Solienses cumple cuatro años

Solienses cumple cuatro años

Solienses cumple hoy cuatro años. En el cambiante y efímero mundo de internet, cuatro años no son poca cosa y celebrarlo constituye a la vez un acto de satisfacción y de compromiso. Hace unos días, buscando una implicación colectiva en este proyecto individual, pedí a unos cuantos lectores habituales o esporádicos de Solienses que escribieran unas líneas comentando cualquier aspecto que desearan sobre esta iniciativa. La respuesta ha sido tan abrumadora que me he visto en la obligación de seleccionar, asumiendo el riesgo de injusticia que tal medida lleva consigo. Pido disculpas a los afectados por la poda y les reitero mi agradecimiento por sus siempre amables palabras. Al leer ahora estas colaboraciones todas seguidas -presentadas por riguroso orden de llegada-, a algunos les parecerá que manifiesto una desmesurada falta de pudor por mi parte, al publicar sin freno tan elevado panegírico. Sin embargo, discúlpese la demasía considerando que estamos de cumpleaños y que en las fiestas de aniversario se permiten todo tipo de excesos, se aceptan mentiras piadosas y el halago complaciente resulta de todo punto obligado.

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Cuatro años y acabamos de empezar. Cuatro años y todavía tengo la sensación de que Solienses es el último tesoro que acabo de arrancarle al Google. Fue una de esas noches de insomnio urbano en las que te levantas sofocado por el plantón de Morfeo y te asomas al monitor deseando convertirlo en una ventana a aquella casa de la infancia. 'Solia pedroches' tecleé con una vaga curiosidad en busca de algún rastro, alguna hipótesis de lo onírico, tal vez una puerta entre dimensiones hacia nuestra Atlántida perdida y soñada.



¡Como la Atlántida! pensé sorprendido mientras me incorporaba en mi sillón. Me imaginé a Platón enviando Crónicas de la Dehesa para nativos y atlantes del destierro. Sin embargo, ante vosotros hermanos me confieso de que la palabra Cultura me echó para atrás como en un respingo. Mi Platón de la Jara pasó a teñirse en mi imaginario de la pegajosa sustancia con que los esnobs postmodernos, tan urbanos y tan contemporáneos todos, se encaraman al carro de la delegación o consejería de turno, buscando procesionar siempre bajo el palio de la Cultura, mientras éste se distancie lo suficiente del terruño, la cuadra o la zahurda como para no mancharse de barro las suelas de sus mocasines fashion in the night.

Pero Solienses era, es, otra cosita. Y por esta misma razón jamás crece la hierba en los caminos virtuales de la banda ancha que me conducen con cierta asiduidad a este rinconcito del corral de mi casa, por más que los asuntos laborales me entretengan con los pies en el remojo de las olas.

Solienses huele a manzanilla, juncia y romero recién cortados, a humedad en la pared y las bóvedas de ladrillo cocido, a la madera antigua del suelo de la cámara, al jazmín lunero del corral, al saco de morea para los gusanos de seda colgando del brocal del pozo, a hierbaluisa en la pared del huerto... al aire fresco y limpio que atraviesa la casa en una noche de verano agitando los helechos y las pilistras sobre sus pedestales.

Cuatro años y la casa está abierta. La casa está de cumpleaños y sigue siendo esa caja de guitarra que AÑORA José Hierro en el poema que hoy quiero traer, como presente de aniversario, dentro de una lata, preciosa y plana, de antiguas chocolatinas suizas a modo de envoltorio.

Me han dado instrucciones de no hacer mención al autor. Y aunque no hubiera sido así, poco podría contar, ya que no puedo presumir de conocerle. Y, obediente, no hablo del autor cuando me refiero al compromiso con la tierra que destilan los artículos de Solienses, tanto en su dimensión humana como medioambiental. Tampoco lo hago si, yendo más allá de lo que expresan las meras palabras, adivino que Solienses entraña un alma incansablemente cálida, resignadamente irónica, primordialmente poética... pacientemente crítica. Y sé que sigo cumpliendo con lo indicado cuando afirmo que Solienses es lo que es porque hay quien así lo quiere y hace posible que lo sea. Interesante será recordar al jurado de los premios Encina de los Pedroches que ya hay numerosos precedentes de galardones entregados a páginas web como el de http://www.infolivo.com/ entregado por la Asociación Española de Municipios del Olivo en la Expoliva de 2006, y que desde hace ya tiempo, Solienses es más que merecedor de la consideración de sus deliberaciones.

