Bendito caos
Puesto de sombreros.
"Búscate la vida", me dice con expresión típicamente cuartelera el Guardia Civil al que le pregunto sobre dónde aparcar. Lo hace, no obstante, con simpatía, como quien dice: tú mismo, apáñatelas como puedas, que yo, en este bendito caos, no voy a poner más objeciones que las estrictamente necesarias. Bendito caos no está mal como definición. Pues determinar a estas alturas qué cosa sea una romería no parece tarea fácil. Jamás había visto tantos sombreros juntos, como si los vendedores del ramo supieran de la ocasión como oportunidad decisiva para deshacerse de todo su stock. También hay balones, burritos con ruedas, cinturones de piel, dianas con sus dardos, carritos de bebé... cielo santo, si se pudo ver hasta un ventilador en venta. ¿Es que realmente hay alguien que acuda allí para comprar todas estas cosas inútiles?. Y sin embargo, ahí están, inundando el paisaje, al borde mismo del santuario o quizás dentro de él, sirviendo de decorado que todo lo iguala, que todo lo mueve, sin que ninguna conciencia bíblica las derribe a latigazos.
Visita al interior. Besos y abrazos a los conocidos que van saliendo al paso, risas y buenos deseos. Se constata la inoportunidad de las obras -pero no es día para esa censura-, el afán por el toque de la campana milagrera, el orgullo por identificarse con una imagen ancestral portadora de sedimentos muy preciados de culto y de cultura. Algunos sienten fervor, otros ilusión y lo llaman fe. Se hacen fotos y los que más aman los ritos besan el manto, la imagen chica, alguno entre la multitud quizás reza un avemaría.
Montaditos de lomo con cerveza sin alcohol. No saben igual, pero es la condena del conductor. Hay muy buen ambiente en las tascas, nada de masificación. Algunas han optado por un machaqueo musical que desentona incluso en este caos donde nada contribuye a la armonia. Tras dos mozos a caballo, truena un quad segundos antes de que una motocicleta casi atropelle a los que pasean con la mano a modo de visera. Detrás de aquella encina semioculta se adivinan dedos inexpertos a punto de descubrir un secreto. Huele a chuletas asadas al calor de la lumbre y las columnas de humo entre las encinas se levantan como un rastro verdadero de autenticidad, como una certeza de que por muchos vuelcos que dé la historia hay cosas que nunca van a cambiar. El sol se filtra entre la hojarasca y desde la roca trasera de la ermita, aposento primitivo de la divinidad, se ve el mar de encinas más imponente que imaginarse pueda, el pozo profundo de tantos enigmas.
A las tres de la tarde suenan los primeras descargas, anunciando el inicio de la partida. Hay como un serpenteo invisible que conduce a la gente y la hace dócil, humilde. Algunos apuran el chato, otros acuden con él. Se intensifican los disparos y la imagen aparece por la puerta de la ermita. Hay vivas, efímera alarma ante un descuido que les pareció mayor y, en aquel tremendo bendito caos, poco a poco, sin que se sepa muy bien cómo, comienza a formarse el único orden posible. Va la bandera abriendo el camino, y los escopeteros y la imagen detrás, como deben. Ya llegan a mi lado, ya se detiene, con ella al cielo, aplausos, vivas, ya pasan, ya se alejan. Al fondo nuevas descargas y entre la multitud revolotea airosa la bandera anunciadora. El sol, desde su inmensidad, lo contempla todo sin decir nada, como quien sabe y calla. Oigo aplausos, no veo el porqué, pero lo adivino. Es el rito de los siglos, que se reproduce cada vez como si fuera nuevo, como si nunca antes se hubiera ejecutado. La imagen se aleja definitivamente, apenas se distingue ya en la distancia, si no fuera por aquella mota azul entre tanto amenazante verdor. Ahora se oyen los disparos como en un eco, dibujados ya en una postal. Se disuelve la multitud y, cuando todo ha pasado, queda en el aire como una inquietud difícil de explicar. Qué extraño es el mundo, qué paradójico, qué débil e inseguro el ser humano, tan necesitado de algo que ordene el caos o de alguien que le busque y le explique la vida.
Esperando la salida.
Almuerzo entre las encinas.
Caballistas.
Al cielo con ella.
Camino de Pozoblanco.
12 comentarios :
Muy bueno, Antonio.
Sí, ya lo dije aquí hace unos meses: las romerías ya no son lo que eran. Y aunque yo, personalmente, disfruto bastante con la actual de mi pueblo (Torrecampo), las fotos antiguas que he visto muestran lo que de verdad es una romería.
Pero a divertirse se ha dicho.
Mirando en los buscadores noticias de Los Pedroches di con esto¡Lo que inventa la gente!
http://los-pedroches.myminicity.es/
¿Por qué se están convirtiendo las romerías en un mercadillo ridículo que desvirtúa esa fiesta en medio de nuestra dehesa? Hace años, la romería de Torrecampo era una maravilla, en ese paisaje agreste, ahora convertido en la tómbola ambulante, rifando chismes inútiles y montando un ruido ensordecedor. ¿Se podría impedir ese espectáculo?
La Romería de la Virgen de las Veredas, era, es y será una maravilla.Es sin duda la imagen que arrastra a mas gente de dentro y de fuera de la comarca.Llueva,granice,haga frio o se derrumbe el cielo los torrecampeños acuden en masa cada PRIMERO DE MAYO desde hace mas de quiniento años.
