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Excavaciones en el castillo


Fotografía del Castillo de Belalcázar en 1902, recogida por Tomás Moyano en su blog.

Hace unas semanas me dirigí a la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía interesándome por el Proyecto de restauración del Castillo de Belalcázar, que, según mis informaciones, había sido aprobado recientemente por la Comisión Provincial de Patrimonio. Desde el Servicio de Información y Difusión de la Consejería me contestaron rápidamente (como casi siempre hacen los departamentos de la Junta) comunicándome que "el proyecto de restauración del Castillo de Belalcázar está aún en redacción", por lo que, lógicamente, todavía no ha pasado por la Comisión de Patrimonio.

No obstante, se me informaba también de que sí ha sido autorizado ya por dicha Comisión el expediente de excavación arqueológica, indicándome que su consulta debe hacerse en la Delegación de Cultura de Córdoba ("previa solicitud por escrito del interesado al Delegado, identificándose y justificando el motivo de su consulta"). Enseguida, debidamente identificado, escribí a la Delegación preguntando sobre la posibilidad de consultar dicho proyecto por intenet o si podrían hacerme llegar, en caso contrario, una copia digital a mi correo. En cualquier caso, y adivinando una respuesta negativa a lo anterior, les pedía al menos el nombre del arqueólogo director del proyecto de excavación, como hilo del que poder tirar en el futuro. Sin embargo, según acostumbra la Delegación de Cultura de Córdoba, nadie ha contestado ni sí ni no ni bien ni mal.

El proyecto de excavación arqueológica previa a la restauración del castillo ya ha sido, pues, aprobado. Sería interesante conocer, al menos, sus líneas básicas de actuación: ¿se actuará sobre la presumible medina islámica, donde habrá quizás cementerio, mezquita, casas y tal vez más líneas de muralla hoy no visibles?, ¿se intervendrá por todo el interior de la fortaleza, bajo cuyas estructuras hoy completamente colmatadas por varios metros de escombros probablemente se escondan fundamentos de origen romano? ¿o el estudio arqueológico preceptivo por tratarse de un Bien de Interés Cultural consistirá exclusivamente en la realización de una serie aleatoria de catas exploratorias? Tal como últimamente anda el mundo de las restauraciones en Los Pedroches, nada nos sorprendería.

9 comentarios :

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 2:19:00 p. m.

Señor Merino, después de la salvajada prepetrada contra el puente ex-romano de Córdoba, no sólo con el nihil obstat de Cultura sino con su mismo patrocinio, nada puede asombrarme. Por eso el empleo de ladrillo en la reparación de la ermita de San Antonio cabría calificarlo como de neo-mudéjar.

Permítame copiar un artículo publicado en el Diario Córdoba por el catedrático de Arqueología de la UCO, Desiderio Vaquerizo Gil, el 25 marzo 2009, sobre la profesión de arqueólogo en Andalucía, aunque demasiado largo para una vez:

http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=471936

"Probablemente, a la vista del extraordinario desarrollo que la Arqueología ha experimentado estos últimos años, dando trabajo de paso a cientos de personas, a muchos de ustedes les sorprenda saber que no existe como tal la profesión de arqueólogo. Sí, han leído bien. Hasta el mismo día de la fecha no existe un perfil que capacite oficialmente para el ejercicio profesional de la Arqueología, y mucho menos un colegio de licenciados o de doctores que ofrezca el marco normativo habitual de derechos y obligaciones, como ocurre, por ejemplo, con arquitectos, abogados, veterinarios o médicos, por citar solo algunas de las profesiones con más prestigio y reconocimiento social en España. Quienes ejercemos la Arqueología formamos una simple sección dentro de los colegios de licenciados y doctores en Filosofía y Letras, que en el mejor de los casos han permitido fijar una tabla de tarifas y han puesto a nuestra disposición sus servicios técnicos y jurídicos, sin mayor trascendencia.
.../...

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 2:20:00 p. m.

.../...

