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Teatro popular

Si bien los estudiosos y teóricos de la literatura y las artes escénicas parecen haber definido con mayor o menor precisión el concepto de "teatro", no ocurre lo mismo con el término "popular", que todavía anda perdido en el limbo de la intuición. Hay ciertos rasgos definitorios cuyo cumplimiento ayudan a perfilar la noción, pero siempre de la manera evanescente de que gozan las palabras demasiado manoseadas como para tener un significado unívoco y concreto. Teatro popular sería el "escrito, diseñado, montado, interpretado y contemplado por personas ajenas a la profesión teatral y pertenecientes al pueblo". El concepto popular, aplicado al teatro, sería equivalente a "aficionado" o "no profesional". 

Pero no cabe duda de que esta sola definición no abarca lo que intuitivamente entendemos por teatro popular (así, no concebiríamos como tal el puesto en escena por un grupo de amigos no profesionales que monten una obra creada por ellos). Para que un teatro sea popular, en el sentido etnográfico del término, debe implicar, al menos, otros dos elementos constitutivos. En primer lugar, que responda a una celebración ritual de origen festivo, vinculada, por lo general, a ceremonias tradicionales de rango comunitario. En segundo, que el público ejerza el doble papel de actor-espectador, por asistir a un espectáculo que conoce "desde siempre", en cuya realización probablemente ha participado en alguna ocasión y cuya existencia asume como un rasgo de la personalidad cultural de su pueblo. 

La muestra más inequívoca de teatro popular en Los Pedroches la constituye el Auto de los Reyes Magos de El Viso, que contiene todos los elementos anteriormente esbozados (aunque el texto procede de una pieza literaria, el pueblo la ha hecho suya, adaptándola a su gusto y a su ambiente). También se incluirían en esta catalogación las representaciones navideñas de Alcaracejos y las pasionistas del Viernes Santo en Pozoblanco. Recientemente, sin embargo, han surgido dos nuevas iniciativas teatrales en la comarca que desde su nacimiento llevan aparejadas en la publicidad institucional el epíteto de populares, sin más justificación que el hecho de estar representadas por personas del pueblo no profesionales. Se trata de La vaquera de la Finojosa en Hinojosa del Duque y El halcón y la columna en Belalcázar. 

Sin embargo, varios componentes de esas representaciones chocan, en principio, con los atributos básicos que aplicamos al concepto de teatro popular. En primer lugar, se trata de iniciativas inicialmente institucionales, no surgidas de la necesidad del pueblo de expresar sus inquietudes, sino promovidas desde los ayuntamientos de sus respectivas localidades con un fuerte apoyo económico con una clara intención propagandística. La finalidad primaria de las representaciones es la de difundir la imagen del pueblo en el exterior y atraer visitantes a la localidad, ofreciendo a cambio una tradición de nuevo cuño enmarcada en una moda culturalista que aprecia las costumbres populares como objetos de consumo elitista. Los textos teatrales, además, han sido creados ex profeso para la ocasión, bien desde su raíz, bien a partir de creaciones literarias preexistentes, pero siempre elaborados por profesionales, sin que el pueblo-actor hay intervenido en este proceso creativo ni, por tanto, haya podido asumir como propio el resultado. Finalmente, los espectáculos, desvinculados de cualquier ceremonia ritual de la localidad, no gozan aún de una tradición duradera que garantice su continuidad futura: en uno de los casos se habla incluso de teatro popular para referirse a una representación que todavía nunca ha sido puesta en escena. 

Todas estas consideraciones son meramente teóricas y no prejuzgan la validez de las intenciones ni la pertinencia de su realización. Al contrario, pienso que se trata de importantes iniciativas de cara al desarrollo cultural y la promoción exterior de la comarca, pero que han querido ser presentadas con un arraigo popular del que, al menos de momento, carecen.

La vaquera de la Finojosa

El halcón y la columna

3 comentarios :

Anónimo | domingo, julio 30, 2006 8:29:00 p. m.

Desde la organización de la puesta en escena de la obra teatral "El Halcón y la Columna" no se ha considerado ésta, en ningún caso, como teatro popular, ni lo hemos puesto en ningún texto. Nos hemos referido a ella denóminándola simplemente teatro, ahora bien, si hemos de añadir un "apellido" podría ser teatro histórico, recogiendo la definición de Antonio Buero Vallejo -"El teatro histórico....debe, no ya refrendar, sino ir por delante de la historia más o menos establecida, abrir nuevas vías de comprensión de la misma e inducir interpretaciones históricas más exactas...Un drama histórico es una obra de invención, y el rigor interpretativo a que aspira atañe a los significados básicos, no a los pormenores. Y en esto, los dramaturgos tradicionales y los de pensamiento más renovador no discrepan. Ahora bien, para alcanzar la interpretación histórica de fondo que permita negar la tradicional y adelantarse a ella, manteniendo sin embargo el derecho a llamar «histórica» a la obra, hay que ejercer especial tino al mezclar aspectos inventados o destacados con la fidelidad, nunca vulnerable del todo, a los hechos históricos. Escribir teatro histórico es reinventar la historia sin destruirla; reinvención tan cierta que, a menudo, personajes o situaciones enteramente ficticios tienen no menor importancia que la de los personajes o sucesos propiamente históricos"-.
a.t.













Como bien dices cuando se estrene podremos hablar y espero que también lo hagan los criticos literarios.

Anónimo | domingo, julio 30, 2006 9:06:00 p. m.

Realmente muchos esperamos con ganas la representación de la obra de Belalcázar, pero algo en lo que se ha fallado (algo de relativa importancia, pero que puede costarnos el quedarnos sin ver la obra), y que a mi me ha costado tres llamadas al Ayuntamiento de Belalcázar, ha sido el total desconocimiento y la falta de información sobre los puntos de venta de las entradas.
En la primera llamada, hará unas tres semanas me comentaron que aún no sabían cual iba a ser el proceso de la venta de entradas, le referí que ya que disponían de web propia que la información de la venta de las entradas la pudieran hacer por este medio.
Segunda llamada hace dos semanas, tras examinar la web y no encontrar información de los puntos de venta, mi interlocutor me dice que aún no se sabe nada, las entradas están en imprenta y me dicen que el sitio seguro es el Ayuntamiento de Belalcázar.
Tercera llamada, miércoles 26, entradas todavía en imprenta, justo ese día van a recogerlas me comentan que los puntos seguros son el Ayuntamiento de Belalcázar y la Oficina Comarcal de Turismo, de Alcaracejos, le pregunto si en Pozoblanco no habrá punto de venta, insistiéndole que en Pozoblanco puede haber bastante gente interesada, se lo piensa y me dice mi interlocutora que tras la recogida de las entradas en la imprenta de Pozoblanco igual se pasan por la Oficina de Turismo de Pozoblanco a dejar algunas.
Mañana comprobaré este particular.

Anónimo | domingo, julio 30, 2006 10:45:00 p. m.

Bueno esta pág. no es para correo bis. pero si el editor de la misma lo permite, voy a confirmaros la información de puntos de venta.
Dentro de unos días la información, también estará en los medios dela comarca.
Disculpa por las molestias Dani.
los puntos de venta de entradas son; Ayuntamiento de Belalcázar, oficina de turismo comarcal -Alcaracejos-, ofic. de turismo de Hinojosa y oficina de turismo de Pozoblanco.

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