El terremoto de 1755 en Los Pedroches
En Hinojosa del Duque, "la torre de la Iglesia parroquial, se vio cimbrearse como si fuera una palma".
En 1755 tuvo lugar un gran movimiento sísmico que es conocido en la historia como "el terremoto de Lisboa", al situarse su epicentro a unos 300 kilómetros de la capital portuguesa y haber sido esta ciudad la más afectada por los daños. Tuvo lugar la mañana del 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, y Lisboa resultó prácticamente destruida a consecuencia del seismo y de un tsunami posterior. Murieron allí unas 90.000 personas.
Fue la primera vez que se estudiaron científicamente las consecuencias de un terremoto. El primer ministro portugués convocó a un equipo de científicos y especialistas para dirigir la reconstrucción y estudiar con un rigor hasta entonces desconocido los efectos catastróficos producidos. Se envió una encuesta a todas las parroquias del país, las cuales permitieron elaborar una descripción científica objetiva de las causas y consecuencias del terremoto, en lo que se considera el inicio de la sismología moderna.
España, lógicamente, también resultó muy afectada por un terremoto que dejó notar sus efectos en lugares tan lejanos como Noruega, Suecia o Irlanda. Se dice que en Marruecos desapareció un pueblo de unos ocho mil habitantes. El rey Fernando VI ordenó también la elaboración de un informe sobre el suceso. Un cuestionario de ocho preguntas fue dirigido a las personas de «mayor razón» de las ciudades y pueblos, para que contestaran lo más rápido posible y con sus respuestas tener una idea más acertada de la incidencia del terremoto en el reino. Se recibieron respuestas de 1.273 localidades, que actualmente se guardan en el Archivo Histórico Nacional. Esta documentación ha sido recopilada y publicada por J. M. Martínez Solares en su libro Los efectos en España del terremoto de Lisboa (Ministerio de Fomento, Madrid, 2001), que puede leerse completo aquí.
En Los Pedroches, según las respuestas enviadas por diez de sus pueblos, que podemos consultar en el libro anterior, no hubo que lamentar desgracias en personas ni animales, pero sí se produjeron numerosos desperfectos materiales en edificios públicos, especialmente religiosos. La mayoría de la población se encontraba asistiendo a misa mayor, con motivo de la fiesta de Todos los Santos, y la primera reacción fue salir corriendo a espacios abiertos (plazas o descampados). Así de detalladamente se describe la percepción del terremoto en Añora:
Que en el primero día del corriente mes, en que se celebró la fiesta de todos Santos, habiendo amanecido el día claro y pacífico, en cuya quietud se mantuvo como hasta la hora de las diez, poco más o menos, interpolándose por espacios algún poco de aire solano, o de levante, no muy recio, y estando quasi toda la más gente de esta villa en la Iglesia, oyendo la misa conventual o mayor, percibieron todos un rumor hacia la parte de Levante (como si viniera acercándose un coche por las calles empedradas) el que yéndose aumentando, al paso que se oía más cerca, de allí a me[di]o cuarto de hora, al compás de dicho son, se empezaron a conmover todos los suelos, paredes y edificios, siendo su movimiento como si fuese corriendo, desde la parte que empezó a sonar el rumor de Levante, hacia la parte de Poniente, y dicho terremoto o temblor duró como de seis a siete minutos, con corta diferencia, los que, pasados, y el temblor, permaneció el rumor como otro medio cuarto de hora, el que se fue alejando como a la parte de Poniente, dejando en suma confusión, y espanto a todos los moradores de esta villa, desde los párvulos y adultos, a todos los más ancianos, pues todos desampararon las casas y se huyeron a lo despoblado, y los pequeñuelos llorando pedían a sus madres los sacasen de casa (a los que no salieron).
El terremoto tuvo una réplica quince minutos más tarde y otra algunos días después. En los testimonios de varios pueblos informan también que observaron cómo subía el nivel de agua de los pozos:
"a los dos o tres días haberse visto muchos pozos que tenían muy poca agua se llenaron y, con especialidad un arroyo, que llaman de Cuzna, distante de esta villa una legua, estando sin corriente, tomó agua que corría por él y sus cauces bastantemente, con una agua muy acrisolada" (Alcaracejos).
"Observaron asimismo algunas personas que a la sazón se hallaban junto a los pozos y fuentes, que el agua subió (siendo así que estaban tan bajos que necesitaban cinco, seis y siete varas de soga) que se salió de ellos, rebosando y haciendo espuma, y saliéndose como si estuviese al fuego" (Añora).
"en los pozos y fuentes creció el agua brotando en muchos de ellos y reconociéndose estar tan caliente como si la hubieran puesto a hervir" (Pozoblanco).
"Algunas personas de esta villa vieron que una fuente que hay en ella, que llaman la Nueva, echó fuera de ella muchas partes de agua que tenía, sin embargo de estar profunda" (Torrecampo).