La organizacion y accesos estupendos,varios caminos de entrada, un camino de circunvalacion de todo el recinto para facilitar el paso de ambulancias y urgencias.Prohibido el paso de caballos en todo ese recinto.Multitud de puestos, tascas y atracciones perfectamente alineados.Vistosisima llegada de autoridades y Hermandades al Santuario.Gran solemnidad de la misa y procesion.Extraordinario y sobrecogedor paisaje y acogida de los tiznaos que nos hacen sentir en nuestra propia casa.Miles de vehiculos,de personas y centeneares de tenderetes,imposibles de abarcar con la mirada, ya que se pierden ente cerros de encinas,jara y romero.
Por qué si se está hablando de la romería de Pozoblanco se acaba hablando de la de Torrecampo ¿no tendremos algo de envidia en nuestros sentimientos?Dejemos a cada cual con lo suyo.
Una lanza a favor de la Romería que a tantos y tantos vallesanos nos ha hecho disfrutar cada primero de mayo que no es otra que la de la Virgen de la Veredas.En 2008 las fiestas de Torrecampo en su honor se celebraran desde el 30 de abril al 4 de mayo.
Es curioso que se trata de la rmoería de los tarugos y sin embargo se escribe sobre la de Veredas. Posiblemente es el patrono que sirve para cada r0mería aunque con la diversidad de ritos. Los ritos de los tarugos se conservan tal como hace siglos. Eso ha sido un mérito de no perderlos. Llaman la atención las vestiiduras de los cofrades, sus escopetas, el revolotear de la bandera...Todos quedan cautivados la primera vez que lo presencia. Lo he preguntado a muchos y todos los que que la veían por vez primera inisitían en la belleza de los ritos porque te remontan a tiempos pasados.
No hay que extrañarse de que en esos días haya ruidos y comercio, sencillamente porque hay muchas personas y cada uno va a ganar en río revuelto...Eso no es desfigurar el aspecto es otra cosa...Las personas que llegan a la ermita pasan religiosamente a besar y rezar a la Virgen...NO hay desnaturalización de la romería.
Ojo: la romería de Torrecampo ha perdido su carácter original, vale, como todas; pero sigue conservando, como dice un "anónimo", muchas de las cosas que se han mantenido desde hace tiempo: la solemnidad de la misa, por ejemplo o... la hospitalidad.
¡Viva la alegría, la fiesta y la diversión!
Y... jeje... nosotros ya estamos hablando de si vamos a poner una caseta esta romería...
Pues a mí, lo de las tómbolas tampoco me gusta nada. Están bien para una feria pero para una romería... ¿Han visto la romería de la Virgen de Luna de Villanueva? Quizá es, sin ánimo de ofender, la que más puro conserva el paisaje, la que menos "mercadillo" tiene aunque, para mí, ese también sobra.
Y esta opinión no tiene nada que ver con la permanencia de los ritos, la solemnidad, la devoción, la convivencia entre gentes de todos nuestros pueblos en torno a la imagen que cada uno venera. Es, precisamente, que esos mercadillos sobran en medio de la dehesa o al pie de los montes llenos de romeros, jaras, madroños... Y, abajo, un mar de sombresos, de "chochonas", de plásticos y cacas varias... ¡hombre, es que no pega ni con cola!
PUES EN AÑORA NO TENEMOS ROMERIA PARA NUESTRA VIRGENCITA DE LA PEÑA. PERO QUE MAS DA ESO, SI COMO DICE LA CANCION NO HAY NINGUN NORIEGO QUE EN SU PECHO NO LA LLEVE.
El día 17 de febrero, tenemos que ir a una ROMERIA en la que caben todas nuestras Vírgenes: la de Guía, la de Veredas, la de la Peña, la de Luna, Sta.Ana la de Conquista, Santa Ana la de El Viso, la de La Alcantarilla, la de Las Cruces, para que ilumine a nuestros paisanos alcaldes y les convenza de que es posible, si ellos lo quieren (y, si no, que los envíen, en bloque, a las calderas de Pedro botero).
¿Dónde es la romería?
Todos los vallesanos el dia 17 de febrero a la Romeria festiva para presencial como pasan 100 AVES riendose de los Pedroches.Necesitamos que todas las virgenes nos hagan el milagro, pues parece que lo que nuestros politicos quieren es que los Pedroches desaparescan o se queden marginados para los restos, tenemos que manifectar los ciudadanos que de una vez queremos progreso y desarrollo para nuestra tierra.TODOS A LA ROMERIA CITA DIA 17 DE FEBRERO ALREDEDOR DE LAS 12 HS. EN LA ESTACION DE AVE DE VILLANUEVA PARA QUE TODOS SEPAMOS QUE EXISTE, Y QUE PARAN TRENES.
TODOS A LA ROMERIA el día 17 DE FEBRERO.
En defensa de nuestra comarca, para que los políticos se hagan eco de nuestra reivindicación y se COMPROMETAN antes de las elecciones.
Porque, lo que ha cambiado respecto a otras épocas, es que ahora, no vamos a dejar pasar una promesa sin reclamar que la cumplan.
Y ya saben, si quieren votos, que se comprometan con Los Pedroches.
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