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Dos nuevos libros vienen a enriquecer esta semana la estantería de las novedades en nuestra biblioteca comarcal. Por un lado, tenemos dos nuevos poemarios de Alejandro López Andrada, quien este año, por esos caprichos del azar editorial, va a ver publicadas un total de tres obras: la novela Un jilguero en el ático, a la que ya nos hemos referido en otra ocasión, y estas dos novedades, Va oscureciendo y La niña de los luceros. Va oscureciendo (Hiperión) es el libro ganador del Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez. Según la nota editorial, "en este poemario, el autor cordobés nos dibuja seres y escenas familiares, tras el duro confinamiento de la pandemia, a través de uno de los versos de aroma campesino y aliento romántico, en un tono emotivo, sutil, conmovedor". La niña de los luceros (Toromítico), por su parte, es un libro de poemas infantiles que constituye, según la información de la editorial, "una maravillosa introducción al universo lírico y tiene además la virtud de mostrar los encantos y bondades de la vida rural, del contacto con el campo y la Naturaleza, de un modo sencillo y memorable". En esta obra el autor "brinda a padres e hijos este hermoso poemario que, como en su día hicieron las obras de la recordada Gloria Fuertes, o el Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, facilitará a los más pequeños el contacto temprano con la poesía".

Estos días ha aparecido también la novela Nieve para Inés de Fuentes, del escritor jarote Alfonso Cantador Alias, publicada por la editorial de Villanueva de Córdoba La Fuente Vieja. La obra está basada en la vida real de Inés de Fuentes, una joven y pionera mujer de ciencia que vivió en los años finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, un momento histórico en el que la protagonista participa en el Movimiento Renovador de la Medicina y la Ciencia en España, promovido desde la ciudad de Sevilla. La novela parte de su nombramiento como primera matrona oficial en una de las Siete Villas de Los Pedroches, Villanueva de Córdoba, cargo al que accede con la ayuda de su maestro: un viejo médico y astrónomo judío converso, amante de los libros antiguos al igual que ella. Este, tras ser expulsado de su Cátedra de Medicina en Granada, se asienta en el Condado de Belalcázar, y de él aprende y experimenta todo su conocimiento científico para el desarrollo de su profesión como matrona. Paralelamente, surge el amor en su vida con un miembro de la principal familia de mercaderes de la época: Los Federighi, procedentes de Italia y asentados entre Sevilla y Cádiz.

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