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Urbanismo rural

Saltan a la prensa hoy los alcaldes de Los Pedroches muy preocupados porque "la normativa vigente en Andalucía sobre ordenación del territorio y urbanismo es muy limitadora respecto a la posibilidad de realizar construcciones en suelo rústico". Muy limitadora. Sí. Basta, para comprobarlo, con darse un paseo por los encinares de nuestra dehesa, por los páramos de nuestra estepa, por las laderas de nuestra sierra. Al parecer, los consistorios han recibido una comunicación de la policía judicial instando a los alcaldes a informar de todas las obras acometidas en suelo no urbanizable en los últimos cuatro años en los respectivos términos municipales y, disculpen, que me da la risa al imaginármelos a todos ellos echando cuentas ("ufff, por poco...").

La intención de los munícipes sería "trasladar a la Junta y al Parlamento la necesidad de que se modifique la estricta normativa andaluza que restringe las construcciones en suelo rural o se tengan en cuenta las características especiales de los usos del territorio de la comarca". Y así, teniendo en cuenta las características especiales de los usos del territorio de la comarca, podrían justificarse, quizás, proyectos residenciales como el de la dehesa de la Vera de Añora, concebido, y no dejando espacio para más ironia, como "una alternativa a los asentamientos ilegales".

Así que los alcaldes, que durante años no han sabido (o querido) vigilar la ordenanción del territorio rural de nuestros pueblos, permitiendo llenarse todo él de ostentosos porches con columnas de faraón, van a pedir ahora que se afloje la norma para atender los "usos" de la comarca. No vean la de chozas de retama y juagarzo, las zahurdas y tinahones que volverán a poblar nuestros campos, destacando así sus caractérísticas tan especiales que parecían haberse borrado en los últimos años, durante los que sólo se construían en ellos chalets vulgares como en cualquier otro campo que no fuera especial.

Y yo que pensaba que el camino debería ser el contrario, que si queremos que nuestro medio natural se libre de la presión urbanística que lo amenzaza habrían de endurecerse las normas, hacerlas aún más restrictivas, puesto que tal como están en la actualidad han permitido impunemente que se arrasen zonas enteras de dehesa y olivar. Que a una mayor protección de nuestros paisajes apuntaba el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía y el Pacto por la Dehesa y hasta el sentido común, pensaba yo. Y no hablamos ahora de construcciones para el desarrollo de una explotación agroganadera, ni siquiera de casitas que los propietarios de fincas rústicas deseen construir en su terreno para el propio esparcimiento. Hablamos de otra cosa, y todos sabemos de qué.

3 comentarios :

Anónimo | viernes, octubre 05, 2007 4:16:00 p. m.

La Cuestión del Urbanismo-Ruralismo es bastante compleja, y la posición de los alcaldes encubre una realidad bastaste difídil. Al hilo de esto es bien interesante el artículo del Blog Sietevillas. Sietevillas blog

Anónimo | lunes, octubre 08, 2007 8:27:00 a. m.

' Bartolomé Madrid (PP), alcalde de Añora, puso de relieve que los ayuntamientos "ni tenemos medios para controlar esas construcciones ilegales ni para afrontar la demolición", por lo que se mostró a favor de establecer un protocolo común en toda la comarca sobre las viviendas sin licencia y de "ahondar en la ley para ver posibilidades de construir en suelo rural al amparo de la normativa". '
Pero qué cara más dura....y se queda tan pancho...si sabrá él si su cuñado o él mismo, tienen o no licencia para construir sus 'casitas de aperos' en la dehesa de Añora.
Vivir para ver. Lo dicho: pero qué cara más dura tiene el tío.

Anónimo | domingo, octubre 14, 2007 8:54:00 p. m.

El aula de medio ambiente que se está construyendo en el recinto de san Martin de Añora tiene visos de no ser aceptable ni por su ubiación ni por su presupuesto. Donde escarbará el alcalde de Añora para conseguir tanto dinero de la CHG.y más este aula que de verter aguas las vierte en el Guadalquivir. Un aplauso para el y un cero patatero para quienes le dan el dinero para obras tan injustificables.

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