Cómo escribir, con la rapidez que exigen los abusivos precios de este establecimiento de internet, tantas impresiones de un sólo día. Desde la torre chata de la catedral de Faro se divisa una perspectiva del Parque Natural da Ría Formosa que necesitaría por sí sola la
promoçao de 15 horas (22,50 €) que anuncia
in the corner el monitor que me han asignado. Y ni siquiera fue la sorpresa mayor. El trazado árabe de la capitalina Laulé encantó por lo inesperado. Su museo arqueológico incluye una sala etnológica que no desentonaría en el Museo de la Matanza de Alcaracejos. Venir tan lejos para esto. Pero la admiracíón mayor ha de ser, obligadamente, para las chimeneas de las viviendas particulares. Semejante colección de prodigios hace tiempo que no fue vista. Al regreso mostraré algunas, auténticas maravillas de arte popular, ya quizás desvinculadas de su funcionalidad primitiva, pero tan artísticas, tan hermosas, que los algarvíes han decidido, con buen juicio, seguir colacándolas sobre sus tejados, como prueba de que las barbaridades constructivas de Villamoura no han logrado acabar con sus tradiciones de tantos siglos.
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