En el catálogo que se ha editado con motivo de la exposición, el profesor Ángel Aterido vincula la obra de Jurado con las naturalezas muertas de Willen Heda, Pieter Claesz, Jan Davidzs de Heem y otros pintores holandeses que allá por el siglo XVII gustaron de representar en sus obras "el desorden de copas vacías volcadas, de migajas caídas de platos semiamontonados, de restos del banquete esparcidos sobre la mesa... silencio y un galimatías de objetos". La contemplación de la basura que sobrevive al festín se eleva a categoría artística cuando un marco dorado de inspiración barroca encuadra la estampa y la dota de un significado que trasciende su banal naturaleza cotidiana y pasajera. En los bodegones del botellón de José Jurado existe una tensión dialógica que invita a intentar comprender el porqué de lo que con frecuencia solo se contempla con desprecio. Tras la botella semivacía de Ballantine's y el plástico de la Coca-Cola de dos litros se esconde un testigo de la globalización de usos y costumbres que ha permitido tomar instantáneas semejantes a la vez en grandes ciudades como Madrid y en pequeñas poblaciones de La Mancha, borrando de un plumazo las fronteras cada vez más difusas entre el cosmopolitismo urbano y el bucolismo rural. La muchedumbre anónima alcoholizada se convierte, además, en el referente de una sociedad adormecida que, como los lotófagos homéricos, ingiere su manjar mitológico para olvidar. O quizás, sencillamente, para soportar la vida que les ha tocado vivir. La vida que nos ha tocado vivir.

3 comentarios :

Anónimo | jueves, septiembre 24, 2015 9:46:00 a. m.

Bienvenido Solienses. Se te echaba de menos.

Anónimo | domingo, septiembre 27, 2015 7:24:00 p. m.

Indudablemente Jose Jurado es un artista

Anónimo | lunes, septiembre 28, 2015 2:32:00 p. m.

Un artistas y grande. Impresionante. Siempre me he preguntado como se puede pintar el color del cristal de las botellas cuando éste es transparente y no tiene color. José Jurado lo borda. Es como pintar el agua pura que no tiene color y los artistas la pintan. No me lo explico.

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