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Patrimonio perdido de Los Pedroches/20. La antigua puerta del pósito de Belalcázar.


Interior del Pósito de Belalcázar. [Foto: Ana López Flores].

Los pósitos eran instituciones municipales destinadas a almacenar cereales para su préstamo en condiciones ventajosas a los agricultores en tiempos de escasez. Aunque algunos se remontan a la Edad Media, su origen en España data básicamente del siglo XVI, si bien su época de mayor esplendor corresponde al siglo XVIII. Desde el siglo XIX comenzó su decadencia y desaparición, al tiempo que surgían nuevas fórmulas de crédito agrícola.


Pósito de Dos Torres, hoy Biblioteca Municipal.

Algunos de los edificios que acogían los pósitos en Los Pedroches, destacados por su solidez y su individualidad arquitectónica, se han mantenido en sus respectivas localidades como edificios singulares adaptados para otros usos públicos. Así el de Dos Torres, actualmente Biblioteca Municipal, el de Pozoblanco, convertido en cine, el de Torrecampo, reconvertido en sala de exposiciones, o el de Villanueva de Córdoba, hoy sede del propio Ayuntamiento. Y entre todos ellos ocupa sin duda un lugar señero el de Belalcázar.


Portada actual del Pósito de Belalcázar [Foto: J.L. González].

El antiguo Pósito es probablemente uno de los edificios civiles más interesantes de Belalcázar, que tiene tantos. Se trata de una nave con bóvedas de arista de ladrillo sostenidas sobre columnas de granito y una portada a la calle con un gran arco de medio punto rebajado también de granito. José Luis González Peralbo, que próximamente va a publicar un libro sobre las clarisas de Pozoblanco en el convento de Santa Clara de Belalcázar, ha encontrado referencias documentales a la existencia de este pósito desde el siglo XVII. A mediados del XVIII sufrió una profunda remodelación a la que probablemente se debe su aspecto actual y que corrió a cargo del alarife pozoalbense Cayetano de Torres. Según documentación aportada por José Luis, la escritura de obligación está realizada y firmada el 3 de mayo de 1766 y en ella Cayetano de Torres se compromete a realizar la restauración y ensanche del pósito, que incluye, además de una reparación a fondo del tejado, "cerrar de bóveda las capillas del Pósito de acuerdo con el proyecto y traza y teniendo en cuenta lo ya obrado hasta el presente", seguido de lucimiento de los muros, enrejado de las ventanas y construcción de dependencias auxiliares. La cantidad a pagar al maestro alarife se estipula en 5.900 reales de vellón.

El estado actual de dicho pósito, con sus amplias bóvedas de arista y su robusta y elegante portada, ya convierte a este edificio en una muestra muy destacada del patrimonio monumental belalcazareño. Sin embargo, recientemente hemos conocido evidencias fotográficas de que en el pasado su valor monumental y artístico fue aún muy superior.



Hace algún tiempo Joaquín Chamero me envió una fotografía, rescatada de una antigua publicación de los años veinte titulada Andalucía El País del Sol - Belalcázar (Publicaciones del Real Touring Club, por Antonio Sarazá Murcia), en la que figura una majestuosa portada bajo la cual reza la leyenda "Belalcazar. La antigua casa del Pósito". Según el propio Chamero, es posible que lo que hoy conocemos como Pósito fuera en realidad el granero, a lo que apuntaría el nivel elevado del suelo para facilitar la descarga y carga de cereales a los carros, mientras que esta entrada que ahora conocemos podría constituir el acceso a las dependencias administrativas. Joaquín Chamero cedió recientemente esta imagen para una exposición de fotografías antiguas en Belalcázar y algunas personas mayores la reconocieron y la ubicaron con exactitud en ese lugar, el mismo que hoy ocupa un edificio moderno de dudoso gusto.

Investigaciones más rigurosas podrán quizás determinar en el futuro el origen de esta fachada, pero es posible que Chamero no ande totalmente desencaminado en su sospecha. Entre las tareas que realizó Cayetano de Torres en la gran reforma del edificio de 1766 figuraba la de "hacer un arco para la comunicación de las dos partes" y José Luis González aventura que quizás se adquirió una casa contigua para la ampliación del pósito, a la que -añado yo- pudo pertenecer esta portada, dado que su composición guarda paralelismo con la de otras viviendas nobles de Dos Torres, Torrecampo o Hinojosa del Duque. En tal caso, la antigüedad de la portada sería independiente de la construcción del pósito, aunque realmente no estamos en condiciones de asegurar que tal fachada no perteneciera desde el principio al edificio original.


Detalle de la portada antigua del Pósito de Belalcázar.

Los rasgos estilísticos de la portada parecen remitirnos al siglo XVI. Algún investigador consultado (a quien debo la descripción de las siguientes líneas) ha señalado el gran clasicismo del cuerpo bajo, con presencia de elementos bastante elaborados: sobre un esquema de portada enmarcada por alfiz, de reminiscencias mudéjares, las molduras que parecen apreciarse en las pilastras y las cornisas utilizadas como transición, en la línea de impostas y en el remate del alfiz, parecen fruto de un diseño arquitectónico inicial claramente concebido, dentro de los esquemas del primer renacimiento cordobés. Muy llamativo, de no engañar la mala calidad de la imagen, sería el acceso a través de un arco tudor, al incluirse un elemento tardogótico en una estructura renacentista bien diseñada. En cuanto al cuerpo superior, se repite la traza básica, incluyendo una ventana geminada con arcos que no se aprecia bien si son de medio punto o ligeramente peraltados. El mainel marca la línea de simetría de todo el conjunto, que está perfectamente estructurado con sus dos cuerpos, el superior de menor tamaño. En el caso de la ventana geminada, las reminiscencias "medievales" están claramente superadas por el uso que a este elemento se dio en los palacios renacentistas de la primera mitad del siglo XVI.

En la década de los cuarenta el edificio vino a ser de propiedad privada y su dueño derribó la fachada para construir una cochera para el "Saurer" que hacía el servicio diario entre Belalcázar y Córdoba. Más tarde se construyó el actual edificio, sede de una peña futbolística, y así es como un testigo excepcional de cuatro siglos de historia de Belalcázar sucumbió sin llanto y sin más legado que la vieja fotografía de Antonio Sarazá Murcia.


Montaje fotográfico con una reconstrucción ideal del antiguo Pósito de Belalcázar.


El mismo enfoque, hoy.

1 comentarios :

Anónimo | domingo, octubre 31, 2010 8:29:00 a. m.

Sr. Merino:

¿ No cree que le falta la Ermita de la Virgen de Guía en la cabecera de Solienses ? tal vez sea uno de los monumentos más emblemáticos de Los Pedroches y alberga a la Virgen que veneran hasta cinco pueblos de la comarca.

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