Viejas fotografías
Encuentro estas dos magníficas fotografías, junto con otras igualmente sobresalientes, en una galería llamada "Paisaje en el tiempo" de la página del Ayuntamiento de Añora. Aunque allí no se dice, su autor es Ismael Sánchez y fueron publicadas anteriormente en su libro Cruces de Añora. Paisaje en el tiempo (2000), acompañadas de textos de Alejandro López Andrada. La primera de ellas, la de las cuatro mujeres, pertenece a mi memoria sentimental desde que tengo uso de razón artística. No sé exactamente cuándo fue tomada, aunque la sitúo aproximadamente allá por años los setenta, pero yo la recuerdo desde siempre, quizás haciéndola objeto de un retroceso temporal que me lleva a convertirla en objeto de culto, porque, mirándola por primera vez, me pareció que despertaba en mí el interés por las cosas de mi pueblo. En ella creí ver cómo una estampa vulgar, de la vida cotidiana de todos los días, sin montaje ni preparación, espontánea, se puede presentar como objeto artístico y ser entonces contemplado con otros ojos y analizado luego con los instrumentos de la razón hasta descubrir que en esos pañuelos negros, en esas manos bajo el mandil, se encierra toda una explicación de los modos de ser y de vivir de aquella época, y que mucho de lo que hoy es la mentalidad de Añora se aclara observando esta fotografía. Vean el contraste entre el blanco de las paredes y el negro riguroso de las vestimentas. Observen que a una de las mujeres sólo le queda sin cubrir parte del rostro. Fíjense en su porte, en su posición... las dos figuras centrales incluso llegan a unirse hasta parecer una sola, quizás porque las cuatro pudieran ser una sola. Pero lo más inquietante es que tres de ellas miran a un mismo punto indeterminado, fuera del objetivo de la fotografía, mientras que la cuarta, con los ojos cerrados, quizás ciega, es la única que mira -sin ver- fijamente al fotógrafo.
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