Acaba Periscopia
Producciones Imperdibles presentaron "La mirada interior", ayer en el Paseo Marcos Redondo.
Con la actuación de La suite bizarre y la intervención de dos dj's (al parecer, también disciplina artística) cerró anoche en Pozoblanco la cuarta edición del festival Periscopia. Hay que felicitar a La casa de los monos por su pasión en la convocatoria -imprescindible para este tipo de aventuras- y por su capacidad de transmitir entusiasmo a través de las redes sociales, con razón o sin ella.
El festival se compone de varias ramas no necesariamente bien anudadas. Predomina el componente musical electro-indie-pop, heredero y fagocitador del viejo PopZoblanco, que arrastra a un público joven y entusiasta en general poco interesado por las restantes disciplinas artísticas. Las representaciones teatrales han contado también con buena acogida y nos han enseñado tres formas muy diferentes de enfrentarse al universo escénico, con desiguales resultados. Las otras materias tienen una presencia muy secundaria en el festival, aunque permitan hacer buenas fotos y den vistosidad al cartel.
Puesto que al año que viene Periscopia alcanzará ya su quinta edición, creo llegado el momento de comenzar a desarrollar también el siempre útil sentido de la autocrítica, para que un golpe de realidad no amargue cualquier día la ficción creada. Corremos el riesgo de que un festival de naturaleza inconformista se desvirtúe de pura complacencia. En sus manos lo dejo
Vaivén Circo, el jueves en El Silo.
Catenaccio, el viernes en el anfiteatro Aurelio Teno.
Unos visitantes contemplan el "Photo wall" de Paoctubre, en la exposición de artes plásticas de El Silo.
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