Lo más leído en los últimos días

BLOGDROCHES Actualidad

Blogs de autor

Políticos

4 com

El genocidio olvidado

Ayer se estrenó en el Gran Teatro de Córdoba el documental "¡Dejadme llorar! El genocidio olvidado", dirigido por Jordi Gordon. Al acto asistieron más de 700 personas, en su mayoría familiares y víctimas de la Guerra Civil en Córdoba, el juez Baltasar Garzón y el historiador jarote Francisco Moreno Gómez, en cuyas obras sobre la represión franquista en la provincia se basa la película. El documental recoge los testimonios de los últimos testigos directos y de las familias víctimas del franquismo, con la voz del propio Francisco Moreno como narrador. Allí se habla del sufrimiento, la marginación, la represión y el terror que vivieron las víctimas y del que viven todavía los familiares que les sobrevivieron, condenados al olvido, a los que hoy se quiere privar incluso de la memoria. Hubo lágrimas, cuentan las crónicas, muchas lágrimas. El último gesto de rebeldía frente a quienes desearían solo silencio.


Trailer del documental.
0 com

El Círculo de Bellas Artes de Pozoblanco entrega sus premios


Francisco Vera Muñoz posa junto a la obra ganadora en la modalidad de pintura. [Fotos: Círculo de Bellas Artes de Pozoblanco].

Como cada año por estas fechas el Círculo de Bellas Artes de Pozoblanco ha entregado los premios de su Certamen Nacional de Pintura y Escultura, que en esta convocatoria alcanza ya si 51ª edición. En la modalidad de pintura ha resultado ganadora la obra "El canal", un óleo en tabla del artista cordobés Francisco Vera Muñoz. En la modalidad de escultura ha obtenido el primer premio el trabajo titulado "Meta", un bronce del jiennense Juan de Dios Sánchez García. También recibieron una mención de honor las obras "Caldera" de Sergio Romero Linares (óleo sobre lienzo), "Hombre pescado" de Jesús Montoya Herrera (Barro cocido-Policromado-Metal y Piedra) y "Los viejos ya no pueden y los jóvenes no quieren" de Natalia Solé González (Resina sobre madera). Un total de 50 obras fueron seleccionadas para el certamen y se han expuesto en la sede de la asociación durante los días de feria.


"Meta", de Juan de Dios Sánchez García, obra ganadora en la modalidad de escultura.
0 com

Octubre, un mes con sabor



Durante el mes de octubre se celebran dos de las Ferias más sabrosas de Los Pedroches: la del jamón en Villanueva de Córdoba (del 8 al 10) y la del lechón ibérico en Cardeña (del 16 al 18), dos de los productos estrella de la comarca. ¿Quién puede superar esta oferta?
0 com

Con San Martín por la ruta del Loira


Iglesia de San Martín en Candes (Francia).

Durante los últimos cinco años he publicado en la Revista de Feria de Añora una serie de pequeños artículos con la biografía de San Martín de Tours, patrón de Añora. El trabajo formaba parte de un proyecto de libro sobre la vida de San Martín y la historia de su culto en Añora que luego, como otras iniciativas semejantes, no llegó a concretarse, diluido quizás por un ambiente poco propicio. El apartado biográfico era una elaboración de síntesis a partir básicamente de obras como la Bibliotheca Sanctorum del Istituto Giovanni XXIII della Pontificia Università Lateranense (Roma, 1967) y la Vita Martini de Sulpicio Severo, además de otros apoyos bibliográficos menores. En la Revista de este año se publicó el último capítulo de la serie y, casualmente, pocos días después de entregarlo a la imprenta realicé un viaje a la Francia interior que me llevó, aunque el propósito era otro, por algunos de los lugares sagrados de la vida y muerte del santo.

Aunque Martín nació (316) en Sabaria, una ciudad situada en la frontera del imperio romano de Occidente, en la provincia de Panonia, que, a orillas del Danubio medio, actualmente forma parte de Hungría, su vida está muy vinculada a Francia. En Amiens (338) suelen situar sus hagiógrafos el famoso episodio de la partición de su capa para entregarle la mitad a un pobre vagabundo. Luego, tras varios años en Roma, se traslada a Poitiers, siguiendo los pasos de Hilario, elegido obispo de esa ciudad en 350. Pronto fundó el monasterio de Ligugé, el más antiguo de toda Europa, y en el 371 fue elegido por aclamación obispo de Tours. Martín murió en el 397 en la pequeña aldea de Candes, adonde se había retirado para continuar su labor apostólica. Su cuerpo fue conducido desde allí navegando por el Loira hasta Tours, donde fue depositado en una humilde tumba sobre la que pronto se levantaría una basílica.



Interior de la Iglesia de San Martín en Tours.

