Clarisas de Belalcázar
Vista del convento de Santa Clara de Belalcázar desde la distancia, en una vieja fotografía. De las tres espadañas hoy sólo queda una.
Hace ya tiempo que las monjas del Convento de Santa Clara de Belalcázar cambiaron la vieja campanilla del torno por un video-portero automático. Ahora, en una nueva reinterpretación del concepto clausura, han abierto el blog Clarisas Belalcázar, con el cual quieren asomarse al mundo exterior o, mejor aún, permitir que los de fuera nos aproximemos cautelosamente a su modo de vida. Hay un entrañable vídeo que recoge algunos momentos cotidianos de la vida conventual de este reducidísimo grupo de religiosas que habitan en un tesoro arquitectónico del patrimonio histórico. Pero lo que más me ha interesado ha sido la colección de fotografías que están publicando estos días sobre el antes, durante y después de la restauración del convento por parte de la Junta de Andalucía, iniciada en 1987 y de las que aquí recojo algunas que considero principales. Desde Solienses les damos afectuosamente la bienvenida al mundo inmenso de la comunicación digital, no habiendo perdido aún la esperanza de que algún día no lejano quizás se nos permita celebrar en su casa el respetuoso homenaje a la palabra escrita por el hombre. Allí saben de lo que hablo.
Antes de la restauración:
Sala capitular alta, hoy desaparecida.
Vista aérea del convento, en la que se aprecia claramente la estructura del edificio.
Noviciado de frailes con su espadaña, hoy desaparecido.
Patio de entrada, con el cuerpo superior tapiado.
Durante la restauración:
Arcadas exteriores del Salón de las columnas.
Arquería de la enfermería vista desde el huerto.
Arcada del patio de entrada, con el cuerpo superior ya descubierto. [Todas las fotos: Clarisas de Belalcázar]
3 comentarios :
El mejor patimonio de Los Pedroches, lástima que no se pueda ver (visitar) completamente. Ahí si que las monjas nos deberían enseñar..., y no solamente por el blog (a toro pasado).
A ver, esa propiedad tiene su dueño y puede disponer de ella como mejor vea... pero coincido con el comentario de arriba en que me encantaría poder verla.
Señor Merino, apesadumbrado me tiene por el comentario de que la sala capitular alta ¡¡ha desaparecido!!
Ahora, que conozco un poquitín el arte de esa época, me te topado en ella con una muestra de arte cisterciense puro, que hubiera agradado al mismísimo Bernardo de Claraval.
No hay que confundir esa bóveda de crucería y los arcos con el gótico, nada más alejado del espíritu gótico puede haber en la articulación de los muros y en las proporciones de esa sala. Además, por el periodo en que se construye, ya bien tardío, la hace más interesante aún. La hacía...
Saludos.
Ha desaparecido toda la ornamentación que había en la techumbre y en las paredes, lo único que queda es una sala enorme completamente vacía y con algunos socabones en el suelo que merecen especial cuidado ya que están apuntalados desde la sala de las columnas.
una verdadera pena.
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