¡Joder, Antonio! ¡Que no estoy pidiendo nada para tí! ¡Que es para la web! ¡Encima de que te he hecho caso y ni siquiera te he nombrado...! ¡Venga ya... saca el pitarilla ese que tienes guardado por ahí para el día de las Cruces!

¡Vecinos! ¡Paisanos!

¡Que hay gente en la casa y se prepara fiesta! ¡Que la casa permanece íntegra, sin desconchones, con las piedras recién encaladas! ¡Que acabo de barrer la puerta y de baldear los adoquines con agua fresca del pozo!

¡Vengan para la calle los lebrillos llenos de roscos, flores, cagajones, perrunas y rosquillas!¡Que suene la jota! ¡Que las alpargatas no paren quietas en el mismo adoquín! ¡Que corra la bota de pitarra! ¡Por Solienses!... Y que cumplas muchos más y nosotros que lo leamos!.

PEDRO TORRES SÁNCHEZ, enamorado de la sierra.

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Hoy los lectores asiduos de esta página web, blog o como quiera que se llame, a mí me parece una ventanita, por la que escucho el ruido de mi tierra. Hoy, decía, estamos de cumpleaños. Solienses crece, y crece en todos los sentidos. Yo quiero felicitar a su editor, y decirle que le envidio. Le envidio por su mesura. Le envidio por su valentía. Le envidio por su inteligencia. Le envidio por su sabiduría. Le envidio por su generosidad. Y además le envidio porque es culto, honesto, sincero pero educado, humilde, sencillo... y que sabe rectificar si es necesario, como los grandes. Pero por lo que más le envidio es porque tiene AUTORIDAD sin tener PODER. Y eso no se puede aguantar. ¡La envidia es muy mala!

Felicidades y gracias. Gracias por mantener abierta esta ventana desde la que se dice con voz propia, fresca y limpia, una información ágil y certera, que me acerca a mi tierra, y me enseña a conocerla cada día más y mejor.

NICOL GÓMEZ, una mirada femenina en un mundo masculino.

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Las personas que mantenemos, o eso intentamos, blogs y páginas web, ya sean personales, corporativas o cualquier otras, sabemos del esfuerzo que ello supone y lo complicado que es recopilar y estar al día de toda la información que nuestro sitio debe ofrecer a sus usuarios habituales o potenciales. Cuando Internet ha puesto en nuestros manos herramientas tan potentes y accesibles a cualquier usuario informático como los blogs personales, el conocimiento y la información fluye con la fuerza que podemos observar por toda la red.

Solienses y sus cuatro años de edad son un ejemplo de constancia y de esfuerzo en la consecución de unos objetivos, mejor o peor dirigidos según las diversas opiniones que sus numerosos lectores dejan en las entradas del blog, pero sin duda encomiables por intentar acercar la Cultura de los Pedroches a todo el mundo.

Conocí Solienses por alguna polémica que se originó a raíz de una de sus entradas, la verdad es que ha habido tantas que no recuerdo cuál fue, y después lo he seguido por toda la información que aporta y por las diferentes revelaciones que sobre nuestra cultura, sus actividades, sus personajes y sus instituciones saca a la luz.

Para mí, el Solienses ideal es el de la Comunidad de El País, alejado de lo que su editor define como "Las pequeñas miserias de nuestro vivir cotidiano" y exento de polémicas y de entradas que algunos comentarios, siempre anónimos, convierten en ataques furibundos, y muchas veces, en mi opinión, injustos contra algunas personas e instituciones de Los Pedroches.

