El domingo pasado la Plataforma ciudadana "Unidos por el agua" convocó un encuentro festivo en Alcaracejos con el objetivo de reivindicar un futuro mejor para la zona norte de Córdoba tras todo un año sin agua potable. La jornada incluyó rutas de ciclismo y de senderismo entre Alcaracejos y Villanueva del Duque. En la plaza del ayuntamiento se dio lectura a una carta dirigida a la población de Los Pedroches y del Guadiato elaborada por el escritor villaduqueño Alejandro López Andrada, que reproducimos a continuación. Finalmente fueron protagonistas la música y el baile, con las actuaciones de los grupos folclóricos "Los jarales” y “Alcaria” y la banda de rock “Vintage”.
CARTA A MIS PAISANOS DEL NORTE DE CÓRDOBAAlejandro López AndradaQueridos amigos, paisanos y vecinos de los Pedroches y el Guadiato, tras el largo periodo que hemos venido soportando la falta de agua potable en nuestras casas, unos meses teñidos de penalidades, hoy, en este día espléndido de abril, un mes obsequioso con nuestra tierra y nuestros campos, debemos sacar fulgor de la penumbra, y sentirnos más fuertes y más unidos que nunca para exigir y reivindicar en voz alta y firme que el norte de nuestra provincia cordobesa debe ser escuchado y atendido en sus demandas. Estamos viviendo una época difícil. Ha sido un año larguísimo y terrible viendo cómo brotaba agua tóxica del grifo, teniendo que ir a buscar agua potable de un camión cisterna, la insólita imagen de una cuba somnolienta que nos retrotrae a más de medio siglo atrás, a los años de posguerra, cuando nuestras casas aún carecían del líquido elemento y la gente iba a diario, y en peregrinación, a las fuentes y los pozos próximos al pueblo.Durante estos meses de atrás, circunstancialmente, la imagen que ha dado el norte de Córdoba, el Guadiato y los Pedroches, pese a su voluntad, en la prensa nacional, incluso internacional, ha sido la de una zona deprimida y tercermundista, olvidada y sumida en una indiferencia injusta, amarga. El abandono y el olvido por parte de quienes debieran protegernos, nuestras autoridades a cualquier escala, venimos sufriéndolo desde hace mucho tiempo, décadas e incluso siglos en muchos casos. Pero lo que ha ocurrido en estos meses últimos roza lo trágico y grotesco. Sabemos que la sequía, debido a ese cambio climático que algunos aún siguen negando, ha sido en principio la raíz y el motivo del enorme problema de escasez de agua en muchas zonas del país; no obstante, centrándonos aquí, en nuestra magullada tierra, tienen mucha responsabilidad aquellos que no han puesto un mínimo interés, ni han luchado como era debido para revertir, o al menos enmendar, una situación verdaderamente inhumana, caótica y siniestra.A veces, cuando uno medita y reflexiona sobre la trágica y umbría realidad que estamos sufriendo en esta zona debido al tema del agua, querría imaginar que solo es fruto de una pesadilla, de un sueño terrible que va a desaparecer con la luz del alba, con el primer temblor del nuevo día en el aire azufrado de nuestras calles y nuestros campos; pero, por desgracia, no es así: nuestra zona anda sumida en una espesa oscuridad, en un abandono absoluto, insoportable, que podía y debía haber sido resuelto por parte de quienes ostentan el poder. No debemos engañarnos, y aún menos resignarnos. El agua caída como un maná del cielo no es, por desgracia, la solución definitiva. La situación aún sigue siendo grave, muy dura de afrontar, y no es hora por ello de que nadie, ningún falso profeta o héroe ridículo, se ponga medallas y venga a decirnos que, gracias a él, o al poder que su cargo representa, el problema del agua en nuestra zona ha sido resuelto. Pero no es así. Quien diga eso miente, porque la realidad, por desgracia, es bien distinta. El problema del agua aún no se ha solucionado.Yo creo que aún queda mucho por hacer, que todos los habitantes de esta zona, magullada y herida, debemos estar más unidos ahora que nunca y luchar por nuestro presente y nuestro futuro con muchísimo ánimo, con enorme dignidad, huyendo del miedo y la resignación que quizá en otro tiempo marcó nuestro carácter. No debemos por ello resignarnos nunca, sino exigir con fiereza, alzar la voz, luchar contra la marginación de nuestra tierra uniendo con fuerza nuestras inquietudes y esperanzas, exigiendo no solo un agua limpia y pura, sino más inversiones de todo tipo en industria e infraestructuras. Como dije al principio, vivimos un tiempo oscuro; pero quiero ser optimista por un momento y pido ilusión, unidad, valentía y entusiasmo para luchar y exigir lo que nos corresponde, todo lo que es nuestro y se nos niega, como ha sucedido hasta hoy con el agua potable. Unamos con ánimo nuestras voluntades exigiendo un futuro mejor para esta tierra, el norte de Córdoba, Los Pedroches y el Guadiato.