"La única disposición legal que fija los requisitos indispensables para poder ejercer como arqueólogo la establece el art. 6.a del Reglamento de Actividades Arqueológicas de la Junta de Andalucía, en su nueva formulación de 2003, conforme a la cual podrán solicitar autorización al efecto "las personas físicas, nacionales o extranjeras, que cuenten con la titulación académica de licenciatura en el ámbito de las Humanidades y acrediten formación teórica y práctica en arqueología..."; así, sin más. Quiero decir que se fija un marco excesivamente laxo, por cuanto no se detalla baremo alguno que regule en qué habrá de consistir esa acreditación de formación teórica y práctica mínima necesaria para poder ejercer la profesión, dejando la decisión al criterio discrecional de la autoridad competente. Esto ha provocado mil y un abusos, favoreciendo el acceso a la profesión de recién licenciados con escasísima o nula formación que han contribuido de forma irreparable a la pérdida de documentación histórica, contribuyendo de paso al descrédito del colectivo. Porque, como he afirmado en alguna otra ocasión, para ser arqueólogo no basta únicamente con saber retirar tierra de forma más o menos metódica. Un arqueólogo (que no termina jamás de formarse) tiene que ser capaz de hacer interpretación histórica, sometiéndola al juicio de la comunidad científica y poniéndola en último término al servicio de la sociedad que lo financia. En caso contrario, de arqueólogo solo tiene el nombre.
Justo es reconocer igualmente que la falta de amparo legal de estos profesionales por parte de un colegio oficial propio ha provocado que los arqueólogos libres vengan desempeñando su labor en situaciones de auténtica indefensión, sometidos a mil presiones, cogidos en medio de fuego cruzado, expuestos a tentaciones e intereses que no todos son capaces de resistir, entre otras razones porque viven ajenos a la amenaza de ser sancionados. Son tantos los problemas a los que se enfrentan que el colectivo ha unido fuerzas desde noviembre de 2007 en un Consejo General Andaluz de Secciones de Arqueología de los colegios oficiales de Filosofía y Letras y Ciencias y Asociaciones Profesionales de Arqueólogos, que se ha convertido en su principal órgano de representación. Un poco antes, esas mismas asociaciones habían alumbrado a nivel nacional un Código Deontológico del Profesional de la Arqueología (disponible en internet) que, aun cuando no pasa de ser una simple declaración de propósitos, demuestra un esfuerzo loable por fijar el marco laboral de sus asociados, estableciendo un decálogo mínimo de derechos, pero también de obligaciones, sintomático sin duda de un primer diagnóstico de los problemas que les afectan. Quizá como primera consecuencia positiva de todo ello, los arqueólogos andaluces negocian actualmente el marco legal de su profesión con la Consejería de Cultura de la Junta, que anuncia un nuevo Reglamento de Actividades Arqueológicas para 2009.
Hace falta, en definitiva, clarificar el panorama cuanto antes, aunque para ello sea necesario corregir comportamientos y situaciones poco éticos que en nada vienen beneficiando a la imagen social de la Arqueología, ni tampoco a quienes la ejercemos. Y en ese futuro, que espero inminente, habrán de jugar un papel determinante los nuevos postgrados profesionalizadores (como el que imparte la Universidad de Córdoba en colaboración con las de Huelva, Málaga y Pablo de Olavide), que lanzarán por fin al mercado laboral egresados con perfil y titulación específicos en Arqueología. De esta forma, desde la Universidad les habremos facilitado el camino para poner término a la larga etapa de indefinición y precariedad laboral que han padecido, pero a partir de ese momento dependerá solo de ellos regular adecuadamente la profesión, exigiendo el reconocimiento oficial de la misma y la creación de un colegio propio con autonomía y poder suficientes para asegurar su defensa y expulsar del templo a quienes lo profanan y desprestigian."

Saludos desde la Pizarra

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 2:59:00 p. m.

Sé que no viene a cuento en esta entrada Sr. Antonio pero esta mañana en el programa Espejo Público de A3 una persona de Torrecampo a enviado el siguiente SMS: EP en mi pueblo Torrecampo y alrededores el 90% de los parados está trabajando. Curioso mensaje este, yo creo que en el Valle no se nota tanto el paro, se notará a partir de 2013 cuando la UE cierre el grifo. Mientras tengamos el paro agrícola y firmas de jornales van y vienen las cosas van bien. Pan para hoy y hambre para mañana con estas ayudas de ZP para arreglar cutremente ermitas y demás.

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 3:00:00 p. m.

La Asociacion Amigos de Belalcazar debe de estar con los ojos bien abiertos. Muchos consideramos a ellos como amigos de nuestra cultura y de nuestro patrimonio y confiamos totalmente en ellos. Esperamos que den luz a todas las actuaciones que se vayan a llevar a cabo en el castillo o sus alrededores. !!AMIGOS DE BELALCAZAR SOIS NUESTROS OJOS!!

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 8:52:00 p. m.

Pues uno de la directiva de la asociación "Amigos de Belalcázar", que es arqueólogo ,ya se han puesto en contacto con el para el trabajo a realizar como ayudante del arqueólogo jefe, si lee esto podría ponerse en contacto y comentarnos alguna cosa.

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 8:58:00 p. m.

La arquitectura la llevará a cabo Arturo Ramírez Laguna.

Anónimo | miércoles, junio 03, 2009 10:09:00 p. m.

Antonio, conoce tus derechos de cara a la administración:
http://www.callejadelasflores.org/?p=2848

Antonio | jueves, junio 04, 2009 12:24:00 a. m.

Gracias, Saqunda. Pero no sé si, conociendo ese caso que me indicas, me siento más animado o desanimado.

Por cierto, soy un lector habitual (diario, vamos) de la Calleja.

Anónimo | jueves, junio 04, 2009 11:30:00 a. m.

Como no puede ser de otra manera, la Asociación “Amigos de Belalcázar” sigue atentamente la evolución de cualquier actuación que modifique o altere de forma significativa o disonante el patrimonio histórico-artístico belalcazareño, y siempre en línea con uno de sus fines fundamentales expresados en sus estatutos, como es el de velar por la restauración y conservación de ellos. Saludos.

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