De El Horcajo a Conquista por La Garganta
Hacía tiempo que queríamos hacer este recorrido (ver mapa) por el antiguo Camino Real de la Plata a través de tan polémica finca, así que, aprovechando el buen tiempo, los últimos esplendores de la primavera y un día festivo en Castilla-La Mancha, nos pusimos manos al volante (sí, ya sé que lo ideal sería a pie o en bicicleta) y, aunque temerosos por tanto como habíamos leído y escuchado sobre los riesgos de la aventura, allá que fuimos. Como suele suceder, no era para tanto. Como habíamos oído decir (y al último a Juan Bosco Castilla en su colaboración de esta semana en Los Pedroches Información) que nada más entrar a la finca de La Garganta por Conquista se te pega como una lapa un coche de vigilantes, decidimos iniciar el trayecto por El Horcajo, e hicimos bien. Durante los primeros diez kilómetros tan sólo nos cruzamos con un cervatillo que, pizpireto, dio un par de saltos justo delante de nuestro coche. El camino, eso sí, bastante necesitado de reparaciones, por decirlo suavemente, pero la contemplación del paisaje compensaba tal densidad de baches por metro cuadrado. Al llegar a las proximidades de la aldea de La Garganta encontramos a un trabajador de la finca, que nos saludó toscamente y nos indicó con amabilidad el camino, que en ciertos cruces se vuelve confuso (no vimos ningún señalizador de la dirección a Conquista, pero tampoco carteles de prohibido el paso). Nos detuvimos unos momentos a tomar una fotografía de la estación del viejo ferrocarril (nuestro viejo ferrocarril), donde otro operario que trabajaba con una pala mecánica nos indicó de nuevo el camino correcto, y ya hasta la salida de la finca, sin otra presencia humana y con un firme más decente, fue un festival de perdices en cortejo y conejos alocados corriendo de aquí para allá. A la salida de La Garganta (o a la entrada, si se viene de Conquista) hay un enorme cartel que avisa de que se trata de un camino particular, pero no hay que hacerle caso. Un controvertido acuerdo con el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo permite circular libremente por esa ruta. Tras cruzar el puente del Guadalmez y detenernos brevemente en la ermita de San Gregorio (que resultó una decepción sólo salvada por el paraje de Navagrande que la rodea) llegamos a una Conquista que nos recibe casi desierta.
Iglesia de El Horcajo. La aldea de Minas del Horcajo pertenece a Almodóvar del Campo, que se encuentra a unos 60 Km. Fue un pueblo minero que llegó a tener más de 5000 habitantes a principios del siglo XX; tenía hospital, juzgado, escuela, casino, y hasta plaza de toros. Pero, al parecer, los dueños de la finca La Garganta destruyeron con máquinas excavadoras todo lo que pudieron y hoy sólo la iglesia y unas pocas casas quedan en pie.
Viaducto del ferrocarril en El Horcajo, entre el esplendor de la vegetación. En un principio el mineral se sacaba a lomo de caballerías hasta la estación de Veredas, hasta que en 1907 se construyó una línea de ferrocarril de vía estrecha desde El Horcajo hasta Conquista, y de aquí hasta Peñarroya.
Estación de La Garganta. La Garganta nació cuando la Sociedad Peñarroya absorbió, en 1908, la Nueva Sociedad de las Minas del Horcajo, creándose una finca de 15.600 hectáreas que es hoy uno de los mayores latifundios de España. Su propietaria es la Sociedad Villamagna, que la dedica fundamentalmente a la actividad cinegética.
Entrada a La Garganta desde Conquista. Aunque el cartel habla de un "camino particular", se trata en realidad del antiguo Camino de la Plata, por el que ahora se puede transitar libremente gracias a un "acuerdo" con el Ayuntamiento de Almodóvar del Campo por el que éste cede a Villamagna parte de los terrenos comunales de El Horcajo.
Portada del siglo XVI en Conquista. Conquista fue fundada a finales del siglo XVI, vinculada a la importancia entonces del Camino de la Plata, que comunicaba Córdoba con la Meseta. Su patrimonio histórico es muy pobre, destacando apenas varias fachadas del siglo XVI en la calle Mayor.
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