"La entrometida vecina de Dios" gana el certamen de narrativa corta de Torrecampo
Ricardo Martí Ruiz, autor premiado este año en el certamen de Torrecampo.
A mediados de abril se conoció el fallo del XX Certamen de Narrativa Corta 'Villa deTorrecampo', que anualmente convocan el Ayuntamiento de Torrecampo, la Diputación Provincial de Córdoba, la Asociación Benéfico Sociocultural y Deportiva PRASA y la Hermandad de Ntra. Sra. de las Veredas. El premio está dotado con 3.000 euros para una narración con una extensión máxima de 20 folios. La obra ganadora este año resultó ser el relato titulado "La Entrometida vecina de Dios", cuyo autor es el puertorriqueño Ricardo Martí Ruiz.
El jurado ha estado compuesto por María Antonia Ochoa Macazaga, psicóloga; Adrián Pérez Campos, empleado de banca; Juan Cano López, psicólogo y secretario de la hermandad Nuestra Señora de las Veredas; Juana Campos Romero, enfermera; y Juan Bosco Castilla Fernández, Secretario del Ayuntamiento de Torrecampo y escritor, que actuó como presidente. Según Juan Bosco, el relato ganador es "fresco, imaginativo, original, distinto, con una gran carga simbólica y de enorme actualidad, contado con el oficio de un gran escritor".
Ricardo Martí Ruiz (Puerto Rico, 1970) es autor de varios libros de relatos, entre ellos Cuentos cortos que no aburren (2018) y El finalito (2017). En un vídeo de agradecimiento distribuido por el Ayuntamiento de Torrecampo, el autor explica que en su relato aborda "ese mundo que hubo antes del universo" y reconoce las dificultades que le presentó su escritura: "Requirió mucho pensamiento, mucha concentración, mucho análisis y un poquito de valor". Martí agradece a las instituciones convocantes el mantenimiento de premios como este, que considera "oxígeno" para los escritores.
Según las bases de la convocatoria, el galardón debería haber sido entregado el pasado sábado 2 de mayo, coincidiendo con la romería y fiestas de Torrecampo, pero la suspensión de la celebración a causa de la pandemia lo ha impedido. El Ayuntamiento de Torrecampo ha decidido, sin embargo, difundir el relato ganador digitalmente para que los lectores interesados puedan disfrutarlo durante estos días de confinamiento. El relato puede leerse pinchando AQUÍ o en la imagen siguiente. Léanlo y juzguen por ustedes mismos si ha resultado ser un digno ganador.
Pinchar en la imagen para leer el relato ganador.
14 comentarios :
Pues no sé, no sé. Empieza bien, estos suramericanos empiezan bien, tienen un lenguaje brillante, te atrapan con el enfoque que ponen sobre las cosas, sobre las historias. Lo he leído a saltos porque, hombre, seguir toda la fábula de continuo...Esto ya me olió a chamusquina. Cuando me pasa eso: chamusquina. Tendría que leerlo otra vez. Cuentos con moraleja...En fin, ingenioso sí es. Pero no sé, no sé. Que otros digan qué les pareció. Yo ya soy un poco viejo. Bueno, anciano, en esa franja horaria del paseo que tan gentilmente nos ha regalado Pedro.
El certamen se abre al panorama literario internacional que no es poco.
Estoy de acuerdo con usted prácticamente en toda su crítica. No me ha gustado nada pero reconozco que es literatura. Tratándose de este tipo de certámenes no es poca cosa.
La verdad es que el relato es de una gran simpleza tanto argumental como literariamente, pero claro, habría que ver cómo eran los demás para que haya ganado este.
La verdad es que se te queda cierta cara de póker cuando terminas.Imaginación brillante. Las ocho - diez primeras páginas me han gustado - agilidad - luego creo que baja la intensidad del relato....yo me he perdido un poco y he tenido que volver a iniciar algunos párrafos intentando comprender y buscando el hilo perdido...creo que en las dos hojas finales vuelve a subir. Son mis impresiones de lector normalito....no soy crítico literario.....Como dice un comentario anterior... no sé, no sé...
Extraordinario y genial. Esos son mis apelativos para el relato premiado. Y no se el motivo por el que el primer escribiendo alude a "estos suramericanos" cuando el autor premiado es de Puerto Rico, territorio que como todos sabemos nada tiene que ver con Suramérica, ni geográficamente ni políticamente.
Antonio pareció invitar a sus lectores a dar una opinión sobre el relato premiado. Y ha habido una respuesta, no muy abundante pero sí con interés y, naturalmente, subjetivismo. El primer comentarista dio su opinión, indecisa opinión pues repite "no sé", "no sé". No sabe a qué carta quedarse (yo así lo deduzco) quizá porque lo consideró irregular. Solo eso: irregular. A mí también me resultó irregular. No se discute aquí la brillantez del texto ni la imaginación o la fantasía. "Extraordinario y genial" dice otro comentarista. Subjetivismo puro. Pero es que en esto de la literatura y su DISFRUTE influyen tantas cosas: la educación literaria, las obras que influyeron en su formación, los intereses y preocupaciones personales, el momento vital en que se encuentra.
