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¿Fue Pozoblanco aldea de Pedroche?

Ya en varias ocasiones nos hemos referido aquí a la falta de rigor historiográfico de las colaboraciones de Arturo Luna sobre la historia de la comarca en el semanario Los Pedroches Información. Una vez dejada sentada la falta de seriedad científica en sus planteamientos, su desconocimiento (voluntario o involuntario) de toda la bibliografía sobre el tema posterior a Casas-Deza y su afán polemista por encima de la precisión que requiere la ciencia histórica, ya no sería necesario insistir más sobre el tema y tan sólo cabría esperar a que el temporal escampe llevándose este pedrisco y deseando tan sólo que, mientras dure, cause el menor daño posible. Sin embargo, Pedro se empeña en ponerme el cebo y yo, siempre incauto, acabo picando. 

La semana pasada (en uno de esos artículos miscelánea en los que no se sabe muy bien qué pretende contar o explicar, pues pasa de un asunto a otro sin hilazón argumental que los relacione) el autor se planteaba dos preguntas iniciales. Dejaremos aparte el esfuerzo improductivo de contestar a todo lo demás y vayamos tan sólo con ellas: "¿Fue Pozoblanco aldea de Pedroche? ¿La fundaron pastores que huían de la peste?". Está claro que la contestación del señor Luna para ambos interrogantes es negativa, aunque la respuesta venga más por convicción que por demostración. 

En la segunda pregunta le damos la razón a Arturo Luna. "No hay ningún documento que avale la leyenda de que los pastores que escapaban de la peste fundaron varias villas de Los Pedroches". Vale, no hay ningún documento. Por eso hablamos de "leyenda" (transmitida oralmente de generación en generación, no sabemos desde cuándo). Si hubiera tal documentación estariamos ante datos contrastados. Pero es que en las investigaciones históricas de los últimos años sobre la comarca nadie habla ya de este hecho como otra cosa que de una "leyenda", que se recoge a título de inventario anecdótico, por lo que no tiene sentido, todavía a estas alturas, andarle discutiendo las ocurrencias a los textos enciclopédicos del siglo XIX como si nada más se hubiera escrito ni investigado desde entonces. Sería como escribir ahora un tratado refutándole a Ptolomeo su visión del universo. 

Con respecto a la otra cuestión, que nada tiene que ver con la anterior, hay que matizar más. ¿Fue Pozoblanco aldea de Pedroche?. Veamos: En una petición presentada en 1492 por los vecinos de Añora ante el Consejo Real reivindicando su privilegio de villazgo independiente de la villa matriz de Torremilano, de la que entonces dependía, se argumenta: "Ouieron pedido a esa dicha çibdad que teniésedes por bien de los apartar de la dicha villa de Torremylano, e darles alcaldes y alguasil y jurados que les rregiesen e administrasen, segund que auíase fecho con Torrecampo, que hera asy mysmo con Villa Pedroche commo el dicho logar del Annora es de la dycha villa de Torremylano, y lo auiades fecho con Pozoblanco, que hera asy mysmo con la dicha villa de Pedroche, commo fueron cresçiendo los pueblos como se ha fecho el dicho logar del Annora" [AGS, RGS, 1492.05.16, fol. 274. Citado en J. B. Carpio Dueñas, La tierra de Córdoba. El dominio jurisdiccional de la ciudad durante la baja Edad Media, Córdoba, 2000, pág. 144]. Bueno, parece quedar claro que Pozoblanco fue en su origen aldea de Pedroche lo mismo que Añora lo era en ese momento de Torremilano. Hay más testimonios documentales, pero para qué cansar al lector. 

Como ocurrió en otros casos, el nacimiento de las aldeas de Los Pedroches, entre ellas Pozoblanco, debió obedecer a un fenómeno de concentración de población tras un proceso previo de dispersión de hábitat gobernado desde los concejos de las villas (en este caso Pedroche), motivado fundamentalmente por un incremento demográfico general durante los siglos XIV y XV que obligó a la explotación de nuevas tierras y al desarrollo de aprovechamientos agrícolas y ganaderos lejos de los núcleos originarios. La población concentrada en núcleos que luego se consolidarían como aldeas y más tarde como villas podría proceder de diversos orígenes, como está demostrado para casos que han podido estudiarse con apoyo documental. Pero nada tiene que ver la procedencia de la población que se establece en un núcleo de nueva formación con la dependencia jurisdiccional de ese núcleo. 