Una auténtica explosión de culto en torno a su figura surgió inmediatamente después de su muerte, siendo Tours el principal centro de adoración, y se le veneró como a un santo desde el día en que sobre su tumba se elevó un santuario. También se construyeron basílicas en Marmoutier, Candes y Ligugé. Muchas iglesias, además, fueron puestas bajo su patronazgo (en la actualidad, solo en Francia se cuentan más de tres mil quinientas parroquias dedicadas a San Martín; pero también son muy numerosas en Hungría, su país natal, Italia, Alemania, Inglaterra e incluso Estados Unidos).

La gran basílica de San Martín en Tours, erigida entre el 465 y el 470, se mantuvo durante cuatro siglos, hasta su destrucción total por los normandos en el 903. Fue entonces elevada una nueva basílica, la cual también fue después totalmente destruida por un incendio en el 997. Una nueva gran iglesia de estilo románico, que fue dedicada en el 1008, se conservó hasta la construcción en estilo gótico de la gran basílica del siglo XIII, en la cual se integraron algunas partes de la primitiva románica. Tras la Revolución quedó en ruinas y fue totalmente demolida en el 1802. Hasta 1890 no se construyó de nuevo una gran iglesia, la que hoy subsiste y en cuya cripta se guardan los restos encontrados en la tumba de San Martín que sobrevivieron a la quema por los hugonotes en 1562.


Tumba de San Martín en la cripta bajo la iglesia de Tours.

Aunque habían pasado varios años desde que elaboré esa biografía, su revisión para la Revista había removido de nuevo la seducción que todo personaje ejerce sobre su biógrafo y me resultó imposible no desviarme un poco de mi ruta para alcanzar algunos de los lugares donde San Martín vivió hace mil seiscientos años. Poitiers, por ejemplo, resultó ser una encantadora ciudad de provincias que conserva una iglesia dedicada a San Hilario, aunque lo que más me admiró fue la fachada románica de la antigua colegiata de Notre-Dame-la-Grande, ricamente esculpida. En Candes, donde el santo murió, situada en la confluencia de los ríos Loira y Vienne, se levanta una imponente iglesia que nadie imaginaría en una localidad tan pequeña, convertida al parecer en un importante centro de peregrinación. El mayor recuerdo, sin embargo, se mantiene en la muy turística Tours, con un museo dedicado a la figura de su antiguo obispo (el cual, lamentablemente, no pude visitar, por encontrarse en obras) y la gran iglesia, que, aun no siendo siquiera ni sombra de lo que debió constituir la primitiva gran basílica, resulta imponente. En una cripta de esta iglesia se erige un monumento bajo el cual estaría la primitiva tumba del santo, del que se conservan algunas reliquias. Las paredes de la cripta aparecen llenas de ofrendas y muestras de agradecimiento. Sin embargo, aunque busqué, no hallé en todo el edificio ninguna imagen de San Martín.


Lugar original del enterramiento del santo.

La ruta continuó luego por los grandiosos castillos del Loira, auténtico objeto del viaje, pero esta pequeña peregrinación laica por los lugares de la vida de San Martín, en tan lejanas tierras, me unió momentáneamente desde la distancia con mi pueblo y me hizo reflexionar sobre lo azaroso de las relaciones territoriales y emocionales, sobre los vínculos que nos unen y nos separan, sobre lo fortuito de cualquier construcción cultural e histórica y sobre los aventurados caprichos del destino.


Tienda de recuerdos de San Martín en la iglesia de Tours.


Señalización en una calle de Tours.
8 com

Bertín, su gloria y nuestra dignidad


Bertín Osborne anoche en TVE1.

El mismo día que en Pozoblanco Paquirri había sido cogido mortalmente por Avispado, el cantante Bertín Osborne dio un concierto en la misma Plaza de Toros, utilizando como camerino la enfermería del coso con su suelo aún semicubierto de serrín ensangrentado. O, al menos, eso es lo que cuenta él, la última vez ayer mismo, en el programa "En tu casa o en la mía" de TVE1 (a partir del minuto 40): "Llegamos al pueblo. La plaza de toros estaba llena para el concierto mío. Los músicos míos se cambiaron en la enfermería. En la enfermería había un montón de serrín con la sangre. Eso lo he visto yo, ese mismo día. Yo les digo que yo no puedo cantar, yo estaba llorando, un marrón horroroso. Entonces me dice Toni: Bertín, el alcalde nos pide que por favor cantes, porque la plaza está llena". En su relato, el contraste con la brutalidad rural de los aldeanos insensibles al dolor se compensa con la emoción del cantante que le impidió ir más allá de la tercera canción. No es la primera vez que el jerezano cuenta esta escalofriante historia de la España profunda, aderezada, por si más morbo se necesitaba, con una búsqueda de cazadores furtivos por parte de la Guardia Civil.