Por eso creo que los jurados siempre tienen un difícil papel pues son personas diferentes, con unos gustos diferentes etc. Y tienen que decidir sobre un montón de obras presentadas, a no ser que se les den ya seleccionadas unas cuantas y así tendrán que leer menos. Otra cosa es la nacionalidad del autor: efectivamente Puerto Rico no es un país sudamericano, lo que no impide que escriba como un sudamericano, o más bien hispanoamericano que no sé si es lo mismo, y a mí me lo parece. Me recuerda a escritores de este boom. Pero la discusión no está en su patria sino en su relato. Finalmente aplaudir la creación de este premio, su cuidado constante y su convocatoria, el cariño con el que su presidente lo trata. Y ¡a opinar!, que como todos sabemos: para colores...
Que cosas mas raras hay que leer en este blog cultural. Se dice aquí que el autor escribe como un sudamericano. Y eso como es, como García Márquez, Vargas Llosa, Gaelano, Isabel Allende por nombrar a alguien?
Brillantez formal. No sólo presente en la literatura sino también en el uso habitual de la lengua.
A vueltas con el relato lo he vuelto a leer otra vez -y van cinco- y estoy de acuerdo con los comentarios que indican que este relato no sigue el realismo mágico de García Márquez y compañía Es un relato ingenioso y así me resulta su trama. Pero no me atrapa. Acumula momentos. Nadie discute la brillantez de la forma, que ya se ha dicho eso por otros comentaristas. Y por supuesto a esos escritores que se nombran: Vargas Llosa, Márquez...no les llega este a la suela de un zapato. ¿Ha superado este escritor el realismo mágico? Puede ser. Aunque ese mundo primigenio de Dios y su intervención en el mundo tiene reminiscencias claras del Macondo de Márquez: "El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo", Cien años de soledad. Lo he leído varias veces, el relato, y me sigue pareciendo, dentro de su ingeniosa orfebrería, un tostón.
Hombre, es que Cien años de soledad es una de las mejores novelas escritas en cualquier lengua en toda la historia. Es de una belleza inigualable, desde el principio hasta el fin. Es mi libro de cabecera. SyR.
Tenemos una curiosa idea de la democracia. Basada principalmente en poder cuestionar cualquier tema sin tener ni la más remota idea. Las noticias últimamente están llenas de ejemplos. Y aquí tenemos otro. Como hacemos con los alcaldes de nuestros pueblos, a los que machacamos siempre que podamos esconder nuestros nombres, hasta que algún día consigamos que nadie quiera asumir esa responsabilidad (muchos ya se niegan por no exponerse a escarnio público y gratuito). Un grupo de personas a los que une su afición por la lectura aceptan formar parte de un jurado de un premio literario... Y aquí estamos cuestionando. Con la idea de quien sitúa Puerto Rico en América del Sur, mismamente. Pero, por supuesto, desde el anonimato. No vaya a ser que alguien se de cuenta de que además de analfabetos, somos un auténtico coñazo. Y sí, voy a escribir esto como anónimo. Porque, como todo lo leído hasta ahora, creo que no es de recibo que se acepte y se publique. Como un cobarde más que tira la piedra y esconde la mano. Demócratas que somos.
¡Qué mal asimilamos las críticas compañeros! Y eso que lo que se lee en ellas, por lo que he comprobado, son alabanzas sobre el trabajo premiado: lenguaje brillante, ingenio, pura literatura, imaginación brillante, agilidad en el texto, extraordinario y genial, brillantez formal etc. Nunca se ha criticado al jurado. Y a todos ha parecido un relato digno del premio. Pero entramos en el campo de la valoración y esto ya escuece. Unos dicen que "te atrapa", otros dicen "que no lo atrapa" el texto. Lógico. Es cuestión de gustos. Uno dice que es "un tostón" y otro confiesa que "es extraordinario, genial". Lógico. ¿Se ha criticado acaso de una manera personal a quien dice una cosa o la contraria? Siempre se ha estado hablando del relato, de la impresión que a cada uno ha dejado el relato. Solo el último comentarista se ha salido de la "verea el rancho", (mayo, 23) y ataca de una forma más clara a los propios comentaristas: "cobardes", "ejemplos de cuestionarlo todo sin tener la más remota idea", uno "que sitúa Puerto Rico en América del Sur". Ataque personal cuando nadie ha atacado al jurado. Solo un comentario desmerece, el de mayo, 15, 12:14h, que cuestiona el resultado final. Pero, ¡tiene derecho este también a expresar su opinión? Yo se la otorgo, aunque no coincida conmigo. Los demás sí saben de lo que hablan. Y meter aquí a los alcaldes o alcaldesas haciendo una comparación lo veo excesivo. Yo acepto el anonimato porque si aquí aparecieran los nombres y se expresaran libremente los comentaristas, uno a uno irían cayendo. Lloverían las críticas personales y los insultos y todos dejarían de opinar. Es triste, pero es así. Opinemos libremente pero sin atacar directamente a los demás. ¡Qué sana es la democracia cuando se usa bien!
Nos lloverían las críticas, y por eso somos anónimos... Bien, Anónimo | sábado, mayo 23, 2020 3:05:00 p. m. Y aprovechamos el anonimato para cuestionar, para criticar, que estamos en nuestro derecho. Muy curioso sentido de la democracia, repito. Y lo repito desde la cobardía del anonimato también.
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