Desolación en La Cigüeñuela
Ahora se trataba de encontrar otra ermita, vinculada también a un caserío privado, pero en el otro ecosistema básico de Los Pedroches: la dehesa. Mientras que de las ermitas de la sierra había escuchado hablar con frecuencia desde hace tiempo, era mucho más raro aquella pista que me conducía a un oratorio asociado a una explotación ganadera tradicional en medio del encinar. Se trata de la conocida popularmente en Villanueva de Córdoba como ermita de don Juan Manuel, en el paraje de La Cigüeñuela, en la honda dehesa. Una construcción extraña situada en un cruce de caminos, en medio de un espectacular paisaje, que quizás tuvo en el pasado alguna significación como hito territorial.
Al llegar al lugar te encuentras una enorme pared de piedra seca por la que sobresale a duras penas una misteriosa espadaña de piedra antigua de granito que un día cobijaría una sola campanilla. La pared resulta absolutamente impenetrable, aumentando el secreto de lo que se encuentre al otro lado. El oratorio debió ocupar la planta baja de un edificio a dos aguas con encamarado que hoy, sin embargo, se ha hundido completamente. Todo el conjunto de edificaciones anexas, del que resulta difícil determinar su función, amenaza derrumbe. Uno se imagina algún tipo de espacio para albergar al caminante, aunque la finca en que se encuentra presenta evidencias antiguas de su dedicación al ganado porcino. Entre paredes extrañamente altas que delimitan corralones, no pude averiguar si originariamente la ermita estaría exenta y con el tiempo se le fueron añadiendo los anexos que hoy la rodean por un lateral o lo que se ve, por el contrario, responde a la configuración original.
Las encinas han invadido lo que algún día fue un recinto delimitador y el conjunto presenta un aspecto fantasmal que hipnotiza. No conozco nada semejante en Los Pedroches. Su final es el derrumbe, bien escrito está en el aire, y quizás el olvido inmisericorde, pero mirando allí, por entre aquellas paredes ruinosas que no sabes lo que significan, asalta la necesidad perentoria de conocer qué fue aquello, cómo llegó a tal estado, qué ocurrió allí y cómo puede ser que tales muestras de arquitectura tradicional tan sublimes sucumban al paso del tiempo sin la esperanza pequeña de ninguna redención.
4 comentarios :
Muchas gracias por estos reportajes. Nos Dan una idea muy profunda de nuestro entorno. Gracias
Encinas y pájaros convertidos en singulares feligreses sin cura definido....me gustaría conocer historias del lugar. Seguramente tendrían mucho sabor...El lugar lo desprende...
Algún jarote ha lanzado la idea de que en este lugar se levantara un ermita y un espacio para venerar a la Virgen de Luna,acabando así con las controversias y desencuentros entre jarotes y tarugos, y la división temporal entre un pueblo y otro( Perdón, entre el pueblo de Villanueva y la ciudad de Pozoblanco).
Recuerdo de niño acompañar en el coche a mi padre a una finca cercana propiedad de mi madre y al pasar junto a la Ermita narrar él la historia de un cura (don Juan Manuel) que, castigado por la jerarquía eclesiástica de la época, se retiró a una finca de su propiedad, dónde se hizo edificar la citada ermita en la cual decía misa para los feligreses de los cortijos vecinos, entonces mucho más numerosos que en la actualidad.
No sé hasta que punto es cierta la historia. Me gustaría que alguien nos iluminara sobre lo fidedigno de este relato.
En Villanueva de Córdoba a la zona se la conoce como "la Ermita" o la "Ciguiñuela", sin "e" y sin diéresis, y está situada a medio camino de las carreteras a Adamuz y Obejo, a unos quince kilómetros del pueblo.
Publicar un comentario