Belalcázar rinde homenaje a las Brigadas Internacionales
El llamado "Hospital de Belalcázar" se instaló en mayo de 1937 en un grupo escolar de reciente construcción (hoy IES Soto de Alvarado). En realidad, se trataba de un traslado desde Cabeza del Buey, cuando el frente se desplazó hacia esta zona. El cirujano catalán José María Massons relata en su artículo "Un año al servicio de las Brigadas Internacionales como Jefe de Equipo quirúrgico" (recogido en el libro La sanidad en las Brigadas Internacionales, UCLM, 2006) el nacimiento y desarrollo de este hospital [ver aquí el testimonio completo]. A finales de junio el hospital se trasladó a Hoyo de Manzanares (Madrid). Las instalaciones fueron ocupadas entonces por un equipo sanitario norteamericano, que se mantuvo hasta finales de año. Según el blog municipal de Belalcázar (que no cita fuentes), allí trabajó durante algún tiempo la escritora estadounidense Dorothy Parker.
2 comentarios :
Uno de los gestos mas generosos y desinteresados en la lucha contra el fascismo fué el realizado por los brigadistas internacionales en la guerra civil española. Miles de ellos quedaron muertos para siempre en nuestra tierra. Bienvenido éste homenaje a los brigadistas aunque creo que ya no vive ninguno. El que escribe tubo la fortuna de compartir experiencias y espacios con muchos de estos brigadistas en distintas ocasiones y puedo decir que es una de las experiencias mas gratas que se conservan en mi memoria. Animo a todos los lectores de éste blog a acudir a algún acto de los programados. Su memoria se lo merece.
Yo estuve en este homenaje. Vine adrede desde Valencia. La mayoría de los asistentes vinieron de mucho más lejos: hijos y nietos de brigadistas ingleses y sobre todo irlandeses, descendientes de republicanos españoles exiliados en Francia, una hija de un brigadista norteamericano... Los dos días de las Jornadas fueron magníficos, emocionantes para todos. Y las autoridades de todos los pueblos en los que estuvimos nos acogieron generosa y cordialmente. Pero hubo una mancha que nos sorprendió, nos dolió y nos resultó inexplicable: el Instituto de Belalcazar, no supimos si por decisión de su direccción, de su claustro de profesores o de su Consejo Escolar, en lugar de recibirnos con las puertas abiertas y darnos ocasión de explicar alalumnado quiénes eramos, por qué estabamos allí y cuál era la gloriosa historia del edificio que hoy alberga el instituto, aprovechando el evento para celebrar una hermosa jornada de clase de historia viva a través de sus protagonistas, nos cerró las puertas, que sólo se abrieron al final para hacer algunas rápidas fotografías, con reiteradas adveetencias de que no hiciésemos fotos a los alumnos -cosa que naturalmente ninguno de nosotros tenía intención de hacer-. Una verdadera pena y una ocasión perdida de satisfacer la natural curiosidad del alumnado y de educarlo en el conocimiento verdadero de la historia de su pueblo.
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