Serie B 10 años

Escribo esto tras ver, leer y escuchar el último número del "fanzine independiente musical" Serie B, publicado con motivo de su décimo aniversario, que recoge una suma de expresiones artísticas fundamentalmente necesarias para mostrar que la cultura de Los Pedroches no sólo se alimenta de herrumbres y fuerzas telúricas, sino que también la gente de aquí araña notas a Kraftwerk y Joy Division y alucina con Warhol y Lichtenstein (tan clásicos ya todos ellos que sonroja tener que citarlos como vanguardistas). Y reconozco que, de todos los muchísimos grupos y solistas que se nombran a lo largo de las 76 páginas del fanzine, apenas conozco a tres o cuatro, y no mucho, pero leyendo algunos artículos y, sobre todo, escuchando el CD que incluye la publicación, uno percibe que ahí se encierra un conocimiento y un entusiasmo particular que no halla un lugar adecuado en las programaciones culturales de nuestros pueblos, ni alcanzan los organizadores culturales oficiales a encontrar cauces de expresión adecuada para unas formas que, siendo tan rompedoras, pudieran, sin histrionismo alguno, adaptarse a la idiosincrasia de nuestras emociones. Véase si no el feliz hallazgo de diseño de Marce Moreno para la cubierta del CD, que supone una actualización deliciosa de la warholiana para The Velvet Underground and Nico. El propio CD, titulado De la Peña El Bombo al Metal, supone un experimento hasta ahora inédito por estas tierras nuestras: nada menos que un repaso a la historia del rock hecho en Pozoblanco, desde el sinfónico de Los Sentidos (los precursores) al house sicodélico de Sithbass, recién salido del horno, y así hasta un total de quince grabaciones. Y lo más tremendo es que, tras escuchar el disco, tan rebosante de color y de sabor, tan candorosamente artesanal, tan desbordante de promesas frustradas, uno se pregunta cómo nunca supo que estas cosas se hacían también aquí.

2 comentarios :
¿música?
Por qué le llaman música cuando quiere decir rockandroll.
Aunque tiene sus defectillos -no se han corregido los textos todo lo que hubiera sido menester, algún tamaño de letra demasido pequeño, etc-, ha quedado más que decente.
Y no es por nada, pero tanto los diseños de ambas portadas como el cedé valen su peso en oro.
Histórico.
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