Impresiones de un mirón
Los miembros de la plataforma Todos con Covap (a la que el presidente Tomás Aránguez, en una de las numerosas muestras de descortesía de las que ha hecho gala a lo largo de la asamblea, se refirió como "Todos contra Covap") se equivocarían si consideraran que a ellos se debe el hecho de que no haya prosperado la propuesta del Consejo Rector de la Cooperativa de modificar su estructura societaria. No niego el mérito de su labor informadora durante las últimas semanas y el empeño volcado en la defensa de su opción (aunque alguna de las intervenciones de sus miembros en la asamblea de hoy haya podido provocar más antipatías que adhesiones, como la del señor Miguel Sánchez, absolutamente desmedida y desorientada). Sin embargo, en los votos de los delegados que hoy se han manifestado contrarios a la reestructuración de Covap no puede verse exclusivamente conformidad a las propuestas de esa agrupación, a pesar de que tanto el presidente de la cooperativa como otros intervinientes defensores del sí hayan intentado personalizar en ella la postura, sino que existen otros matices y razones (entre los que ocupan un lugar preferente la insuficiencia de información, la falta de claridad en la exposición y el poco tacto en el planteamiento) que no necesariamente pudieran casar con lo propuesto por una plataforma de la que se desconoce su representatividad.
La asamblea de hoy (pésimamente organizada, aunque sólo sea por el hecho de haber obligado a tantas personas -muchas de ellas desplazadas desde lugares lejanos- a no probar bocado hasta las cinco de la tarde) ha sido una muestra patente de cómo se ha desarrollado todo este proceso en los últimos meses: demasiada confusión. No alcanzo a entender el sentido de reproducir un debate que ya debía haberse ventilado en las reuniones preparatorias, dando lugar a reiteraciones intolerables, a discursos de una agresividad ya fuera de lugar y a intentos (en ambas direcciones) de modificar la intención de voto de unos delegados que se supone traían ya un mandato de sus juntas suficientemente meditado e imposible de modificar en el calor de una discusión ocasional. En este sentido, ha destacado la intervención del representante de la consultora Price Waterhouse, tan alejada de todo equilibrio y neutralidad que uno de los asociados ha debido recordarle que sus honorarios se pagan también con el dinero de aquellos socios que propugnan el no. El señor Aránguez, por su parte, ha preferido el ataque ad hominem, con alusiones directas a personas concretas y a hechos anecdóticos ocurridos en la confidencialidad de su despacho, manifestando una pequeñez de miras muy impropia de la alta ocasión que hoy se vivía. Algunos de los defensores del no, finalmente, han mostrado un discurso deshilvanado, improvisado y nada convincente, cuando -dada la inferioridad de su representación institucional en la asamblea- hubieran debido destacar por su claridad de ideas y su exposición coherente e informada. Si no se practica la captatio benevolentiae del auditorio, hubiera sido conveniente, al menos, no provocar su ira.
Como casi siempre ocurre, y como hemos defendido en Solienses, el papel más digno de la asamblea lo han desempeñado los socios. Los socios anónimos, inclinados a una u otra opción, que han dado de nuevo una lección de sabiduría por encima de los discursos provocadores de embaucadores y vendedores de corbatas. El resultado final de la votación revela claves: la mayoría simple partidaria de la reforma ofrece esperanzas futuras a la propuesta del consejo rector, aunque habría que ver si el actual equipo podrá soportar sin daño este grave revés. Un mejor planteamiento de la oferta (necesitada de importantes reformas estructurales), un más amplio esfuerzo informativo (en el que se expliquen no sólo las ventajas, sino también los riesgos) y, sobre todo, una actitud humilde de respeto y consideración hacia los socios fundacionales y sus descendientes, no obstante su carácter improductivo, resultarían imprescindibles para futuros intentos. Mientras, los socios seguirán trabajando día a día por mantener a flote la cooperativa, que -y esto nunca debería olvidarse- es una creación colectiva de esfuerzos e ilusiones y no la obra particular de un grupo reducido de dirigentes. En esa suma de voluntades está la fuerza de una entidad que deberá superar la fractura inevitable producida en este proceso. Los tiempos futuros son siempre un reto pendiente de resolver y cada día habrá de estudiarse la mejor forma de luchar y de vencer. Y, al menos de momento, esto habrá de hacerse bajo la fórmula gozosa de una cooperativa.
Un momento del recuento de votos durante la asamblea.
