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Lecturas de otoño

Una vez pasada la vorágine absorbente del comienzo de curso y entregados ya poco a poco a la dulce calidez de la rutina diaria, he comenzado a leer algunos libros que tenía atrasados de autores comarcales. Lo cierto es que la producción literaria en este 2015 está siendo especialmente escasa, a la espera de que estos últimos meses del año nos deparen todavía alguna grata sorpresa.

Cadavercita roja. Texto de Luis Murillo. Dibujos de Emi Ordás. Algar editorial. 2014. 48 páginas.



Se trata de una revisión del clásico de Perrault escrita por el hinojoseño Luis Murillo bajo algún estado severo de alucinogénesis. Caperucita cadáver resucita para protagonizar un festín de espeluznantes despropósitos resumidos en un par de folios. El gran valor del libro reside en los dibujos de Emi Ordás, deudores de la estética de Tim Burtons (Pesadilla antes de Navidad, La novia cadáver), que serán muy apreciados por los amantes del cómic gótico-festivo. El libro, tenebroso de principio a fin, no está recomendado para un público infantil.

Cadavercita roja fue publicada inicialmente como un cuento interactivo para iPad que, versionado en inglés, ha obtenido cierto éxito y reconocimiento internacional, según Itbook, la empresa desarrolladora de la app. [Review de Cadavercita roja].


El jardín vertical (La novela de un indignado). Alejandro López Andrada. Trifaldi. 2015. 182 páginas.



La última novela, hasta el momento, de Alejandro López Andrada goza, como suele su obra, de apoyo mediático y de apadrinamientos ilustres (nada menos que Julio Llamazares presentó el libro en Madrid), cuya autoridad no osaré rebatir. A mi parecer, sin embargo, se trata de otra novela innecesaria que reproduce el esquema constructivo que el autor repite una y otra vez: un narrador homodiegéticio recuerda algunos episodios de su infancia y juventud rurales mientras que, a modo de macguffin, se alimenta artificiosamente un misterio que queda resuelto sin apenas huella en las páginas finales. Aunque se publicita como una obra de contenido social que incomodará al Poder (de hecho, ha sido presentada por pueblos y ciudades en varias sedes de Izquierda Unida), la narración apenas recoge, mediante un planteamiento maniqueo de buenos y malos, todos los tópicos ramplones de un izquierdismo de opereta donde brilla por su ausencia cualquier reflexión política más allá de cuatro obviedades irrelevantes.

En la contraportada del libro se compara al autor con Cela, Camus y Rulfo y a su obra con el tremendismo de Pascual Duarte, el nihilismo y la soledad de Meursault y el realismo mágico de Pedro Páramo. Son cumbres muy altas para salir indemne del contraste, aunque supongo que el editor habrá medido los riesgos. Quizás llama tremendismo a la justificación de la violencia de género en pleno siglo XXI y realismo mágico a la apoteosis mística de la zarza ardiendo. Obviamente, el editor y yo no tenemos el mismo concepto de lo literario. Ni siquiera de la dignidad. Porque el comportamiento final del protagonista resulta, a la postre, ridículo y cobarde y nos reafirma en la convicción de que la renovación política y moral de un país en descomposición ha de llegar necesariamente por otros cauces muy distintos a los aquí propuestos.

[Descargar el Capítulo 1 de El jardín vertical]

11 comentarios :

Anónimo | domingo, octubre 04, 2015 8:23:00 p. m.

Pero hombre Merino, que usted, precisamente usted, critique el "planteamiento maniqueo de buenos y malos y el izquierdismo de opereta..." resulta de chiste, cuando un post más abajo vuelve usted por enésima vez a la carga frentista y rencorosa con el mismo royo patatero de siempre. Aunque cada vez con menos éxito de crítica y público, todo hay que decirlo. Eso sí, siempre quedará un pequeño reducto de resentidos sectarios que pretenderá que se transmita y permanezca la semilla del odio de generación en generación hasta el final de los tiempos.

Esto que usted escribe me recuerda un pasaje bíblico que habla de pajas y vigas.

Otro que ha estado fino también es el de la comparación con Cela, Camus y Rulfo.

¡Qué cosas!

Anónimo | lunes, octubre 05, 2015 12:22:00 p. m.

Nunca he leído una obra del escritor mas ilustre que ha dado nuestra tierra en toda su historia. Pero con la crítica que hace el amigo Antonio de El Jardín Vertical me dan ganas de leerla. Se ve que a Antonio no le gusta mucho la escritura de Alejandro. Pues su reconocimiento nacional e internacional no están de acuerdo con tu criterio amigo Antonio.

Anónimo | lunes, octubre 05, 2015 2:05:00 p. m.

¿Royo patatero?

Juan J. | lunes, octubre 05, 2015 7:59:00 p. m.

El comentario segundo es muy indicativo de cómo funcionan las cosas de la cultura en España. Reconoce que nunca ha leído una obra del autor, pero se atreve a criticar la opinión de quien parece que sí las ha leído todas. Así somos.

Anónimo | miércoles, octubre 07, 2015 7:30:00 p. m.

