La Fragua/The Forge
Proyecto de jardín de Paco Castaño, siguiendo los principios de Masanobu Kukuaka, en el huerto del Convento de Santa Clara de Belalcázar. [Todas las fotos son de La Fragua/The Forge en Facebook]
Hace unos días, con motivo de la Candelaria, aludí a lo que pudiera resultar un exceso de rituales de corte agrario que inundan las celebraciones festivas en todos los pueblos de la comarca. Parece como si, al enfrentarnos al reto inexcusable que supone elaborar un futuro colectivo basado en nuevas formas, hubiéramos caído en un ciclo excesivamente nostálgico de tradiciones recreadas (y, por tanto, falsas), deseando encontrar en ellas la palanca con la que proyectarnos hacia adelante. Estos rituales teatralizados, sin embargo, acaban convirtiéndose, a base de rutinas, en muestrarios trasnochados de la realidad de una comarca que, sin huir de sus raíces, debiera intentar concurrir al porvenir con modos más acordes a la contemporaneidad.
En los últimos meses, no obstante, han surgido en Los Pedroches varias iniciativas, si bien todavía en estado larvario, que suponen, en ese contexto, toda una pequeña revolución cultural y que pudieran llegar a ser un ácido revulsivo para el modo en que en estas tierras nuestras de encina y granito se entiende el arte y el uso de relacionarse con él. Al menos tres de ellas, nacidas en tres pueblos diferentes, si acaso llegaran a cuajar (pues de momento ofrecen más buenos proyectos que realidades), significarían un definitivo contrapeso para aquella otra forma de entender la cultura basada exclusivamente en la tradición y pondrían en primer plano una manera innovadora de acercarse, sin perder la identidad, a las artes creativas del siglo XXI.
La artista estadounidense Jacqueline Maloney en La Fragua.
La más soprendente -sorprendente porque algo así haya podido llegar a crearse sin que conociéramos al momento tal osadía- de todas ellas (de las otras hablaré más adelante) es la iniciativa surgida en Belalcázar bajo el nombre de La Fragua/The Forge. Se trata de una asociación cultural "concebida para el desarrollo de las artes visuales en el medio rural con el ánimo de contribuir al fomento de un mundo rural vivo y dinámico". Tan innovadora iniciativa tiene como principal objetivo el establecimiento de una residencia de artistas en el Convento de Santa Clara de Belalcázar, con el propósito de ofrecer allí "un espacio integral para la producción, estudio y exposición del arte contemporáneo fuera del ámbito urbano, así como generar un espacio de reflexión donde los proyectos artísticos nos acerquen a cuestiones sobre la identidad, individual y/o colectiva, en relación con el territorio".
La fundación de una residencia de artistas supone la puesta en marcha de un espacio dinámico acondicionado para la creación, divulgación y enseñanza de las diferentes prácticas artísticas, en un edificio donde creadores nacionales e internacionales trabajarían temporalmente, recibirían la opinión y la docencia de expertos y se beneficiarían -a través de exposiciones, talleres y conferencias- de la inmersión en la vida cultural local.
Dibujo de Jacqueline Maloney para La Fragua.
Las actividades de La Fragua se desarrollarán en función de cada proyecto y las necesidades creativas, contando con las siguientes instalaciones en Belalcázar: el Convento de Santa Clara, eje de la residencia, “La Casa” o dormitorio y “El Matadero” o albergue. Del convento se utilizará el ala noreste, es decir, la parte cedida al Ayuntamiento: la antigua “Enfermería de Verano”, “La Enfermería de Invierno o Sala de la Barca”, la “Sala de las Columnas o antiguo granero” y el “Dormitorio” (espacios donde, creíamos, iba a instalarse el futuro Museo Histórico y de Artes y Costumbres Populares Comarcal de Los Pedroches, no sabemos con qué grado de compatibilidad) así como los claustros que rodean estas dependencias, el patio y uno de los huertos. Los espacios interiores estarán destinados a estudios para creadores, lugares para la intervención artística, la exposición y los eventuales talleres. El espacio exterior se desea que funcione "como laboratorio para la intervención paisajística, la comunicación entre arte y agricultura, así como otros proyectos que hagan del lugar un espacio de destino y disfrute para todos".
Preparativos del jardín de Paco Castaño en el huerto del Convento de Santa Clara.
“La Casa” será la residencia para alojar a los artistas. Situada en la Plaza del Pilar, cuenta con un total de 5 habitaciones y tres terrazas con vistas al Castillo de Sotomayor. Propiedad en su día del intelectual y profesor de la Universidad de la Sorbona de París Manuel Moreno Vigara, la casa quiere recoger el espíritu de su dueño y convertirse en lugar de reflexión y diálogo entre los artistas que vivan en ella. El acuerdo con el ayuntamiento de Belalcázar para la cesión de "La Casa" no es definitivo, por lo que se están buscando alternativas para alojar a los artistas. Finalmente, “El Matadero” ofrecerá (cuando finalmente llegue a abrirse) la posibilidad de dar alojamiento a 30 estudiantes o visitantes en el nuevo albergue municipal, antiguo matadero. Las instalaciones se encuentran en la misma Plaza del Pilar, a escasos metros de “La Casa”, en las faldas del Castillo.
