María José Llergo fue profeta en su tierra
María José Llergo durante su actuación de anoche en el teatro El Silo de Pozoblanco [Foto: Rafa Sánchez].
María José Llergo (Pozoblanco, 1994) ha actuado en varios países por todo el mundo como icono de las nuevas tendencias musicales hispanas, pero anoche no estaban en el auditorio para escucharla los altos representantes de la música internacional ni de las vanguardias artísticas, sino su familia y la gente de su pueblo, ante las que María José quiso ofrecer una lección de humildad y de agradecimiento por lo que fue y lo que ha conseguido ser, abanderando la idea de que todos podemos alcanzar nuestros sueños.
El espectáculo "Ultrabelleza" que anoche presentó María José en el teatro El Silo de Pozoblanco no es seguramente el mismo que ofrece en otros auditorios de España y del resto del mundo, ni podía serlo, porque allí estaban su abuelo Pepe (del que se proyectaron unas imágenes cantando) y su sobrina Valeria, unas presencias que transformaban absolutamente la concepción del espectáculo que la artista podía ofrecer: el recuerdo de la niña que fue, correteando por las huertas y aprendiendo las canciones del abuelo, la adolescente que se enamoró e hizo amistades aún perdurables en las calles de su barrio, la joven que comenzó a actuar en pubs de su pueblo y en bodas, bautizos y comuniones. La artista quiso recordar todo esto y devolverlo con la emoción de quien regresa humildemente para entregarse como una más. Quizás por eso mismo, la actuación de Llergo en su conjunto contuvo anoche, a mi parecer, un exceso de performance emocional, absolutamente justificada desde luego por la presencia allí de su familia y de sus amigos y de su gente y de su pueblo, pero que restó probablemente cierta continuidad e intensidad a un espectáculo muy elaborado musicalmente y con un excelente planteamiento artístico y estético.
En lo estrictamente musical María José estuvo acompañada de Julio Martin (piano y sintetizadores) y Carlos Sosa (percusión y samplers), que ofrecieron un brillante acompañamiento instrumental con interpretaciones memorables de sus temas más conocidos. La voz de la artista, de una personalidad inconfundible, brilló en una noche en la que ella, sin embargo, no quiso ser la protagonista, sino que cedió ese papel a su pueblo, a Pozoblanco y a Los Pedroches, que anoche, en un teatro absolutamente abarrotado, la reconocieron definitivamente como una de las suyas y la convirtieron ya en profeta imprescindible de su tierra por todo el mundo. "Para lo que queráis, aquí estoy", dijo. Pues prepárate, María José, porque te vamos a necesitar.
2 comentarios :
"...abanderando la idea de que todos podemos alcanzar nuestros sueños".
Mucho potencial. Calidad. Humildad. Si le añade pensamiento libre es garantía de éxito. Seguro!
Mucho ánimo!!
Paco Escribano
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