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El respeto como ejemplo





Estas son dos portadas de viviendas tradicionales que eran iguales, justo una al lado de la otra, en la misma calle del mismo pueblo de Los Pedroches, no importa cuál. Pero el propietario de una de ellas, llevado por sus propios cánones estéticos, ha decidido recortar la anchura de jambas y dintel con un método expeditivo e irreversible, que anula para siempre el componente histórico que albergaba tan sencillo elemento arquitectónico. Cuando a veces criticamos las formas poco respetuosas con el patrimonio que llevan a cabo las instituciones en sus obras de rehabilitación de monumentos, lo hacemos no sólo por el atentado contra los valores históricos o artísticos que ellas conllevan, sino porque las actuaciones públicas sirven de espejo donde se miran luego los particulares. Si no se inculca desde arriba el respeto por la preservación de nuestro patrimonio en todos sus niveles, cómo vamos a exigirles luego a los ciudadanos que lo hagan.

4 comentarios :

antonio ángel ballesteros porras | martes, octubre 01, 2013 1:51:00 p. m.

Que disparate. Operación cara y nefasta desde un punto de vista constructivo. Desde el punto de vista patrimonial, un atropello a los valores de la tradición arquitectónica.

Carlos | martes, octubre 01, 2013 2:27:00 p. m.

Si los ayuntamientos castigaran estas actuaciones seguro que no se repetían tanto. Claro, que si ellos son los primeros en cometerlas...

Anónimo | martes, octubre 01, 2013 7:00:00 p. m.

"El respeto como ejemplo". Sí, sí, eso debería ser, en cualquier orden, en cualquier circunstancia, no sólo en el ámbito urbanístico, que sólo es un reflejo demostrativo más de lo que acontece.

Yo veo a veces por televisión los plenos del Ayuntamiento de mi pueblo, y el respeto no es precisamente el valor que más se desprende de esas reuniones, más bien al contrario, la irrespetuosidad generalizada, la confrontación permanente, la crispación continua, yo diría que hasta el odio enquistado (y para algunos parece que decididamente indisimulable), es la tónica. División, desprecio, confrontación, discordia, escasa o nula educación..., esto es, el ambiente necesario para que la gestión municipal sea fructífera y buena, sí. Eso es lo que se ve, eso es lo que se aprecia. Y eso es falta de respeto no sólo para con ellos mismos, sino sobre todo y ante todo para con todos los ciudadanos que se supone están allí representados, y que se merecen mucho más que asistir atónitos a ese deprimente espectáculo convertido en especie de gallinero alborotado con muchas ganas de hacerse continuos reproches y pocas de solucionar los problemas; problemas que muchas veces ellos mismos han generado, que se eternizan y cansan a la población que empieza a estar muy harta.

Y dice usted muy bien, si lo que se palpa por la población es una falta de respeto continua de los que se supone que por ocupar las instituciones deben dar ejemplo y no favorecer la ley de la selva, qué autoridad moral se puede alegar para exigirle a los ciudadanos que lo tengan.

Anónimo | miércoles, octubre 02, 2013 4:15:00 p. m.

Las dos piedras cuadradas de abajo donde apoyan las dos columnas que enmarcan la puerta sobresalen de la fachada y por lo tanto están invadiendo un zona publica. No te extrañe que el perito del ayuntamiento se lo haya dicho y que debia corregir dicha anomalia para que le dieran la licencia de obras. Cosas peores se han visto. A fin de cuentas las piedras de la puerta no están protegidas y el espacio público si.

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