No existe ninguna referencia documental a Pozoblanco anterior al siglo XV, lo cual no significa necesariamente que no existiera antes, sino que se trataría de una simple aldea dependiente de Pedroche. En 1375, cuando Enrique II dicta un ordenamiento de dehesas a Córdoba en el cual se alude a todos los núcleos poblados en el Reino de Córdoba, sólo se citan en Los Pedroches Gahete (Belalcázar), Hinojosa y Villapedroche (Pedroche) [E. Cabrera, "El problema de la tierra en Córdoba a mediados del siglo XIV", Cuadernos de Estudios Medievales, IV-V, 1979, pág. 45]. No se citan ni Torremilano, ni Torrecampo ni Pozoblanco, a pesar de que sabemos que al menos Torremilano existe desde comienzos del siglo XIV como una simple torre de demarcación (como tal -"la Torre del Milano"- aparece en un deslinde del señorío de Santa Eufemia realizado por Gómez Fernández de Soria en 1352). Emilio Cabrera supone que esa primitiva torre, situada en la confluencia de la jurisdicción cordobesa con la del señor de Santa Eufemia, creó en torno a ella, a ambos lados de la línea de demarcación, un pueblo con doble jurisdicción que recibió el nombre de Torremilano. A mediados del siglo XV, la mayor parte de él pertenecía a Córdoba y sólo el barrio norte era del señorío. En la segunda mitad de ese siglo, el barrio de Gonzalo Mejía comenzó a recibir el nombre de Torrefranca, quedando definitivamente el de Torremilano para designar la parte de la villa que continuaba siendo de jurisdicción cordobesa [E. Cabrera, "Usurpación de tierras y abusos señoriales en la sierra cordobesa durante los siglos XIV y XV", Actas del I Congreso de Historia de Andalucía, Andalucía Medieval II, pág. 61]. La anterioridad de Pedroche con respecto a Torremilano, otra de las cuestiones que estaban en liza, quedaría así también solventada, y el propio Emilio Cabrera habla, en otro lugar, de Torremilano como "aldea dependiente de Pedroche" desde la primera mitad del siglo XIV. La primera mención documental de Pozoblanco data ya de 1425.

4 comentarios :

Anónimo | miércoles, marzo 22, 2006 8:23:00 p. m.

¿Merece la pena? Yo había llegado a pensar escribir una carta al semanario, pero ¿a los mismos que encargan dos páginas completas para llenarlas de chorradas? Otra opción sería ofrecerme para escribir 4 folios semanales sobre efectos secundarios de la cirugía laparoscópica, tema del que yo tampoco tengo ni pajolera idea (o sobre ritos de apareamiento de la mosca del vino, cálculo de estructuras parabólicas en hormigón, semiótica en los textos poéticos senegaleses de tradición oral... De todo ello puedo escribir con la misma base científica que se observa claramente en los artículos de marras.

Anónimo | miércoles, marzo 22, 2006 9:20:00 p. m.

Lo peor de todo es que me parece que hay por ahí un libro que se va a publicar con todos estos disparates juntos. Y para agravar más la cosa, puede que la editora sea la propia Mancomunidad o alguna otra entidad pública de la comarca. El daño sería entonces bastante grave, pues ya sabemos que lo escrito queda escrito, y la gente que luego lo lee ya no sabe si lo que se dice ahí tiene algún sentido o no.

Anónimo | miércoles, marzo 22, 2006 10:56:00 p. m.

Pues Juan B. Carpio, no lo dejes, en vez de enviar esa carta al Semanario, envíala a alguna web de la comarca, que seguramente estará interesada en divulgarla...

Conrado Castilla | domingo, marzo 26, 2006 7:32:00 p. m.

Nunca me ha parecido serio el Sr. Luna, y mucho menos en su faceta de "historiador". Yo como vivo fuera no he tenido, creo que afortunadamente, la ocasión de leer sus artículos, aunque si otros escritos, y ya digo que nunca me resultó serio. Por qué iba a serlo ahora.
Afortunadamente se le puede rebatir desde la auténtica ciencia histórica.

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