Por último, creo que el secreto del éxito en Internet está en trabajar y aportar información, como si tu página o blog fuese el más visto de la web, manteniendo así la exigencia que ello supone. Creo que Solienses conoce ese secreto y es el motivo fundamental de su número de lectores y su permanencia en el tiempo.

Feliz Cumpleaños y gracias por la invitación.

JULIO LÓPEZ, concejal del PP en el Ayuntamiento de Villanueva del Duque y responsable de la web municipal.

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Dicen que un niño de 4 años comienza a resolver problemas por medio de palabras, en lugar de recurrir a la agresión física. Y se pasa el día preguntando "¿por qué?". Quizá Solienses naciera ya con cuatro años, porque su contenido siempre crítico nos ha permitido informarnos, discutir, pensar y también sentir. Sentir y sentirnos miembros de una comunidad soliense-pedrocheña. Con palabras, e incluso con preguntas impertinentes ("¿por qué? ¿por qué?"), Solienses ha contribuido más a "hacer comarca" que todas las iniciativas institucionales juntas. Nos ha hecho incluso, a veces, olvidar las estúpidas envidias y rencillas entre nuestros pueblos, sentir que pertenecemos a una cultura común que es parte de nuestro patrimonio, de nuestra riqueza, y que debemos cuidar para que nunca se pierda.

Desde la independencia que da el reconocido subjetivismo y la seguridad que ofrece la expresión de ideas personales por las que no se debe rendir cuentas a nadie, Solienses se ha convertido en estos cuatro años para muchos de nosotros en el medio de comunicación y reflexión más importante de nuestra comarca. Eso sí, posiblemente las autoridades sanitarias deberían advertir que Solienses es adictivo. Algunos incluso pensarán que peligroso... Para mí, sin duda, es sano.

Felicidades de un adicto.

JUAN B. CARPIO DUEÑAS, director del Museo Prasa Torrecampo.

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Solienses, cuatro años de vida, pues la mejor de nuestras felicitaciones. Desde Belalcázar nos unimos a este grato y agradable aniversario de nuestra página comarcal, Solienses. Sí, nuestra, porque nos sentimos un poco ligados a ella, hablar de los Pedroches, es hablar de Solienses, de los temas que nos gustan y de aquellos que nos resultan repelentes, pero así es Solienses, con esa variedad en su critica, en el dar y en el recibir.

Solienses en estos cuatro años nos ha enseñado a hacer camino, a llevar a nuestras casas la cultura, la información puntual de lo que ocurre en nuestra comarca, a ser sensibles con aquellos acontecimientos que deberían ser de todos, pero que, por mala suerte, no lo son. Solienses, felicidades por tu constancia y empeño en hacer que Internet sea unos de los caminos para unir a los pedrocheños en la causa común de trabajar por una comarca más próspera, en todo aquello que hace de sus gentes personas abiertas al mundo, a dejar a un lado la idea de cada uno a lo suyo y a mirar juntos por unos mismos objetivos.

Feliz Cumpleaños desde Belalcázar. La página amiga, Noticiario Belalcazareño, te los desea de todo corazón.

JOSÉ CORTÉS, presidente de la asociación "Amigos de Belalcázar, villa de monumentos".

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La vieja Solia retoma su dimensión y diversidad en Solienses, el blog pedrocheño por excelencia. Cuatro años parecen pocos pero almacenan cientos de mensajes y respuestas, que encierran un compromiso vivo por nuestra comarca pedrocheña, sin caer en el manierismo ni en visiones sectarias. Todo merece darse a conocer y todo, cuando se lo merece, es criticable, proceda de quien y donde proceda... Solienses es mucho más que un blog o una página web, es todo un noticiario vivo e interactivo del Valle de los Pedroches, donde cada noticia se refleja, nunca cae en saco roto, y se pone a la luz de la opinión libre de todos los lectores. También es una puerta al Valle, no tan virtual como esperara cualquier navegante de la red de redes. Sociedad, cultura, historia, sucesos, naturaleza, todo cabe en Solienses y todo seguirá cabiendo. Los blogs son proyectos personales, tanto más buenos cuanto menos personalísimos son; el blogger de Solienses, Antonio Merino, lleva años demostrando que su proyecto personal es realmente colectivo, que es capaz de expresar inquietudes que afectan a muchos habitantes del Valle. Tratándose de un blog, cuatro años son mucho recorrido, es una veteranía difícil de igualar en toda la geografía andaluza y española en general; pero los lectores de Solienses estamos convencidos de que son aún pocos años, que queda todavía por delante mucha tela que cortar. Ánimo al blog en su cuarto cumpleaños, y que sean muchos, pero que muchísimos más.

