Ana Castro: "Al fondo del dolor siempre queda la belleza, los días como hoy, relucientes"
Ana Castro tras recoger el Premio Solienses.
Más de un centenar de personas nos reunimos ayer en el Monasterio de Pedrique para entregar el Premio Solienses a Ana Castro, la joven poeta pozoalbense que ha sido este año merecedora del galardón gracias a su libro El cuadro del dolor. Representantes del mundo cultural, social y político de Los Pedroches acudieron a este recóndito lugar de la sierra para apoyar una iniciativa cultural que este año ha cumplido su undécima edición. Allí estuvieron siete de los ganadores del premio en anteriores ediciones: Juana Castro, Alejandro López Andrada, Pedro Tébar, Félix Ángel Moreno, Francisco Onieva, María Pizarro y Juan Bosco Castilla. Otros escritores, como Pérez Zarco, Conrado Castilla, Juan Ferrero, Julián Serrano o José Moreno Cabrera, también estuvieron presentes. Del ámbito de la cultura, no faltaron Juan Bautista Carpio, director del Museo PRASA-Torrecampo y de la Fundación PRASA, José María Sánchez, director de Aliara; Antonio Morillo, presidente de la asociación Piedra y Cal; Angélica Cabello, directora de la Biblioteca de Pozoblanco; Juan Emilio García, presidente de la Casa del Valle de Los Pedroches en Córdoba; y los periodistas Félix Ruiz Cardador, Antonio Arévalo, Antonio Manuel Caballero, Juanlu Dorado y Rosa García.
Los autores premiados en las diferentes ediciones del Premio Solienses junto a algunas de las autoridades asistentes al acto.
Del mundo de la política nos acompañaron Santiago Cabello, alcalde de Pozoblanco; Dolores Sánchez, alcaldesa de Villanueva de Córdoba; Juan Díaz, alcalde de El Viso y presidente de la Mancomunidad; Rosario Rossi, concejala de Cultura de Pozoblanco; Auxiliadora Pozuelo, delegada de Medio Ambiente en la Diputación de Córdoba; Sebastián Pérez Gallado, Secretario de Organización Provincial de IU en Córdoba; Juan Felipe Flores Moyano, portavoz de IU en el Ayuntamiento de Hinojosa del Duque; Miguel Ángel Pérez Pimentel, coordinador local de IU en Hinojosa del Duque; Florentina López, secretaria general del PSOE en Añora; y Pedro de la Fuente, secretario general socialista en Pedroche.
Del mundo empresarial acudieron Daría Romero, presidenta del CIET Los Pedroches; Santiago Valverde, presidente de la asociación de artesanos Ofiarpe y María Rubio Moreno, gerente del alojamiento rural El Palomar de la Morra, entre otros.
Antonio Merino, Ana Castro y Santiago Cabello, ante el impresionante paisaje de Pedrique.
