Museo de historia local (y un S.O.S.)
Ajuar funerario procedente del dólmen del Minguillo IV.
Paseando entre las vitrinas que forman el llamado Museo de Historia Local de Villanueva de Córdoba (que durante este mes de agosto puede visitarse los días laborables de ocho a diez), uno piensa que en muchos ayuntamientos todavía se abandonan los asuntos culturales al voluntarismo de aficionados que generosa y altruistamente dedican su tiempo libre a organizar unas tareas que, de todas formas, tampoco importa demasiado cómo se realicen. La cultura, en su ámbito más arcaico (museos, libros, historia), todavía se considera cosa poco dañina y de la que escaso beneficio se puede obtener y, bueno, venga, que alguien coloque como bien le parezca esos pedruscos y que no moleste más.
El Museo, ubicado actualmente en la planta superior del bello edificio de la Antigua Audiencia, está formado por ocho vitrinas a la más vieja usanza (que bien podrían ser ellas mismas objeto de exposición museística), absolutamente abarrotadas de objetos, dando cuenta de ese horror vacui tan característico de ciertas mentalidades rurales. Por supuesto, falta cualquier ordenación pedagógica, la más mínima explicación didáctica, un pequeñísimo criterio que alerte de lo que la ciencia museística ha avanzado en las últimas décadas. Desconocemos de dónde proceden la mayoría de las piezas y el visitante no especializado saldrá de allí ignorando la funcionalidad de casi todas. Y ello a pesar del indudable valor histórico de algunos conjuntos, entre los que sobresale el ajuar funerario del dólmen de El Minguillo (compuesto por 190 piezas), que recientemente ha sido objeto de estudio por parte del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Córdoba (y ha publicado sus conclusiones en el libro Minguillo IV. Investigaciones arqueológicas, que todavía no he podido obtener).
En proyecto se halla el traslado del Museo a las dependencias de la antigua estación de ferrocarril, que imagino más amplias y, por tanto, podrá en ellas mostrarse la exposición siguiendo cánones más modernos y efectivos. No hay fecha para la apertura de ese futuro museo, que será, de este modo, el último en abrirse de los tres que fueron registrados recientemente por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en la comarca, tras haberse inaugurado ya hace unos meses el Museo de la Matanza de Alcaracejos y hacerlo mañana el Museo del Pastor de Villaralto.
Una de las vitrinas del museo, abarrotada.
Vista general del Museo.
S.O.S. Y bien. Ha llegado el momento de comprobar si esto de Solienses sirve realmente para algo o es sólo una droga que se disuelve en sí misma. Llevo varios días intentando conseguir entradas para alguna de las representaciones de "El halcón y la columna", que se hallan agotadas, al parecer, desde hace una semana. Tan sólo dos observaciones. Una: si, según aseguraba Dani en un comentario a un artículo anterior, las entradas aún no se habían puesto a la venta el 26 de julio, y, según el artículo del Córdoba, ya se habían agotado hace una semana, resulta que todas las localidades se vendieron en cinco o seis días, fin de semana mediante. Si es así, ha resultado ser todo un éxito (equiparable a los conciertos de Rolling Stones o U2), del que nos alegramos. Y dos: si el aforo total para las representaciones de los tres días es, según ese artículo, de 3.000 espectadores (en otro lugar he leído que tan sólo se vendían 600 localidades por día, lo que haría un total de 2.400 entradas), y siendo la población de Belalcázar de 3.576 habitantes, bien hubiera podido ocurrir que el gran grueso de las entradas se hubiera cubierto con espectadores de la propia villa, lo que convertiría en inútil toda la publicidad que se haya hecho para atraer visitantes foráneos. Y, en fin, todas estas divagaciones no son más que para suplicar que si alguien que esto lea puede facilitarme el modo de conseguir alguna entrada (preferentemente dos, pero ya, así, en plan egoista total, al menos una para mí) le quedaría por esta gestión eternamente agradecido.
2 comentarios :
Antonio, una entrada la tienes a tu disposición.
Cuando decía que alguien se podía quedar sin entrada, era a esto a lo que me refería. Sabíamos que el aforo era limitado, pero al menos que hubiesen dado la misma oportunidad de adquirir las entradas tanto a la gente de Belalcázar como al resto de pedrocheños ¿o no?.
Y para el año que viene aforo mayor o en su defecto uno o dos días más de obra, o bien una representación al entrar el verano y otra cuando acabe éste.
¿Ah, pero estos teatros se hacen para disfrute de visitantes foráneos?
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