Foros
Cerro del Cuerno/3La red Internet constituye en la actualidad un medio de difusión de proporciones infinitas, que deja en pañales a los métodos hasta ahora conocidos en cuanto a rapidez de transmisión y niveles de audiencia. Además, el público que la maneja se corresponde, por lo general, con las capas más dinámicas y activas de la sociedad, casi siempre ávidas de novedades y atentas a cualquier cambio que signifique un progreso. De las diversas formas de comunicación pública entre particulares que ofrece la Red, una de las que está revolucionando el mundo de la información son los foros de discusión, de los cuales ya existen más de diez cabeceras con nombres de pueblos de Los Pedroches. Ahí se transmiten informaciones y opiniones sobre asuntos locales que jamás podrían leerse en otros medios de comunicación, casi siempre demasiado amordazados por los intereses que los mantienen. Se trata de un modo de conversación asincrónica que permite que las reflexiones individuales queden a disposición de quien quiera leerlas en el futuro, pudiendo a su vez hacerse réplicas y contrarréplicas a lo dicho anteriormente. A pesar de las salidas de tono que en principio puede propiciar el anonimato, está comprobado que, cuando el foro se consolida, cada vez son menos las intervenciones ruidosas y más las serenas y reflexivas: véase, como ejemplo, la apasionada controversia de este verano sobre la supresión de la muestra Pop-zoblanco en el foro de Pozoblanco o la violencia de las opiniones políticas en el de Villanueva de Córdoba, reflejo fiel de la extraña configuración de su ayuntamiento.
Que se trata de un “peligroso” instrumento de opinión y participación en los asuntos públicos de nuestras localidades pudo demostrarse en las pasadas elecciones municipales, cuando los foros respectivos de las páginas web de los ayuntamientos de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba fueron desactivados, seguramente porque a los patrocinadores no les gustaban las opiniones que en ellos se vertían y consideraban un riesgo la propagación libre de pensamientos no siempre ortodoxos ni políticamente correctos. Se trata de un error estratégico. La publicidad negativa hacia los responsables de esos ayuntamientos ha sido mayor y el silencio no se ha logrado, pues es imposible poner mordazas en Internet. Son otros medios, otros métodos, y las formas tradicionales de censura de los que prefieren acallar la punzante discusión pública y la incómoda reflexión personal no funcionan con ellos. Ahí está su peligro y su grandeza.
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