Ideales

Ideales

El mismo día que se conmemora el 75 aniversario de la aprobación en las Cortes Constituyentes del derecho al sufragio femenino, titulares como los leídos esta mañana en la prensa provincial ("Una mujer presidirá la cofradía del Nazareno") nos hacen pensar que todavía queda algún camino por recorrer hasta llegar a eso que llamamos, sencillamente, normalidad. También hace unos días, y por limitarme a noticias con alguna vinculación a Los Pedroches, recibí varias alertas sobre la concesión del premio de poesía San Juan de la Cruz, que en su día obtuvo Juana Castro, expresadas del siguiente tenor: "El premio San Juan de la Cruz recae por tercera vez en una mujer". Lo estrafalario de los títulares se pone de manifiesto si sustituimos la palabra mujer por hombre, y reconocemos que ello nunca hubiera sido posible.

Hace más o menos un año, una amiga de Solienses (de la que llevo demasiado tiempo sin saber nada) me regaló un libro de Clara Campoamor titulado Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, en el que la autora recoge su lucha por este derecho hoy tan elemental, pero que en su momento fue visto con malos ojos incluso por sus colegas de partido. Precisamente estos días andaba revisando algunos pasajes de esa publicación, y sorprendiéndome de nuevo, al leer sus opiniones y sus intervenciones parlamentarias, de lo banal y ligero que nos parece, por comparación, el discurso político actual. Porque cuando se lee una intervención como ésta, se siente que detrás de ella hay sinceridad y auténtica convicción y fe en lo que se dice, y que la pasión en la reivindicación responde a una verdadera defensa de ideales profundos y necesarios, cualidades éstas, por desgracia, tan ausentes hoy en las tribunas políticas de cada día.