El adiós a Aurelio Teno
Aurelio Teno, en el centro, con los poetas Vicente Núñez, Juana Castro y Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque, 1989). [Foto: juanacastro.es]
El hechizo salvaje de la creación aureliana. Pablo García Baena.
Si todo fuera dicho sobre la obra de Aurelio Teno bastaría aplicar unas palabras de María Zambrano para adentrarnos sin temor en el hechizo hermoso y salvaje de la creación aureliana. Hay que estar despierto, abajo en la oscuridad intraterrestre. Allá en lo profundo, el corazón vela, se desvela, se reenciende a sí mismo. Parece como si esa oscuridad intraterrestre fuera los almadenes nativos por donde a veces baja Aurelio, para encontrar la cuarcita perdida de la niñez, sus días de infancia por las siete Villas de Los Pedroches, pueblos de dinteles monolíticos en las casas, de ciclópeas pilas bautismales de dólmenes y cipos perdidos. "El molde debe retener lo que se vierte en él", había dicho Ezra Pound. [Leer artículo completo]
Entre el vuelo y la tierra. Juana Castro.
El pintaba y esculpía, con materiales siempre sacados de la naturaleza, de la tierra, del campo y de las minas. Sus princesas incas, sus quijotes, sus águilas, sus monjes... Lo mismo salían de pobres trozos retorcidos de ramas y raíces como de ricas platas y minerales nobles. El arte de Aurelio Teno sigue una línea barroca, y sus monjes, sus guerreros totémicos como sus quijotes y sus águilas nos devuelven una mirada fantasmal, atormentada, inquietante, donde desde materiales y formas simples se extrapolan fuerzas y simbologías de un universo tan vital como intrépido, tan alucinante como alumbrador. [Leer artículo completo]
Aurelio Teno, el gemólatra. Miguel Clementson
Mineral, mítica, genesíaca, es la valoración que este escultor cordobés hace de la forma en cada uno de sus trabajos, de tal manera que sus composiciones resultan en extremo singulares. Se caracterizan por su profunda imbricación telúrica, pues utiliza frecuentemente gemas y piedras semipreciosas para conformar un universo plástico de alucinantes cristalografías, en el que conviven fórmulas expresionistas que se engastan entre la propia belleza natural de los cuarzos, ágatas o amatistas, con lo que se definen piezas de una gran fuerza y vehemencia simbólica. Una poderosa energía habita y se expande alrededor de toda obra del mago de Pedrique, como magma emergente desde las secretas entrañas de la tierra, que libera incontrolables fuerzas telúricas del suelo originario para proyectarse seguidamente hacia lo alto, en una suerte de vuelo ascensional --de cinético y rotundo expresionismo-- hacia las libres regiones del espíritu, al encuentro tornasolado con la luz. [Leer artículo completo]
Aurelio Teno, magia mineral. Francisco Javier Domínguez.
En toda su obra planea lo sobrenatural y la necesidad de fundir elementos y quizá por ello guardo como oro en paño un recuerdo de una de las últimas visitas a Pedrique que realizamos mi padre y yo. Admirados por el espectáculo paisajístico que arranca del arroyo que lleva el nombre de la finca, en la trasera del eremitorio, intentaba explicarnos cómo la antigua era que utilizaban los monjes para trillar el trigo se sustanciaba en una suma prehistórica y mágica. Señalaba vértices de piedra y explicaba sus límites y su orientación como si aquella superficie fuera un oráculo sagrado. Orientaba unos argumentos al sur y otros al norte, mientras explicaba una retahíla de consideraciones sobre las lunas, el sol, las cosechas, la caza y las parturientas. Él sentía todo aquello. Mi padre y yo sólo advertíamos una simple era de labor. Ahí estaba la diferencia, Teno veía más allá y sus manos traducían en escultura lo que pasaba por su mente. [Leer artículo completo]
El chamán de la tribu. Félix Ruiz Cardador.
Teno, en realidad, tenía aspecto de indio navajo, con su melena canosa al viento y su rostro curtido por mil soles, y lo que emanaba era una especial espiritualidad de ser apegado a la naturaleza, a la poesía de la materia, de chamán de la tribu que conoce los arcanos secretos de los vientos, del agua y del fuego. Con su tórax de boxeador y su testa fabulosa, se puede decir que jamás fue un anciano, al menos un anciano al uso, pues siempre mantuvo una buena condición física y un aspecto juvenil y algo bohemio, inconfundible. Pienso que el arte, la creación de esas esculturas suyas en las que la vida brotaba con fuerza y misterio, no siempre hermosas pero casi siempre poderosas, le habían mantenido alejado de los peores efectos del tiempo. [Leer artículo completo]
3 comentarios :
Solienses ha sabido colocar a Aurelio Teno dentro de esa sección que Antonio llama "Nuestra Gente". Nada más cierto: Aurelio no sólo era de nuestra gente sino que representaba la locura y el arte que de vez en cuando la fortuna regala a alguien nacido en Los Pedroches. Creo que era el representante más genuino de ese fondo oscuro que muestra nuestra comarca y que nadie como él ha sabido ver y llevar a su obra. También ha sabido Aurelio ver las claridades y las ha pespunteado en las piedras preciosas, la luz de sus princesas y el vuelo de las águilas. Confieso que una gran amargura me rodea desde el momento en que desde el diario Córdoba nos llamaron para darnos la noticia de su muerte y pedir a Juana un flash de urgencia. Estuvimos en Villaharta con muchos de sus amigos y la tristeza se acentuó al ver que allí se acababa todo, que Aurelio era irreemplazable. Me extraña que esta noticia esté pasando por Solienses sin que nadie le dedique unas palabras a nuestro paisano. Quizá todos estemos aún sorprendidos, pero últimamente las noticias culturales pasan sin pena ni gloria, como si la situación de crisis y de desvergüenza política nos atenace hasta el punto de esconder otras realidades que también merecen nuestra atención. Desaparecido el genio creador de Aurelio puede que alguien nos quiera informar sobre el destino de Pedrique y de su obra allí recogida. Puede que estemos ante una oportunidad clave para que, si todo se hace bien, nuestro ilustre pasisano siga viviendo entre nosotros y el mundo lo conozca y reconozca mejor.
La foto de esta entrada, a pesar de que Juana Castro la tiene etiquetada así en su web, no es en El Viso, sino en la caseta municipal de Villanueva del Duque, justo el día del homenaje realizado al escultor por su nombramiento como hijo predilecto de la localidad en agosto de 1989. El bar que se ve al fondo es el antiguo edificio de dicha caseta municipal y Teno va vestido con la misma ropa que en las fotografías que la prensa recogió de aquel día. También asistieron como invitados a este acto los poetas de la foto.
He corregido la localización y la fecha, gracias por el aviso.
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