Memoria fotográfica

Memoria fotográfica

Aspecto de un andamio de la plaza de toros de carros en la Plaza de la Villa de Dos Torres, entre el Casino y el edificio del siglo XVI (hoy desaparecido) que albergaba el Ayuntamiento, durante la feria de 1967.

Las fotografías etnográficas, casi siempre anónimas y siempre llenas de gente, reactivan nuestra memoria, personal o colectiva; o evocan los tiempos de las generaciones que nos precedieron. Pero también estas fotografías se reviven a sí mismas y esquivan su desaparición cuando dejan de ser familiares, domésticas, y se convierten en colectivas: se exponen, editan o conservan en archivos. Se transforman así en unas fuentes documentales extraordinariamente importantes, porque nos recrean como colectividad, dando cuenta del transcurrir del tiempo y de los cambios y permanencias habidas en los modos de vida que nos caracterizan. Pero, sobre todo, invocan un sentimiento compartido de comunidad, de “pueblo” hecho a base de unas experiencias entretejidas que se visualizan en estas imágenes; aunque en ocasiones nos muestren la dureza de unas condiciones de vida que no hay que ocultar, porque también forman o han formado parte de la realidad. Es el gran valor de estas fotografías de lo cotidiano, siempre llenas de gente y de vida, lo que hace que actualmente su preservación tenga un interés prioritario en los museos etnológicos y en numerosos archivos históricos tanto locales como autonómicos”. [Juan Agudo Torrico, Presentación del catálogo de la exposición “Nuestra memoria en blanco y negro VII”, diciembre, 2007]

Y en este sentido, la labor de Carlos Alcalde Gallardo es ejemplar. Habiendo reunido casi dos mil fotografías “antiguas” de Dos Torres, cada año en dos ocasiones (Navidad y verano) realiza una selección de materiales para exponerlos públicamente, hasta llegar a esta octava edición que se muestra hasta el día 24 de agosto en la sala de exposiciones del Centro de Convivencia de Dos Torres. Y a base de constancia, se ha pasado de las reticencias iniciales por parte de los vecinos, temerosos de ceder sus queridas fotografías, a la satisfacción actual de verlas colgadas en las paredes y también impresas en los catálogos que se confeccionan tras cada exhibición, patrocinados por la empresa local Cerramientos Industriales Los Pedroches. El resultado es un documento precioso y sin paralelo en toda la comarca. El corpus de imágenes reunido por Carlos Alcalde constituye un muestrario riquísimo de los comportamientos y costumbres en las grandes ocasiones, pero también, y eso es lo que más importa, en lo cotidiano, en esos momentos de la vida familiar que no dejan constancia en registros oficiales ni en las fuentes tradicionales de la historiografía. A estos catálogos habrá que acudir cuando se estudie la vida tradicional en Los Pedroches, la cultura popular, porque en tan abundante colección de imágenes está escrita, como en un libro, la memoria individual y colectiva de todo un siglo.


Grupo de niños y niñas, junto a sus tutoras, en el colegio La Magdalena de Dos Torres, regentado por las Hermanas Mercedarias de la Caridad (1929).


Fotografía realizada para el Libro de Familia Numerosa (hacia 1947). [Fotos de la exposición "Nuestra memoria en blanco y negro VIII", agosto de 2008]