Rumanos
Vengo siguiendo con interés durante los últimos días el "asunto" de los rumanos en Córdoba capital. Un centenar de inmigrantes de esa nacionalidad asentados en la ciudad durante las últimas semanas han puesto a prueba la (in)capacidad de los políticos tradicionales para gestionar y dar solución a problemas nuevos. Primero fueron desalojados de un terreno cercano a ABB, donde habían acampado en condiciones míseras, y trasladados al Camping municipal, pero al cabo de seis días salieron de esas instalaciones de acampada por la incapacidad del Consistorio de hacer frente al coste de su estancia. Las explicaciones de la concejala de Participación ciudadana y Cooperación rebasan con creces lo patético: " Estamos hablando de un grupo muy específico, que es el rumano de etnia gitana, que es cierto que vive de la mendicidad, no como otros grupos que vienen a los países desarrollados para incorporarse a las tareas agrícolas. Teniendo en cuenta su condición de nómadas, nosotros les hemos facilitado alojamiento sólo durante unos días, porque sabemos que ellos se van a ir". Y luego, y quizás ahí esté la clave de todo, la concejala, que hasta hace poco, al parecer, se encontraba al otro lado de la línea que marca las responsabilidades de gobierno, afirma sin rubor que probablamente ella misma, si militara en las ONGs, también se hubiera plantado ante la gestión que el Ayuntamiento de Córdoba está llevando en este tema. Esta esquizofrenia está muy presente en la vida política y social de nuestro país en los últimos tiempos. Hay como una fuga demagógica hacia adelante, simplificando los problemas hasta extremos insultantes tanto desde una visión como desde otra. Unos viviendo en el mito eterno de la arcadia feliz y del hombre bueno por naturaleza, otros (o quizás los mismos cuando pasan al otro lado) incapaces de cualquier solución imaginativa y, sean de la ideología que sean, según se va viendo, tan sólo dispuestos a plantearse el tema como un problema de orden público, cuya solución, esa sí, se conoce desde que el hombre era mono. Pero lo cierto es que tanto unos como otros sólo muestran su incapacidad de enfrentarse al reto fabuloso de la inmigración masiva que en nuestro país no ha hecho más que empezar, para el que no valen los remedios del siglo pasado. Ante una situación de un dinamismo constante, que crece y cambia y actúa y afecta a cada segundo, la conceja propone que "tenemos que sentarnos todas las administraciones y analizar la situación para activar un proyecto global", como si de decidir la remodelación de los Jardines de la Victoria se tratara.La valía de los gobernantes se demuestra cuando se enfrentan a problemas importantes y los resuelven con eficacia y prontitud, pues para conceder turnos de palabra en un Pleno cualquiera vale. Y lo malo es que el problema de la inmigración (pues sí, seamos sinceros y comencemos reconociendo que se trata de un problema) no admite posponer la solución al año que viene, como si fueran unos presupuestos que no se aprueban. Hay que afrontarlo ya, y no vale hacer como que no se ha visto, como que no va conmigo, como que aquí no. Porque sí, aquí, en Los Pedroches, también.
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