EMILIO LAGUNA, Biólogo y editor de Flora Belalcazarensis.

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Este bendito invento que se llamó Internet nos hizo un poco más libres a todos, en una sociedad donde la globalización lo acapara todo, donde grandes multinacionales controlan la información y con ella casi todo lo que se menea, la entrada de Internet en nuestros hogares nos hizo un poquito más libres. Que uno piense que Internet nos hizo un poco más libres gran culpa de ello lo tienen páginas como ésta, cuyo principal objetivo es la defensa y la difusión de lo más íntimo de nuestra comarca. Aún recuerdo como casi por casualidad, buscando aliados para defender nuestra sierra de ese parque eólico que nos querían colocar, conocí Solienses y a Antonio Merino. Por mucho que uno quiera diferenciar la persona de la página es imposible, la personalidad de Antonio está impresa en cada rincón de la misma. Una mezcla de admiración y de adhesión a su rebeldía me hicieron desde entonces lector y admirador diario de Solienses. Después de buscarle en la concentración del tren en Villanueva, sin éxito por mi parte, tuve el gustazo de conocerte en el homenaje a Hilario Ángel Calero llevado a cabo por los amigos de Piedra y Cal y la verdad que hablar contigo es leer y sentir Solienses.

Ojalá y este sentimiento que desprende Solienses se contagie a mucha gente porque Los Pedroches necesita de su unión y de la defensa que hace esta página para no caer en el olvido y el ostracismo al que algunos quieren llevarla. Por mi parte, y desde ese primer día, sólo me queda desearte muchas felicidades en tu cuarto aniversario y decirte que NUNCA CAMINARÉIS SOLOS. Felicidades.

EMILIANO POZUELO CEREZO, concejal del PA en el Ayuntamiento de Pozoblanco.

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Esto no es una carta de felicitación de cumpleaños. Esto no es una carta de amor.
Ni un ditirambo. Ni un panegírico.
Esto no es una carta de felicitación de cumpleaños. Esto no es una carta de amor.
Ni un halago desmedido. Ni una alabanza exagerada.
Esto no es una carta de felicitación de cumpleaños. Esto no es una carta de amor.
Ni una crítica constructiva. Ni destructiva. Ni deconstructiva.
Esto es tan sólo un consejo práctico: Si no quieres ser manipulado y estar desinformado de lo que ocurre a tu alrededor, si deseas opiniones valientes, críticas y comprometidas con esta tierra, lee Solienses. A diario. Como hacemos nosotros.

EQUIPO DE Plaza Pública.

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Te felicito sinceramente por los cuatro años de Solienses. Creo que te puedes sentir orgulloso. Tu página ha contribuido sin duda a ofrecer un mejor conocimiento de Los Pedroches y a fortalecer su conciencia comarcal. Si no existiera, no te quepa la menor duda de que habría que inventarla. Quizá a veces pueda parecer dura, pero, amigo, así es la opinión, así es la pluralidad de pensamiento, así es la conciencia crítica que no debe faltar nunca; quizá a veces se pueda equivocar, pero ese es el riesgo que corren los que intentan hacer algo nuevo. Lo contrario es el imovilismo, la nada. Reconozco que soy un lector habitual, aunque no pueda engancharme todos los días por falta de tiempo, y siempre que me conecto lo hago confiando en encontrar algún tema de interés, esperando la sorpresa.
En fin, Antonio, que con Solienses me siento más cerca de Los Pedroches. Espero que cumpla muchos años más.

