Unas obras cambiarán la fisonomía de la iglesia del Carmen de Cardeña
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Obras de restauración y pintura en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Cardeña [Foto: Facebook de la parroquia].
Hace unos días leí en algunos medios de comunicación una información distribuida por la Diócesis de Córdoba en torno al comienzo de unas obras de mejora de los exteriores de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Cardeña. La actuación consistirá concretamente "en el pintado de cornisas, molduras y tejas en color gris, eliminando así su color albero actual, para cumplir de esta manera con las condiciones estéticas y de composición de la ordenanza municipal de urbanismo. Asimismo, se pintará la fachada, los marcos, vidrieras, la puerta de acceso al templo, el cancel de entrada y la puerta de la cochera, y además, se limpiarán las tachuelas de la puerta de metal y se le realizará un saneamiento en el cuerpo del campanario para después pintarlo".
El coste de la obra, que asciende a 47.492,50 € será sufragado por la propia parroquia, que está recibiendo para ello donaciones de los fieles, con la colaboración del Obispado de Córdoba y el Ayuntamiento de Cardeña. El proyecto está siendo ejecutado por la empresa “Construcciones Fernández y Villa, S.L.” y se prevé que los trabajos tengan una duración de dos meses.
- La modificación de color en la fachada supone una alteración significativa de la obra artística original.
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Iglesia de San José y Espíritu Santo en Córdoba, cuya fachada fue restaurada por Sáenz de Santamaría.
He intentado encontrar la ordenanza sobre el urbanismo de Cardeña a la que alude la Diócesis para justificar el cambio de pintura de color albero al "gris perla" en cornisas, molduras y zócalos, lo que sin duda supondrá un impactante cambio de imagen del monumento. El documento, sin embargo, no aparece en la sección de urbanismo del Portal de Transparencia de la web del Ayuntamiento de Cardeña, ni en ningún otro lugar. Pero no deja de sorprender que una normativa urbanística municipal exija una alteración estética y ornamental tan radical en un edificio de carácter histórico y artístico en la localidad. Es verdad que el color albero no resulta especialmente característico de la comarca de Los Pedroches, más inclinada a la austeridad de la piedra o al encalado blanco, pero no faltan edificios que lo contienen de forma muy vistosa, entre ellos la cercana iglesia de Santa Ana de Conquista, obra del mismo arquitecto, pero también la iglesia de San José en Azuel y hasta algunas molduras aisladas en la parroquia de San Miguel de Villanueva de Córdoba o en la portada de la Umbría de la Catedral de la Sierra en Hinojosa del Duque. Pero, por encima de estos paralelos, parece que se trata de un rasgo estilístico definitorio del autor, que lo impuso tanto en edificios públicos como privados y cuya modificación arbitraria afectaría, sin duda, a la integridad autoral y creativa de la obra.
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Iglesia de Santa Ana de Conquista, del mismo arquitecto [Foto: Solienses].
La polémica actuación no reviste excesiva gravedad, al ser fácilmente reversible, pero pone una vez más de relieve la escasa delicadeza que en temas artísticos y arquitectónicos suelen demostrar las instituciones en las obras realizadas en los edificios públicos, religiosos o civiles, llevando a cabo actuaciones que obedecen con frecuencia al capricho del gobernante de turno o a la búsqueda de una uniformidad estética mal entendida como un valor cultural. O, en otros casos, a un desconocimiento de la realidad artística e histórica que subyace bajo cada elemento que compone el conjunto de una construcción. Precisamente Cardeña tenía en el singular color de su parroquia un valor definitorio y distintivo, que ahora va a perder por una ordenanza municipal que busca, al parecer, la homogeneidad por encima de la diversidad.
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Iglesia de San Vicente Ferrer en el barrio de Cañero en Córdoba, obra también de Sáenz de Santamaría [Foto: Cordopolis].
7 comentarios :
El albero (o su color) para las gentes de Los Alcores sevillanos, la Campiña, el piso de las Plazas de Toros.....
Vaya ocurrencia amarillenta, aunque partiera de un intelectual, introducir en aquellos tiempos tal aberración paisajista en una comarca eminentemente granítica y de cal como es la de Los Pedroches.
Siempre he detestado ese color amarillo en edificios de Los Pedroches, no en otros lugares por su contexto.
¡¡Con lo preciosas que son las fachadas de Añora y de otros pueblos pedrocheños, los fustes de sus torres, edificios históricos emblemáticos......!!, en fin, maravillas que tenemos y quizás no sepamos apreciar en toda su dimensión por transcurrir nuestra vida cotidiana alrededor de ellas.
Lo que acaso pudiera sucedernos es que al estar acostumbrados a una determinada visión paisajista, un cambio nos produzca un impacto visual raro, pero si es acorde con el entorno, tanto urbano como natural, no creo que tal impacto perdure en el tiempo. Para mí, en Los Pedroches, el amarillo "no pega ni con cerilla ni con cerote".
Lo nuestro es la cal y el granito (o su color), defendámoslo.
Igual estoy errado, pero es mi modesta y humilde opinión, tan respetable como cualquier otra aunque sea contrapuesta a la mía.
Por lo menos se la pagan ellos y no la administración. Algo vamos ganando.
Será porque el amarillo es el color del Vaticano y las diócesis lo inyectaron hasta en la sopa.
Velar por el mantenimiento de la disciplina urbanística no es fácil para los pequeños ayuntamientos que difícilmente se pueden dotar de profesionales para este menester. Afortunadamente y a nivel supramunicipal los ayuntamientos cuentan con el apoyo de un extraordinario equipo de profesionales formado por arquitectos e ingenieros entre otros que informan de las licencias urbanísticas que se solicitan a cada ayuntamiento para así velar por el cumplimiento reglamentario en materia urbanística (SAU). Es por esto que la obra que aquí se expone es seguro que se adapta a la reglamentación vigente y nada se puede objetar. Otra cosa es el pataleo que expresan algunos cada vez que trata de un tema relacionado con la Iglesia católica. SALUD Y REPUBLICA.
Caramba, el SyR está en todas partes como Dios.
¿No será un dios, con minúscula?.
A lo mejor sus idólatras lo adoran.
El de la Salud viene huyendo de los dos chicharitos que le han enchufado por toda la escuadra los futboleros en la anterior entrada de PeterFont y busca aquí seguir con su REPÚBLICAvirus, ahora que le están ganando los CORONAvirus por 2 a 0 goles.
Solo había que conocer la obra de este arquitecto, sus características y el por qué del color ocre en estas construcciones, antes de tomar la brocha y acabar con todo. Que nos guste más o menos cómo era, es otra historia. El Patrimonio ha de estar a salvo de ideas políticas y hay que documentarse bien antes de cambiar un rasgo tan distintivo, sin consultar a ningún experto en Historia del Arte. Felicidades por el artículo, resume muy bien la obra de Saénz de Santamaría y comparto cada punto. Ya tenemos la iglesia con su nueva apariencia, hemos perdido la seña de identidad del patrimonio que atesora Cardeña, pero parece importar poco. Un saludo.
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