El problema es que, según todo parece indicar, el relato de Bertín es falso, aunque, con el paso del tiempo y a base de repetirlo tantas veces, él mismo haya llegado a creérselo. En aquellos años, los conciertos de las primeras figuras del pop nacional que por entonces visitaban Pozoblanco no se realizaban en la plaza de toros, sino en la Caseta Municipal de la feria, donde, antes y después de las actuaciones estelares, las orquestas de baile animaban al personal. Un recorte del programa de la feria de Pozoblanco de aquel año certifica que la actuación de Bertín Osborne no estaba programada en la plaza de toros. Por tanto, él nunca actuó allí ni sus músicos vivieron la escena dantesca de cambiarse de ropa en una enfermería con sangre por las paredes ni serrín en el suelo. Todo es una fabulación del ahora presentador. Ya en 2008, cuando relatara la misma historia en otro programa de TVE, Miguel Cardador López escribió un artículo en el semanario Los Pedroches Información denunciando los "auténticos disparates" que Bertín había soltado en su intervención y deseando "desmentir la aberración de un alucinado Osborne".

Bertín Osborne miente en su relato de los hechos, lo ha repetido al menos en dos ocasiones casi con las mismas palabras. ¿Afán de protagonismo? ¿Desmemoria? Nos da igual. Lo único que sentimos en Los Pedroches es que él construye su gloria derribando nuestra dignidad. Y en horario de máxima audiencia.
3 com

El afterparty de José Jurado

Obra de José Jurado para la exposición "Resaca Nacional"

Cuando la fiesta acaba, queda la realidad desnuda del hombre frente a sí mismo, una vez que los mitos y los símbolos han desaparecido. Una vez que el misterio del ritual socializador concluye, se muestra la auténtica verdad antropológica del animal que nos habita. La desolación de un paisaje sin habitantes, como arrasado tras el ruido y la furia, donde solo muestras inertes de lo que fue barbarie responden sobre nuestra propia condición de depredadores y se expresan emocionalmente como catalizadores de la decadencia de nuestro linaje. El botellón se ha convertido en un fenómeno de masas de alcance etnográfico y la fina intuición de José Jurado ha sabido captar por primera vez el componente artístico que subyace bajo una convocatoria que enlaza con los rituales báquicos de la antigüedad, pero sin más conexión religiosa ahora que el puro carpe diem entendido al modo posmoderno del siglo XXI.

Del 29 de septiembre al 29 de noviembre se va a exponer en el Espacio Iniciarte Córdoba la muestra "Resaca Nacional", con la que el artista villaduqueño José Jurado reflexiona sobre la juventud española actual, sus formas de ocio y su búsqueda de identidad colectiva a través de una interpretación contemporánea de los bodegones de la pintura clásica. En el catálogo que se ha editado con motivo de la exposición, el profesor Ángel Aterido vincula la obra de Jurado con las naturalezas muertas de Willen Heda, Pieter Claesz, Jan Davidzs de Heem y otros pintores holandeses que allá por el siglo XVII gustaron de representar en sus obras "el desorden de copas vacías volcadas, de migajas caídas de platos semiamontonados, de restos del banquete esparcidos sobre la mesa... silencio y un galimatías de objetos". La contemplación de la basura que sobrevive al festín se eleva a categoría artística cuando un marco dorado de inspiración barroca encuadra la estampa y la dota de un significado que trasciende su banal naturaleza cotidiana y pasajera. En los bodegones del botellón de José Jurado existe una tensión dialógica que invita a intentar comprender el porqué de lo que con frecuencia solo se contempla con desprecio. Tras la botella semivacía de Ballantine's y el plástico de la Coca-Cola de dos litros se esconde un testigo de la globalización de usos y costumbres que ha permitido tomar instantáneas semejantes a la vez en grandes ciudades como Madrid y en pequeñas poblaciones de La Mancha, borrando de un plumazo las fronteras cada vez más difusas entre el cosmopolitismo urbano y el bucolismo rural. La muchedumbre anónima alcoholizada se convierte, además, en el referente de una sociedad adormecida que, como los lotófagos homéricos, ingiere su manjar mitológico para olvidar. O quizás, sencillamente, para soportar la vida que les ha tocado vivir. La vida que nos ha tocado vivir.
0 com

Paréntesis obligado

Por haber asumido recientemente nuevas responsabilidades laborales, que me ocupan todo el tiempo disponible (e incluso el no disponible), no he podido actualizar el blog durante los últimos días y tampoco voy a poder hacerlo durante la próxima semana. Pero luego volveremos de nuevo con más bríos para disfrutar juntos de la cultura en Los Pedroches.