FRANCISCO ANTONIO CARRASCO, escritor y periodista.

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SOLIA.
Las adolescentes de mi tiempo solíamos hacer visitas a la piedra empotrada en la fachada de la parroquia de San Miguel, en Villanueva de Córdoba, para retener el pasado histórico que acabábamos de aprender: allí estaba el trifinium que separó los términos de Sacili Martialium, de Epora y de Solia, un mojón en latín “según la sentencia del juez Julio Próculo confirmada por el emperador César Adriano Augusto”, del año 123. Solia fue mi primera conciencia de antigüedad, así que, cuando en 1990 publiqué Fisterra, mi reconciliación y primer ajuste de cuentas con un pasado campesino que fue la base de mi educación sentimental y de mi conciencia –de clase, de género, de identidad-, escribí esta leyenda en su primera página: “En recuerdo de la mítica Solia, donde pude alguna vez nacer”. Dejaba así una puerta abierta a la infancia, infancia vivida en ese lugar, pero también a otras vidas y otras épocas.

Nada sucede por casualidad, y me entero de la existencia de “Solienses” hace dos años y medio, en 2005. Aunque la Red tenía ya muchos años de existencia, yo, por razones de tiempo, sólo utilizaba internet para poco más que enviar y recibir cosas. Con el nombre de esa página alguien había retrocedido, como yo, a un pasado romano antiquísimo, pero a una ciudad material y concreta, datada por la historia y por la inscripción de una piedra de granito.

Y desde entonces soy adicta. Cada vez que abro y despacho el correo no puedo dejar de mirar “Solienses” porque, de algún modo, me conecta con la memoria y con el todo. Con el ser. Si la escritura fue mi primera forma de aprehender el mundo, de explicármelo, de reorganizarlo, “Solienses” es mi ventana. La pequeña ventana de Los Pedroches que es también y al mismo tiempo la gran ventana del mundo. Como en ese cuadro de Frida Kahlo que ella titula “Las dos Fridas”, dos personalidades de mujer con sus corazones al descubierto, pero unidos por una sola arteria, que las alimenta. Casi me ahorra mirar otras ventanas, otras páginas. Solienses me da la información –y tan sencillamente-, que me interesa, la que nos interesa a todos los que hemos nacido o nos reconocemos en esa tierra. Solienses se sitúa en el presente, mira al futuro, pero no pierde de vista los valores del pasado, que son los que definen a nuestra comarca y la hacen tan singular y tan atractiva. Una página independiente, que no se corta si hay que criticar la política –porque todo acto es político-, de un signo como la de otro, atenta a su propia coherencia, la de su libertad y la de su compromiso con la comarca y sus gentes. Aunque sea difícil en estos tiempos conciliar los valores ecológicos y tradicionales con el desarrollo, la tecnología y el turismo, Solienses lo tiene claro. Y a mí me maravilla esa prontitud y ese ojo avizor a todo lo que nos concierne, aun antes de que lo conozcamos por otras vías.

Ahora Solienses cumple cuatro años –qué pocos son cuatro años desde la altura de mis sesenta y dos, un párvulo apenas, niño o niña de educación infantil como tantos que conocí en mis diferentes escuelas. Y qué muchos, cuántos años para la vida en internet, donde las cosas nacen y mueren a la velocidad de la luz pero en el que, milagrosamente, Solienses sigue viviendo, y se sostiene, y se nutre, y crece, y cada día la ilusión y los prodigios –en uno y otro sentido, virtual y material-, se suceden. Hay otra vida que no está en los medios, hay otros movimientos que no son los que marcan los políticos, hay incluso un paisaje otro en Los Pedroches. Hoy, en este cumpleaños, felicito a Solienses y le deseo larga vida. La necesito, porque no sé cómo podría apañármelas sin ella. Sin su arteria, que es plural y es la mía. ¡Adelante!

JUANA CASTRO, escritora.

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Y qué más decir, sino... gracias a todos por las palabras. ANTONIO MERINO MADRID, editor de Solienses.

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