"Tenemos que seguir trabajando, día a día"
Actualización 13/11/06. Revista de Prensa:
La asamblea de Covap rechaza la sociedad anónima por 66 votos" (El día de Córdoba)
El consejo rector de Covap no consigue el cambio societario (Córdoba)
Gran expectación y medidas de seguridad (Córdoba)
Covap sigue siendo cooperativa (ABC)
Socios de Covap rechazan la propuesta del Censejo Rector (Europa Press)
La conversión de parte de Covap en Sociedad Anónima queda bloquedada (El País)
La asamblea de Covap rechaza convertirse en Sociedad Anónima (Canal Sur)
Los socios de Covap rechazan la conversión en sociedad anónima (Cinco días)
4 comentarios :
Magnífica forma de resumir lo ocurrido en más de seis horas de, en algunas ocasiones, tensa asamblea.
Estoy casi al 100% de acuerdo con todas tus apreciaciones y sólo discrepo en las omisiones.
Me explicaré, creo que llegaste tarde a la Asamblea, probablemente despues de las once y cuarto, y esto te privó de ver la, a mi juicio, mayor irregularidad, desverguenza y claro exponente de despotismo ilustrado que ha tenido lugar.
Aunque en la totalidad, y digo totalidad de las asambleas anteriores de toda la historia de COVAP, siempre se asumio que nunca podría reunirse quorúm suficiente en primera convocatoria y se iniciaba en segunda, en algunas ocasiones el actual Presidente llegó más tarde de la hora de inicio y aún dejó algunos minutos de cortesía para los rezagados, hoy se actuado con puntualidad suiza y a las once menos cinco minutos teníamos al Presidente que físicamente impedía el paso a delegados que presuntamente llegaban tarde. A las once en punto cerraban a cal y canto las puertas y casi trescientos votos de socios no pudieron emitirse porque, según el criterio del presidente, los delegados que habían llegado algunos minutos tarde no tenían derecho a recoger sus credenciales ni las papeletas necesarias para la votación.
A mi me parece intolerable esta forma de proceder y refleja a las claras las formas sibilinas y prepotentes de preparar una asamblea por parte del actual Consejo Rector.
Para terminar, antológica la intervención del representante de la consultora, con una absoluta falta de independencia (espero no tener nunca que hacerme caso de una auditoría suya) y más antológico aún cambio de talante y formas del presidente antes y después de la votación.
A pesar de la necesaria síntesis a seis horas de asamblea, una buena crónica de lo sucedido. Pero, ¿cómo es que "Solienses" pudo entrar en el salón de actos si supuestamente sólo se permitía la entrada a los socios delegados?
En efecto, estimado Tarsis, llegué a la asamblea una vez comenzada, cuando estaban ya dando lectura pormenorizada del larguíiiiiiisimo orden del día. Me comentaron algo de lo que había sucedido a primera hora, pero como no lo ví personalmente he preferido hablar de lo que presencié. Si la cosa es como dices, desde luego que resulta intolerable y merecería alguna explicación (pero son ya tantas...).
En cuanto a cómo se coló "Solienses" en el salón de actos de la asamblea, querido Luis, permíteme que guarde el secreto, por si hay que repetirlo en próximas ocasiones.
Reporteros gráficos corriendo antes de las once por que habían oido que solo se permitiría entrar a los Delegados
Tomás Aránguez de portero con dos seguratas cerrando las puertas para que no se colaran los que no estaban avisados.
Miguel Sanchez empezando la Asamblea antes de que se realizara el control de asistencias mientras seis guardias de seguridad avanzaban lentamente por los pasillos laterales
Tomás Aránguez amenazando con expulsar a dos delegados, que estaban dentro cuando se cerraron las puertas, por no haber logrado recibir la credencial antes de las once menos cinco (tenian el reloj atrasado con el del Presidente que ya vivía en la sociedad anónima).
Miguel Sanchez exigiendo que Tomás Aránguez y su Consejo no presidieran la Asamblea por tratarse en ella asuntos que les afectaban.
Tomás Aranguez declarando válidamente constituida la Asamblea en primera convocatoria ( esto reducía la mayoría necesaria para la aprobación de 2/3 a solamente 3/5).
Miguel Sanchez especificando las personas que no podían ser Delegados por ser Consejeros o no estar presentes en las Juntas preparatorias,miembros del Consejo e interventores que votaron(todos habían llegado a tiempo)
Tomás Aránguez manteniendo a todo su Consejo y a los Interventores en la mesa pero callados, no fueran a defenderse y acabaran liandola.
Y ví otras cosas que por delicadeza me las callo.
Yo iba de Delegado y posiblemente la Asamblea a la que yo asistí no fué la que vio Solienses
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