Noches de sol
La Cruz de San Pedro, tan espectacular como siempre.
Todos los años por estas fechas Los Pedroches son un hervidero de romerías, fiestas, verbenas y celebraciones. Entre ellas, cumple que Solienses se ocupe preferentemente de las Cruces de Añora. Nunca he prometido imparcialidad. La noche del primer sábado de mayo volvió a sorprendernos con su hechizo de luna y fuego. Quienes acudieron, desafiando la tormenta vespertina y el frío nocturno, no se fueron decepcionados. Quienes a última hora decidieron no venir, tendrán que soportar la condena de vivir todo un año de arrepentimiento. Las cruces de Añora son un milagro, una reserva de la antropología, un manual vivo de usos y costumbres tradicionales que ha conseguido mantenerse excepcionalmente puro. Cruz de Cantarranas, Cruz de San Martín, Cruz de Arriba... los nombres bastan para evocar la fuerza primitiva del rito y sus pasiones. Que cada año por mayo reviven, aunque parecían dormidos, con la firmeza de lo que nunca puede morir, porque en esa presencia nos jugamos la confianza en un pasado y, sobre todo, la fe en un futuro todavía lleno de sueños y esperanzas.
Todo el mundo comenta los detalles de las cruces.
Se bailan jotas en la puerta de la Cruz de calle Galicia.
Se juega al corro en la Cruz de San Martín.
Cruz de calle Concepción, 28, ganadora del concurso de cruces interiores.
Candelorio en la Cruz de calle Amargura-Consultorio.
El grupo folklórico Duquesa de Benamejí actuó en la plaza de la Iglesia, que lucía reivindicativa.
Todas las cruces del 2007
0 comentarios :
Publicar un comentario