Informazion
No resulta agradable, pero alguien tenía que decirlo ya. ¿Es que un medio de comunicación, por modesto que sea, puede permitirse los recursos expresivos y la ortografía que presenta el editorial de Los Pedroches Información de hoy y que son los habituales cada semana?. ¿Qué imagen se trasmite de la comarca?.
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16 comentarios :
Usted, señor Merino, tan sabio, tan erudito, también debía saber que después de los signos de admiración o interrogación jamás se pone un punto, error éste en el que usted incurre a menudo. Sin ir más lejos en esta misma ocasión.
Creo que ha sido excesivamente duro usted, don Antonio, con Miguel Cardador. Cierto es que Miguel debería mirar dos veces lo que escribe antes de publicarlo -algo que quizás todos deberíamos hacer por unos u otros motivos-, pero no es menos cierto que sin ser profesional del periodismo tuvo el arrojo de fundar un periódico por y para la comarca en el cual su pudieran recoger las inquietudes de sus habitantes.
Quizás, como muchos de nosotros, Miguel sólo sea un aficionado, un seudoperiodista más, pero creo que se merece el reconocimiento de todos por su manifiesto interés en divulgar los asuntos de la comarca, pues a Miguel todos sabemos que no le hace falta para comer tener que publicar un semanario; semanario del que, como es normal, podrían discutirse muchas cosas.
Sé que esto que escribo seguro podría hacerlo y compartirlo también usted, que una cosa no quita la otra, pero creo que hay que sopesar todas estas cosas antes de valorar la forma y el fondo de según qué cuestiones.
Saludos para todos.
Bueno, venga, como la última frase es la que molesta, la quito. En cambio los puntos los dejo y cuando él quiera estoy dispuesto a mantener una discusión científica con el señor anónimo sobre la pertinencia de la puntuación tras los signos de interrogación. Pero será otro día: hoy demasiadas cruces tenemos ya encima.
No comparen, por Dios, lo de Los Pedroches Información está tan mal escrito que parece hecho a propósito
Señor anónimo, no se invente reglas gramaticales que no existen.
Estoy completamente de acuerdo en esta ocasión con el comentario, tan oportuno, del editor del blog; y también con otra de las opiniones de un lector que expresa que parece haberse hecho tan mal propósito.Un medio de comunicación de esta naturaleza debe cuidar las formas, especialmente las de carácter lingüístico y ortográfico. Creo que no se puede exculpar al autor del artículo estableciendo como atenuantes los hechos de que no sea periodista profesional, o el argumento de que funda altruistamente un períodico y escribe y divulga aspectos sobre la comarca. El sentido común dice que quien escribe, con cierta relevancia en editoriales y columnas, debe de hacerlo con la debida corrección.La disposición de fundar o erigir una obra encomiable, en cuanto al fondo, no debe de exonerar a nadie de ser sometido a crítica, sobre todo cuando la merece. El desafortunado artículo en cuestión está realmente muy mal escrito y con graves deficiencias, y creo sinceramente que la llamada de atención ha sido bastante diplómatica y sin faltar grave ni personalmente al autor.
Antonio tiene toda la razón y muchos hemos pensado lo mismo semana tras semana y alguien lo tenía que decir. ¿Por qué no usan un corrector de estilo como en muchas otras publicaciones?
Señor Merino, la Real Academia Española de la Lengua edita un libro donde se recoge la normativa ortográfica de la Lengua Española. Se puede acceder a él por internet muy facilmente.
El Capítulo V lo dedica a la "Puntuación" y dentro de él se encuentra el apartado referido a los "Usos de los signos de interrogación y exclamación", y en el número 5.6.2 se puede leer lo siguiente: "Después de los signos que indican cierre de interrogación o exclamación (?!) no se escribe nunca punto".
Lo dice la RAE, no yo. Y supongo que es la RAE la que establece las normas en materia lingüística. De cualquier manera yo no tengo interés en establecer una "discusión técnica" ni con usted ni con nadie, siendo usted además muy dueño de seguir colocando los puntos y persistir en el error, aunque a eso se le llame contumacia, porque, de cualquier manera, éste en concreto en un asunto poco (o nada)importante. Y además la humildad se lleva ahora tan poco.
aquí se ve que tras interrogación y admiración, de punto nada
Petete, con la sabiduría que aparentabas cuando yo era niño con ese libro gordo que tenías, y ahora vas y rompes el mito.
¡Qué pena! Sin punto añadido.
Hay que mirarlo por el lado bueno, después de esto seguramente vendan más periódicos.
Es que la LOGSE me destrozó la carrera
No creo que sea comparable con el "error del punto" con los que se pueden ver y leer en ese editorial. Que lo que hace sea digno de elogio no significa que no se deban exigir unos mínimos.
Antonio,¿vas a quitar el punto después de signo de interrogación o lo dejas ahí hasta que Miguel Cardador edite un semanal sin faltas?
Para zanjar la cuestión:
Conozco muy bien la normativa académica sobre la puntuación tras los signos de interrogación y admiración y así la enseño a mis alumnos y la practico en escritos oficiales, académicos y científicos. Sin embargo, en esta cuestión ortográfica, como en otras, es posible mostrar discrepancias, y por eso me permito disentir de la norma en mis escritos de Solienses, que al fin y al cabo es una página personal.
En mi opinión, los signos de interrogación y exclamación no son signos de puntuación, sino de entonación, es decir, delimitan unidades de entonación y no de contenido, puesto que ambas categorías pueden no coincidir. De hecho, resulta paradógico que la propia Academia sí permita poner coma o punto y coma tras las interrogaciones, e incluso, en otras ocasiones, será forzoso colocar hasta un punto, por ejemplo, cuando la interrogación vaya entre paréntesis: "Lucía no contestó (¿o lo hizo con el gesto?). Siguió andando como si nada".
La no colocación de puntos tras las interrogaciones puede dar lugar, además, a confusiones no sólo sintácticas sino también semánticas, temas todos estos que, desde luego, exceden el contenido de Solienses.
Ahora, si de lo que se trata, como tantas veces, es de desviar la atención sobre lo principal...
Desviar se devía mucho, sí.
Y señalar errores ajenos también, ahora reconocer los propios ya es más difícil.
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