Demófilo

Demófilo

Se acaba de publicar el número correspondiente al primer semestre de 2004 de la revista de cultura tradicional Demófilo, que edita la Fundación Machado. Se trata de un número monográfico dedicado a la provincia de Córdoba (con un extenso repertorio bibliográfico sobre la cultura tradicional en la provincia adjunto en forma de separata), en el que se incluyen dos artículos referidos a Los Pedroches. Por un lado, Luis Félix Lepe Crespo escribe sobre "Los muñidores de la comarca de Los Pedroches", haciendo un recorrido por la presencia en nuestros pueblos de estos cantores relacionados siempre con las hermandades de Aurora y, sobre todo, de Ánimas. Por otro lado, en la sección "Rescate", se reproduce el texto correspondiente a las bodas en Añora del libro de Antonio Porras Márquez Prácticas de derecho y de economía popular observadas en la villa de Añora, precedido de una pequeña introducción que escribo yo mismo.

Como ya he dicho en otra ocasión, este delicioso texto lleva camino de convertirse en el más veces editado de los referidos a nuestra comarca. Le sobran razones, pues se trata de un acercamiento privilegiado a unos usos y costumbres hoy totalmente desaparecidos, que nos presenta una postal muy certera sobre los modos de vivir y entender la realidad de las cosas de hace ya un siglo. He aquí, a modo de ejemplo, un pequeño fregamento referido a los "daos":

Media hora antes de ponerse el sol, la casa en orden, todo limpio y aseado, la novia ataviada, aunque no con el traje de boda, toma asiento en el promedio de un banco de madera, con respaldo, que ha de estar colocado, precisamente, en la cocina, al Iado del hogar que da frente á la puerta de la casa. A la derecha de la novia se sienta su madrina de bautismo y á la izquierda una parienta cercana. Antes del toque del Ángelus comienza el acto, al que concurren todos los invitados á la boda, y todos los que, sin estarlo, deben cortesía, tienen que cumplir, como allí dicen gráfica y precisamente, con la familia de la novia. Todas las mujeres que asisten van tocadas de mantilla. Quítanse los hombres el sombrero al llegar á la entrada de la cocina, y hombres y mujeres adelantan serios hacia la novia, quien se pone de pie para recibir el don; extiende la mano derecha, y en ella van depositando los hombres una peseta en plata y las mujeres dos reales también en plata (sólo por no encontrarlos, después de muy buscados, serán en calderilla). Cuando la mano de la novia se ha llenado, deja las monedas en un canastillo (fue tiene prevenido para este menester, y torna el desfile y el caer de las monedas. Lo general es que se pase y se haga en silencio la donación; pero si alguno dice algo, y sucede á veces, ha de decir precisamente: yo quisiera que fuese la jesa é la Vera (la dehesa del pueblo que hasta hace poco fué de propios).

La foto corresponde a una boda celebrada en Añora en 1901, que, junto con otras, también se reproduce en la revista.