Al comentarista Juan J. 7:59 p.m:

Pues yo si le puedo decir que he leído casi todas las obras de Alejandro López Andrada, sobre todo su poesía, que al fin y al cabo impregna toda su obra, y coincido con el anónimo de las 12:22:00, tanto en que es el escritor mas ilustre que ha dado nuestra tierra hasta la fecha, y tiene un respaldo y reconocimiento tanto nacional como internacional, y por algo será. El Sr. Merino es muy libre ( faltaría más ) de realizar y exponer su comentario crítico de la obra en cuestión en este blog que maneja tan bien, pero se le nota muy poca objetividad y sí un tono muy negativo hacia el autor más que a la obra, como si tuviera cuentas pendientes que saldar. Y eso le resta credibilidad y capacidad crítica objetiva a su comentario de la obra. Puede que la equiparación que se hace del autor en la contraportada con la prosa de Cela, Camus o Rulfo pueda parecer exagerada, pero el resto del comentario, si se analiza detenidamente, parece querer enfocarse demasiado a echar por tierra en unas cuantas lineas la trayectoria y la obra de Alejandro. Obviamente, el editor y tu, querido Antonio, no tenéis el mismo concepto de lo literario. Menos mal. Seguro que yo, después de estas lineas, tampoco. Y el Sr. Juan J. también.

Anónimo | jueves, octubre 08, 2015 12:54:00 p. m.

Pues a mí, literariamente, el que me tiene arrobad@ y en éxtasis permanente es el alcalde interruptus de mi pueblo.

¡Qué bien escribe ese hombre y cómo me ponen sus arrob@s!

Anónimo | jueves, octubre 08, 2015 4:00:00 p. m.

Al de las 7:30 le digo que yo tampoco he leido nada de Alejandro porque por mi educación tengo dificultades para comprender la lectura. Tampoco he leido nada de Cervantes ni de Góngora y se que fueron unos escritores bastante buenos y lo puedo decir por lo que he oido no por lo que he leido. ¿o es que los que semos casi analfavetos no podemos opinar? Ojala pudiera yo leer a Gongora.

Anónimo | domingo, octubre 11, 2015 6:33:00 p. m.

De nuevo Antonio realiza una entrada sobre una novela de Alejandro y las huestes furibundas salen en defensa del escritor aludiendo a que se trata de un ataque extraliterario motivado por alguna inquina personal. También dicen que es el más grande de los Pedroches y que por algo será (claro, será por algo) como si eso bastara para adorar el suelo que pisa. No se les mete en la cabeza que se trata de un blog personal y de la opinión de una persona, tan legítima como cualquier otra y tan subjetiva como otra cualquiera. Lo que tienen que hacer las huestes es escribir (en) otro blog panegírico y laudatorio, y tan felices.
Cuando un escritor publica está expuesto a la crítica y debe estar preparado para ello, como está para los premios que recibe (cuando los recibe). Vamos, como suele decirse: "para las duras y para las maduras".

Anónimo | martes, octubre 13, 2015 1:57:00 p. m.

Señor comentarista (usted también comenta y no sé si tendrá blog) de las 6:33:

El editor de este blog "invita" a "publicar un comentario en la entrada"; y eso es lo que hace la gente que decide en cada caso comentar. Unas veces cosas más interesantes y otras menos.

¿Tiene que tener todo el mundo un blog acaso para opinar? ¿No puede opinar nadie aquí? ¿Para qué está entonces habilitada la posibilidad de "publicar un comentario en la entrada" y de esa manera poder opinar?

Por cierto, ya sabíamos todos que los artículos del editor reflejan sus opiniones subjetivas y personales y que no son la verdad absoluta e irrefutable; no nos tome por tontos. Pero si el editor del blog da la posibilidad de opinar a la gente, y esa gente decide opinar, unas veces a favor o en contra de lo que se vierte en el artículo, como ha sido el presente caso, ¿hay algún problema?, ¿siente usted alguna frustración o contrariedad en ello?, ¿no hay una contradicción entre lo que usted primero censura y con lo que termina su comentario? Pues si el editor de un blog abre la posibilidad de opinar en él, también él estará "expuesto a la crítica y debe estar preparado para ello. Vamos, como suele decirse: "para las duras y para las maduras". No pretenderá usted, supongo, que sólo puedan opinar los de lo "panegírico y laudatorio", en este caso para el editor del blog.

Anónimo | sábado, octubre 17, 2015 9:34:00 p. m.

No voy a entrar en dimes y diretes que su retórica es de libro al uso.
Simpkemente, a Antonio no ke ha gustado ka novela y hace una crítica estrictamente literaria. De la misma forma que le gustó el último poemario de Alejandro e hizo una crítica estrictamente literaria.
A las duras y a las maduras..
Consulte la hemeroteca de Solienses, muy señor mío.

Isabel | domingo, noviembre 26, 2017 8:37:00 a. m.

Muy buena novela. cuando hablamos de mejores novelas históricas podemos ver titulos y autores legendarios, pero estas contemporaneas tambien son excelentes.

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