Entre los objetivos de La Fragua se encuentran levantar un centro de referencia a nivel nacional para la creación de proyectos artísticos en un ámbito rural, impulsar en el pueblo de Belalcázar y su comarca el sentimiento de unidad cultural diferenciada dentro de un mundo cada día más global, conseguir que diferentes públicos se sientan partícipes de una actividad educativa constante o establecer un diálogo cultural entre los artistas y la población local, que, en definitiva, también pueda contribuir a un desarrollo económico de la zona.
El núcleo de gerencia de La Fragua lo forman Oscar Fernández López (doctor en Historia del Arte y MBA de Empresas e Instituciones Culturales, que actualmente compagina su labor como comisario de exposiciones con la investigación y la gestión cultural), Gabrielle Mangeri (artista multimedia y comisaria de exposiciones) y Javier Orcaray Vélez (Licenciado en Historia y Máster en Historia del Mundo y en Teoría de la Cultura Visual, que actualmente compagina su labor como fotógrafo y comisario con la investigación de la Historia de la Fotografía y la enseñanza). Javier tiene vínculos familiares con Belalcázar, aunque todos, al instalarse aquí, pretenden ofrecer una concepción del término "pertenencia" más acorde a los tiempos que corren.
Cartel de la proyección de cortos de Chico Pereira.
La Fragua/The Forge no es todavía sólo un proyecto, sino que ya ha comenzado a desarrollar sus actividades. La primera artista en participar el pasado mes de enero ha sido la estadounidense Jacqueline Maloney, que ha producido dibujos, fotos y poemas en torno a la sede de la asociación (y se ha llevado, a cambio, un amor devocional a los churros). Por su parte, Paco Castaño ha comenzado a realizar su proyecto de jardín-huerto inspirado en los conocimientos en permacultura de Masanobu Fukuoka. También se ha realizado una proyección de cortos de Chico Pereira (el pasado 12 de febrero), se ha convocado el Primer certamen de fotografía realizada con teléfono móvil y para el próximo día 27 de febrero está prevista la presentación del colectivo fotográfico madrileño BAUM.
Sí, parece que estamos hablando de otro mundo, pero todo esto está pasando aquí, en Los Pedroches, y no lo sabíamos. El escepticismo, en esta ocasión, lo vamos a dejar para otro día, enterrado aún por la esperanza.
5 comentarios :
Antonio leo tu trabajo de hoy e inmediatamente me viene al pensamiento algo muy parecido, PEDRIQUE.
Es más, en el caso a que aludo estaba respaldado por el Ayuntaniento de Pozoblanco e invirtió mucha pasta en él pero todos los proyectos y promesas de objetivos han quedado después de años en agua de borrajas, nada de nada.
Todo l que venga a potebciar la infraestructua cultural de la comarca, sea bien venido, pero en este momento pesa mucho en mi cabeza la realidad y experiencia a que me he referido.
Por supuesto, amigo Manuel, que Pedrique fue lo primero que me vino a la cabeza al enterarme de este proyecto. Sin embargo, pienso que hay que concederle al menos el beneficio de la duda, un margen a la esperanza. Como muy bien sabes, las iniciativas espontáneas que surgen de particulares tienen más posibilidades de prosperar que las institucionales, siempre cargando éstas a sus espaldas con todos los males de la administración.
Ciertamente en eso también estamos de acuerdo. Confio más en la sociedad civil que en la oficialidad. Por convicción personal de que lo que pueda hacer el indviduo o los individuos unidos, debe tener prioridad que lo que hace la oficialidad. La administracción local o provincial o nacional está para suplir cuando la ciudadanía no puede llevarlo a cabo.
Ahora bien, un proyecto de este calibre está pidiendo a gritos una inversión bastante grande y nuestra estructura civil a nivel local ni a nivel comarcal tiene aún fuerza en sí misma como para apoyar un proyecto así.
Deberiamos trabajar para que se estructure una base capaz de llevar adelante proyectos tan ambiciosos, pero aún estamos a años luz. Por eso cualquier ocasión es buena para fomentar ese clima o mística de comarca.
Ayer estuve en un acto muy importante en la Universida de Córdoba. Se trató de la cultura y el paisaje. Bartolomé Valle estuvo colosal, por lo que dijo y cómo lo dijo, enamorado de nuestra comarca. Lo mismo Ricardo Delgado Vizcaíno y Luis Ramos. Sin duda alguna que dicho acto ayuda a crear esa mística de comarca.
No lo acabo de entender. ¿Quién sustenta económicamente este proyecto? Porque una residencia de artistas cuesta dinero, ¿o no?, y ¿Tienen estos señores libertad para disponer de un bien patrimonial según su criterio?
Entre este proyecto y el de Pedrique hay una gran diferencia, Pedrique está en el campo, en medio de la nada, y este proyecto esta en el centro de Belalcázar, se puede visitar dando un paseo, en cambio a Pedrique hay que ir en coche o en autocar y llevarte la "tortilla de patatas" para poder comer.
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