Secretos en la Catedral
Actuación de Los Secretos ante la fachada de la Cadedral de la Sierra, anoche. [Fotos y vídeo: Solienses]La actuación de Los Secretos anoche en Hinojosa del Duque fue uno de esos momentos mágicos que se viven de vez en cuando si eres capaz de abstraerte de lo que te rodea. Una plaza de la Catedral a oscuras mientras la potencia de la luz se centraba en la portada renacentista de la Iglesia de San Juan Bautista que sirvió de decorado a un recorrido por cuarenta años de la mejor historia del pop-rock español. Es cierto que no se cumplieron del todo los protocolos anti-covid (de ahí mis dudas) y que urge inculcar a la chiquellería un mayor respeto por la música, pero, si te olvidabas de todo, cabía entonces disfrutar intensamente de un concierto sensacional a pocos metros de los artistas, privilegio difícil de conseguir en otros lugares.
Álvaro Urquijo se entregó al público desde el primer momento, afable hasta el límite y con muchas ganas de agradar. Confesó que era su primer concierto desde la pandemia y en sucesivas intervenciones contó anécdotas de su relación con Sabina (al que siempre se refería con reverencia) o el trasfondo de algunas canciones, con un emocionado recuerdo a su hermano Enrique, y agradeciendo muchas-muchas veces que se hubiera contado con ellos para esta programación, transmitiendo una cordial imagen de modestia y cercanía, a pesar de constituir el grupo un pilar fundamental de la música popular española desde los años 80.
En lo musical, el concierto fue un gozoso repaso por todos sus grandes éxitos de cuatro décadas (Déjame, Sobre un vidrio mojado, Pero a tu lado, Échame a mí la culpa, La calle del olvido, Ojos de perdida, El bulevar de los sueños rotos, Ojos de gata, Agárrate a mí, María...) y también algunas canciones de sus últimos discos, entre ellos Mi paraíso, publicado a finales de 2019 ("con tan mala suerte..."). La hora y media larga que duró su actuación logró una seductora inmersión en la nostalgia de la juventud perdida, para qué vamos a negarlo. Anoche en la plaza de Hinojosa apenas había jóvenes, porque los que acudieron a escuchar a Los Secretos eran sus padres y quizás abuelos. No es de extrañar, así es la música y sus dependencias vitales.
1 comentarios :
La música es una de las mejores terapias, y en momentos como los actuales más necesaria que nunca, mi felicitación a los organizadores del concierto, el marco excepcional, una plaza de ensueño
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