El acto comenzó con un saludo inicial del alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello, que dio la bienvenida a los asistentes. Luego intervine yo mismo en nombre de la organización. Realicé un breve recorrido por la historia del blog Solienses, destacando su componente marcadamente comarcal y su vocación de "unir el localismo del propio territorio a la universalidad global de las comunicaciones digitales, fundir lo tradicional de los usos más autóctonos con la vanguardia de las culturas contemporáneas". Una vez más señalé la importancia del ejercicio de la crítica ("consustancial a Solienses") y subrayé "que el ejercicio de la libre opinión es fundamental para el desarrollo de una sociedad, que no puede haber progreso donde resista el miedo y el sometimiento". Resalté el Premio Solienses como el mayor logro del blog en estos quince años de vida próximos a cumplirse y describí la iniciativa como "el producto de una luminosa metamorfosis, de cómo una iniciativa personal se convirtió en un proyecto colectivo, porque sin la ayuda de tantos este resultado nunca hubiera sido posible". Finalicé dirigiéndome a los asistentes como "personas inquietas por lo que sucede en nuestra tierra, comprometidas con su historia, deseosas de un futuro mejor" y animando a sentirnos orgullosos de pertenecer a Los Pedroches: "Aquí nos reconocemos como pertenecientes a una misma tierra, aunque vengamos de aquí o de allá, aunque el azar ingobernable de nuestra vidas nos haya llevado lejos. Los que estamos hoy aquí somos de Los Pedroches y esa convicción nos identifica y nos da seguridad frente a las incertidumbres diarias". Puede verse mi intervención completa en este vídeo:
Seguidamente intervino Esther Cortés Bueno, en nombre del jurado que ha fallado el premio este año. Esther explicó las razones de esta concesión, señalando, en primer lugar, "la belleza y la fuerza vital" que el poemario El cuadro del dolor transmite al lector. "Ana Castro -dijo- escribe para salvarse, pero este relato tan íntimo y personal tiende hilos al lector por los que nos une y nos cose a un dolor del que no seremos ajenos a lo largo de este viaje". Señaló la unidad argumental de su estructura poética, la sinceridad del lirismo surgido de la experiencia personal de la propia autora, y el delicado análisis que se realiza del dolor físico como aspectos fundamentales que el jurado valoró en su decisión. La intervención completa de Esther puede verse en este vídeo:
Finalmente, tras recibir el arado romano de Ofiarpe como símbolo del Premio, Ana Castro mostró su satisfacción "porque traigo a mi criatura, El cuadro del dolor, al lugar del que brotó, a Los Pedroches en primavera, entre olivos, encinas, hilos, mujeres- raíz y paredes blancas". La autora señaló que su poemario "ahonda en esas raíces que en ocasiones forman nudos por mi pelo para encontrar un puñado de certezas a las que asirme cuando el dolor hace demasiado ruido en mí y los murciélagos rebotan y chillan una y otra vez contra las paredes de mi abdomen. Mis raíces hoy están en casa y brillan fuerte, porque al fondo del dolor siempre siempre queda la belleza, los días como hoy, relucientes". Ana finalizó leyendo varios poemas del libro galardonado y otras composiciones aún inéditas. Puede verse completa su intervención en este vídeo:
Antes del acto de entrega del Premio tuvo lugar una visita guiada por el recinto del Monasterio, durante la cual pudieron verse algunas dependencias (llamó la atención, por ejemplo, el oratorio de San Onofre, con pinturas murales de Aurelio Teno), varias obras del escultor que se conservan en la pequeña sala de exposiciones o el patio porticado. Admiró especialmente a los visitantes "la era", un mirador con vistas espectaculares sobre el valle y la montaña, que, en una mañana de nieblas en las cumbres, ofreció estampas maravillosas.
En el transcurso del acto se distribuyó también el nuevo catálogo de artesanos de Ofiarpe, para el que yo mismo he escrito una pequeña introducción. La jornada finalizó tomando, por cortesía del Ayuntamiento de Pozoblanco, un aperitivo que resultó muy elogiado, dicho sea de paso. Desde la atalaya de la explanada junto a la casa del guarda, las vistas sobre el conjunto del Monasterio de Pedrique y la sierra que nos envolvía resultaba realmente grandiosa. Sin duda, la mejor forma de cerrar una jornada emocionante y esperanzadora, muy satisfactoria también para mí como organizador, pues respuestas como esta animan a continuar en la tarea. Por eso mismo, necesito que las últimas palabras de esta crónica sean de agradecimiento a cuantos han hecho posible todo esto: al Ayuntamiento de Pozoblanco, a Rosario Rossi, por todos sus desvelos, a Santiago Cabello, por apoyar institucionalmente el acto con su presencia, a Ofiarpe, a 17 pueblos, y a todos los amigos que año tras año arropan con su calor una iniciativa que sin ellos sería otra cosa o, quizás, no sería nada.
Santiago Cabello, Rosario Rossi y Dolores Sánchez.
Vista del salón de actos de Pedrique durante la entrega del premio.
Ocho autores que han recibido el Premio Solienses en diferentes ediciones.
Los artesanos de Ofiarpe junto a la autora premiada.
Durante el aperitivo.
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