Otro Bien de Interés Cultural en Los Pedroches

Otro Bien de Interés Cultural en Los Pedroches

Convento de la Concepción de Pedroche y entorno afectado.


La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha incoado expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, del Convento de la Concepción de Pedroche y ha procedido a la anotación preventiva de este Bien y su entorno en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Con éste, son ya 20 los monumentos o conjuntos de Los Pedroches inscritos, con distinto grado de protección, en el dicho Catálogo: el castillo de los Sotomayor (1985), el convento de Santa clara de la Columna (1982), la ermita de la Virgen de Alcantarilla (2000) y el convento de San Francisco de los Santos Mártires de Marruecos (éste se halla aún en situación de incoado, desde noviembre de 2006), en Belalcázar; siete yacimientos arqueológicos dispersos catalogados de forma colectiva (2003) en Conquista; la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (2001) y el Centro Histórico (2003) en Dos Torres; la iglesia de San Juan Bautista (1981), la ermita de Santa Ana (1985) y el castillo (o cerro) de Cohete (1985), en Hinojosa del Duque; la iglesia del Salvador (1979), catorce yacimientos arqueológicos dispersos catalogados de forma colectiva (2003) y el convento de la Concepción (recién incoado), en Pedroche; la Cueva de la Osa (1985) en Pozoblanco; el castillo de Miramontes (1985), el castillo de Vioque (1985) y la muralla urbana (1985), en Santa Eufemia; el castillo de Almogávar (1985), doce yacimientos arqueológicos dispersos catalogados de forma colectiva (2003) y la muralla urbana (?)(1985), en Torrecampo; la antigua Audiencia (1996) en Villanueva de Córdoba; y el castillo de Madroñiz (1985) en El Viso. La lista sorprende tanto por la variedad y riqueza de los monumentos incluidos como por la incomprensible ausencia de muchos otros de igual o mayor mérito.

La incoación del expediente del convento de Pedroche (protagonista de numerosas noticias en los últimos años) llega en un momento crítico, no sólo porque en este momento se estaban realizando en el inmueble obras de rehabilitación del edificio a cargo de una escuela taller (que ha debido revisar su actuación y acomodarla a la nueva situación del conjunto histórico), sino también porque el procedimiento administrativo para la declaración del bien cultural incluye la delimitación de un entorno urbano cuyas alteraciones pudieran afectar a los valores propios del edificio protegido. Ello trae consigo la incómoda consecuencia de que el Ayuntamiento de Pedroche debe proceder "a la suspensión de las correspondientes licencias municipales de parcelación, edificación y demolición en las zonas afectadas, así como de los efectos de las ya otorgadas", con los impopulares efectos que tal medida puede tener en un momento tan próximo a las elecciones municipales.

De intentar conjugar la protección y conservación de los monumentos históricos y su entorno con las legítimas aspiraciones de los vecinos por mejorar las condiciones de habitabilidad y prestancia de sus propiedades resulta siempre un conflictivo enfrentamiento de intereses de difícil resolución. La fórmula, sin embargo, está ya suficientemente ensayada y un elemento fundamental para evitar la confrontación consiste en la concienciación por parte de los propietarios de que el valor de sus inmuebles, a pesar de que en ellos estén vetadas algunas actuaciones, se incrementa precisamente por su ubicación en un entorno protegido, respetuoso con la historia y las tradiciones de la localidad. Lo que se pierde por un lado se gana por otro. Y precisamente de actuaciones como ésta quien más sale ganando es el propio pueblo de Pedroche, que ve así garantizada la pervivencia de unos valores patrimoniales que de otro modo corrían serio peligro de adulterarse en la descontrolada transformación urbana que están sufriendo (tacita a tacita, casi sin darnos cuenta) la mayoría de los casos históricos de nuestros pueblos.


Puerta de entrada al convento