"Se fue para trabajar como pintor y volvió con un coche de 80.000 euros"
Miguel Torralvo Vioque, empresario de Villanueva de Córdoba.
Hace más de una década, a Carmonilla le dijeron que se presentase en un cortijo, que alguien quería verle. Allí le esperaba, con un sobre en la mano, Miguel Torralbo Vioque, el hijo de uno de los jornaleros a los que había ayudado años atrás, convertido ahora en un empresario de éxito, un constructor reputado en el sur de Madrid. "¿Aún sigues ayudando a los pobres?", le preguntó Torralbo. "Hasta que me muera", contestó él. Carmonilla, que recuerda la escena en un bar mientras apura un vaso de vino, recibió un millón de pesetas en mano. No daba crédito. "En este pueblo ha habido gente muy rica que se ha muerto con los millones guardados en la cuenta, sin haber dado ni una perra. Miguel, en cambio, ha ayudado a cientos de vecinos.
Torralbo Vioque, el joven emprendedor que se fue en los años setenta a la capital para trabajar como pintor y volvió décadas después a recorrer la carretera hasta su pueblo a bordo de un coche de 80.000 euros, comenzó a fraguarse la imagen de un benefactor. En Villanueva de Córdoba (9.500 habitantes) pasaba al menos un fin de semana al mes en el cortijo que había comprado, donde aprendía a cazar y a pintar. Organizaba matanzas y fiestas alrededor de un arroz caldoso. Sufragó el disco de una banda municipal. Había carteles de Ofigevi, su empresa gestora de cooperativas de viviendas, por todo el pueblo, en las camisetas del equipo de fútbol local y en las paredes del estadio municipal. Nació el interés de Torralbo por la política e impulsó un partido socialista independiente con gente que había abandonado las filas del PSOE, entre ellas su hermano."
[Leer completo "Un benefactor entre rejas", en El País, 2 de octubre de 2012
3 comentarios :
Dos caras distintas de una misma moneda.
Hacerse rico honradamente es imposible.
Que fácil es regalar el dinero que los demás le encargaron gestionar, así yo también. Estafador sinvergüenza.
Publicar un comentario