El juego de los espejos
Además del texto, el último libro de Alejandro López Andrada incluye una selección de fotografías familiares y privadas pertenecientes a algunas de las personas cuyos testimonios se recogen. Entre ellas, distinguimos por un lado las realizadas en plan espontáneo, por una persona cualquiera poseedora de una cámara de fotos que capta una escena de la vida familiar, y, por otro, las efectuadas por fotógrafos profesionales o, al menos, aficionados con cierto sentido artístico, en las que se aprecia un estudio en la disposición de los personajes y una voluntad de expresar a través de la imagen algo más de lo que simplemente se ve. Entre estas últimas impacta sobremanera la fotografía de la portada, cuyo autor se nos oculta, pero que constituye por sí sola toda una explicación de esos tiempos pasados a los que se refiere el libro.
Esta fotografía llamó la atención de Dani, que creyó reconocer en ella la calle Ramblilla de Pozoblanco (curioso que así sea, pues el libro se refiere poco o nada a este pueblo). Algo, sin embargo, no cuadraba, hasta que la magia del Photoshop desveló el misterio. La foto en la portada aparece "al revés", en lo que llamaríamos un efecto especular, como si apareciera reflejada en un espejo. Si le damos la vuelta a la imagen, como hemos hecho arriba, la veremos correctamente. Dani me envía, además, una imagen de cómo es la calle Ramblilla en la actualidad (en color y en blanco y negro) y, para nuestra sorpresa, vemos que pocas cosas han cambiado en ella, que sigue casi como entonces, como si el tiempo no hubiera pasado, como si el viento no hubiera soplado.
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