Actuación del grupo de teatro de adultos, anoche en Azuel [Fotos: Solienses].
Uno pensaba que estas cosas no podían vivirse ya en Los Pedroches, donde, siendo pueblos, hemos sucumbido definitivamente a los modos de vida urbanos. Pero todo el pueblo de Azuel se reunió anoche en el teatro al aire libre del parque del Tejar para compartir la puesta en escena de
El milagro de Santa María Juana, obra que
desde hace meses venía ensayando el grupo de teatro de adultos de esta pedanía de Cardeña. Fue una ceremonia de apoyo colectivo a la iniciativa particular de unos cuantos miembros de la comunidad, que se vieron arropados ritualmente por todos los demás, porque en estas muestras de apoyo grupal, en la que no faltó la
reivindicación social por la pérdida de atención médica o educativa (los males principales que aquejan al mundo rural), es donde reside la esperanza de futuro de estas pequeñas comunidades situadas en los extremos del territorio, en la zona desconocida, en la que solo el empeño ansioso de individualidades con fuerte iniciativa son capaces de sacar a la luz su lucha por la identidad, de alzar la mano y decir, eh, que
estamos aquí y queremos seguir viviendo con los fundamentos de nuestros antepasados, con los beneficios de la sociedad contemporánea, pero fieles a unos modos tradicionales que nos identifican y nos engrandecen. En el escenario al aire libre del parque del Tejar se reunió anoche todo el pueblo de Azuel para aplaudir el teatro del grupo de adultos y luego se entregaron a una comida comunitaria compartida, allí mismo, aguardando la llegada del solsticio de verano para marcar un hito más en esta carrera de resistencia hacia el futuro, en el único pueblo de Andalucía donde la media de edad es ya superior a los sesenta años.
Casi todo el pueblo de Azuel acudió a ver la representación.
La representación tuvo todo el encanto del viejo oficio del teatro popular en nuestros pueblos, donde las actrices y actores (Amparo Olmo, Juana Redondo, Petra Redondo, Josefa Ruiz, Encarna Pizarro, Vicky Serrano, María Sánchez, Julián Robledo) son la esposa, el padre, la suegra, la madre o el marido de los espectadores, que llevan soportando en casa la representación durante semanas, pero que ahora asisten complacidos al ritual grandioso de compartir con la comunidad el esfuerzo particular, en un ejercicio de integración simbólica del que puede que ni siquiera sean conscientes quienes lo viven desde dentro y sea necesario acudir de otro lugar, ajeno a lo que allí está sucediendo, para comprenderlo cabalmente en toda su dimensión.
Yegua bicéfala, obra de José Ruiz en el parque del Tejar de Azuel.
La celebración, en una noche de truenos y relámpagos en las sierras del alrededor, se desarrolló en el lugar mágico del parque del Tejar, un espacio de arte y cultura fabricado por el artista José Ruiz, que está volcando allí su modo singular de enfrentarse a la vida y al universo, sus monstruos interiores y su interpretación del mundo rural y su mitología. Es un mundo elaborado con materiales reciclados, efímero por naturaleza, que quizás no sobreviva a su propio creador, pero mientras exista, Azuel se convierte en una entrada fastuosa para Los Pedroches, junto a la aparecida y la yegua bicéfala, un reducto de seres fantasiosos y sin embargo tan reales, tan inmortales, que pueden descubrirse allí entablando un diálogo con la naturaleza domesticada, pero también temerosos de la vegetación que avanza inexorable amenazando con cubrirlo todo y acabar con tan alta creación humana y aplastarla cualquier día bajo su capa poderosa de olvido y desmemoria.
El hombre de hojalata, obra de José Ruiz elaborada con materiales reciclados.
2 comentarios :
Grande Jose!
Grande Azuel!
Paco Escribano
Impresionante.
¡Viva el FLA!
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