Gracias Alejandro, gracias Solienses.
ResponderEliminarA veces, consuela que, aunque sea una mínima parte, la gente que se mueve y lucha por esta comarca, sin duda son los mejores. Gentes generosas, inteligentes con mentes abiertas. Desde lejos, sigo todo lo que ocurre, y me consuela que por suerte, queden personas así.
ResponderEliminarNos van (nos están) persiguiendo, inventaran cosas para desacreditarnos, nos harán, si pueden, la vida imposible pero no vamos a abandonar, no vamos a permitir que nos olviden, que metan los proyectos en el cajón y se olviden de nuestra tierra, tan magullada, como dice Alejandro. Tiraremos pa’lante y le sacaremos los colores a los que no hagan lo que tienen que hacer para que no nos vayamos al carajo. Oído cocina?
ResponderEliminarPoca gente. Ha ido la que tiene que ir para que se celebre un evento, la necesaria porque participaba para hacer el favor a los organizadores. La que pasaba por allí. La que iba porque no había otra cosa. Poca gente, algo falla.
ResponderEliminarSociedad borreguil. Empresarios y ganaderos subvencionados, obreros subsidiados e intelectuales desaparecidos
ResponderEliminarDa igual lo que nos hagan. Solo protestarán los mismos, gente independiente vinculada a la izquierda. Salud y República
Lo que falla es el miedo y por eso va poca gente, por no señalarse, porque la gente sabe la procedencia de la mierda que llena la colada y señalar a la mano que da de comer al norte de la provincia es peligroso, por eso un partido político lleva muchos meses haciendo voto de silencio y gracias a que ha llovido porque si no las situaciones que viviríamos serían todavía más esperpénticas de las ya vividas. Una vergüenza vivir con miedo y mirando para otro lado.
ResponderEliminarSi durante todo 1 año sin agua potable no ha habido unión ni respuesta masiva, ahora con agua potable ya me dirán ustedes.
ResponderEliminarDicen que es una regla de tres matemática. Nada del otro mundo. Pero resuelvan ustedes la cuenta que yo soy de letras.
Hay que ponerse en el peor de los casos y actuar como si éste se diera: el de si no hubiera llovido esta primavera o, simplemente, anticiparnos a la situación que se vaya a dar de nuevo en dos años.
EliminarAlgunos se creen que esto está terminado cuando solo acaba de empezar. Repetimos, ya se ha publicado que para después del verano entramos nuevamente en emergencia en Andalucía.
Lo más falta que nos hace ahora son depuradoras. Grandes y potentes .
ResponderEliminarEntiendo que con Sierra Boyera a más del 70 % el problema de suministro de agua potable a la zona está solucionado ... de momento. Eso no exime la responsabilidad de evitar que siga llegando suciedad a La Colada. Lo sensato sería centrarse en hacer las obras necesarias (depuradoras, balsas, depósitos estancos, etc...) para controlar los vertidos contaminantes. La Colada no es un vertedero de pipises y cacas del ganado. Echo en falta un plan concreto que evite que La Colada sea la cenicienta de los pantanos. Entiendo que la solución pasa por la colaboración público - privada (Junta-Diputación -Ayuntamientos y ganaderos afectados) y un acuerdo político de los partidos implicados.... vamos lo que hasta ahora no se ha dado ... a ver si la lluvia actúa de pegamento y podemos decir ¡¡unidos por la lluvia!!. Ah , y no me gusta el tono victimista ... hay lugares de España que están bastante peor ... no estamos ni mas ni menos abandonados que otros pueblos, creo. Siempre hemos estado mas o menos igual. Ahorremos agua, exijamos con sensatez y unamos HONRADAMENTE nuestras fuerzas para un futuro mejor... y no olvidemos la despoblación. El problema es que las macrotendencias sociales tienden a acumular población en las grandes urbes...ahí tienen mucho que decir los poderes públicos. ¡¡ No a los gerontopueblos!!
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