Internet
Cerro del Cuerno/46Aun desconociendo si cristalizará finalmente en algo realmente artístico y duradero, no cabe duda de que en la actualidad la cultura de vanguardia circula por Internet. Este medio de comunicación dejó ya hace tiempo de ser algo experimental y en la actualidad se ha convertido en instrumento imprescindible para el conocimiento cabal de lo que sucede en el mundo. La invención de Internet ha resultado, al cabo, tan definitiva para la transmisión de la cultura como en su día fuera la invención del alfabeto (que permitió poner por escrito la cultura oral y así evitar su desaparición) o de la imprenta (que permitió difundir de forma conveniente la cultura escrita). Internet permite una inmediata difusión de conocimientos a escala planetaria que jamás pudieron soñar ni las mentes más prospectivas. Que todo lo que circula por internet no es cultura es cierto; que hay mucha basura, también. Pero también la hay en los libros, en la radio, en la televisión, en el cine (hasta, diría, en los museos), y eso no los invalida como medios adecuados de difusión. Como siempre, la educación y la formación humana de la persona serán las que determinen el uso que se haga del instrumento, tan válido para elevarse a las más altas cotas de la sabiduría como para hundirse en los lodazales de la infamia.
Por desgracia, con frecuencia se oye a personas, de un cierto nivel cultural incluso, que presumen de no saber nada del funcionamiento de Internet, quizás convencidos de que, en realidad, tal novedad sólo puede interesar verdaderamente a pedófilos y pervertidos sexuales. Jamás se les ocurrirá pensar que padecen alguna forma novedosa de analfabetismo. Hablan todavía como si la comunicación virtual fuera cosa del futuro y no la gran revolución del presente. Más grave resulta cuando esta ignorancia es institucional: la realidad muestra que queda aún mucho por avanzar, quizás en todas partes, pero especialmente en nuestra comarca, donde, según he podido comprobar, la conciencia real de las posibilidades infinitas de la comunicación electrónica dista mucho de estar desarrollada. Y se trata de un reto improrrogable. No sólo porque Internet permite la libre expresión de ideas que jamás encontrarían cabida en los medios de comunicación convencionales, por lo general sujetos a una serie de intereses demasiado amordazantes, sino porque se presenta, además, como un instrumento insustituible de divulgación y desarrollo cultural, con un uso inteligente del cual podríamos, finalmente, vencer ese aislamiento secular de nuestra comarca tantas veces denunciado.
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