"El agua del pilar común, que es bastante largo y ancho, saltó como media vara, y se vertió" (Belalcázar).
Lo más afectado fue el patrimonio arquitectónico religioso. En Añora "la Iglesia del Señor San Pedro quedó muy quebrantada, pues quedaron las dos paredes colaterales, cuasi despegadas de los arcos, y estos algo quebrantados, y la torre de la Iglesia del Señor San Sebastián, titular de esta villa, quedó quebrantada y bajada".
En Belalcázar "el arco toral de la Iglesia parroquial de dicha villa se abrió y abierto se mantiene. Y la Capilla mayor del convento de San Francisco de ella, padeció bastante quebrantamiento" y también se declara en otro lugar "haberse caído algunos pedazos pequeños de la media naranja de la Capilla mayor del convento del Señor San Francisco, extramuros de esta villa, y de la bóveda del coro algunos ladrillos, abriéndose también una pared de la capilla del Sagrario de dicho convento". En otro lugar se dice que en Belalcázar "la Iglesia se hundió de repente hasta el tejado; la gente que la llenaba se salvó por las ventanas y claraboyas, encontrándose luego sobre el terreno al nivel del desván". Esta última apreciación no la aportan los informantes de la localidad, sino que aparece referida en un manuscrito sobre los efectos del terremoto en Cádiz y hay que dudar de su veracidad. Casas-Deza ya informa de que los daños del terremoto causaron "una grande hendidura" en el cañón de la bóveda de la iglesia parroquial, motivo por el cual se construyeron en 1777 "tres arbotantes en cada lado", para evitar su derrumbe.
En Belalcázar declaran "haberse caído algunos pedazos pequeños de la media naranja de la Capilla mayor del convento del Señor San Francisco".
En Hinojosa del Duque "se quebrantaron las dos naves de los costados y los arcos [de la iglesia parroquial]; y asimismo la portada de la Iglesia del convento del Señor San Diego, de religiosos de Nuestro Padre San Francisco, como también padeció el mismo quebrantamiento toda la ermita del Santísimo Cristo de las Injurias, que está situada en un cerro a la vista de este pueblo". También se dice se dice que "la torre de la Iglesia parroquial, se vio cimbrearse como si fuera una palma, pero quedó derecha como antes estaba."
En Pozoblanco consta "haberse quebrantado dos arcos y una pared, principales, de la dicha Iglesia [Parroquial], como se reconoce de varias roturas, que en dicha pared y arcos se manifiestan".
En Torrecampo "a la Iglesia parroquial la dejó muy quebrantada, y abiertas las paredes principales de ella, por siete partes y, en especial, sobre las que está fundada la capilla de Nuestra Señora del Rosario, que si no la reparan con brevedad, se discurre que padecería una total ruina (...) si llega el caso de arruinarse parte de dicha Iglesia, también padecerá notable perjuicio la torre de ella, y como la misma ruina, a causa de estar fundada sobre sus partes y haber padecido sus fundamentos el mismo quebrantamiento".
Los mayores daños se describen en Villanueva de Córdoba:
"la torre de la Iglesia parroquial, del Señor San Miguel, de esta villa, que se está reedificando, y principiada su Capilla mayor, se ha advertido tener algún quebranto mayor, y lo mismo en la capilla del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, y que dicha torre tiene mayor quebrantamiento, y distintas aberturas.En los demás pueblos no consta que hubiera desperfectos reseñables.
El Real pósito de esta villa y su Real cárcel, que todo está unido, de obra muy fuerte y de bóveda, se ha reconocido también tener dos aberturas de consideración, y de que se puede seguir mucho daño, a no repararlas con la brevedad posible, y no se puede hacer formal inspección de esta obra, por estar quasi lleno de trigo dicho pósito.
Las casas del Ayuntamiento de esta villa, que son muy altas, y todas de piedra labrada, se han reconocido, con muchas aberturas, desde lo alto hasta el suelo de modo que, enteramente, están quebrantadas y con grandísimo riesgo de su entera ruina.
Y reconocidas diferentes casas de vecindad se hallan con algunos quebrantamientos, todo ocasionado de dichos temblores".
Pueden consultarse los informes de cada pueblo en las siguientes páginas del libro de Martínez Solares: Alcaracejos (117), Añora (149), Belalcázar (186), Hinojosa del Duque (356), Pedroche (511), Pozoblanco (532), Santa Eufemia (712), Torrecampo (626), Torremilano (633), Villanueva de Córdoba (674) y Villanueva del Duque (356).
4 comentarios :
Interesantisímo artículo cultural, que nos "desengrasa" un poco de tanto "politiqueo"
La política y la cultura están enraizadas fuerte y profundamente. Imposible separarlas. País con buen nivel cultural equivale a país gobernado en el respeto a las libertades y los derechos humanos. Por eso en España se recorta tanto en cultura y se aplauden los vítores a la muerte en representaciones procesionales. Excelente por otra parte el hilo de historia que abre el editor. Hay quien dice que los terremotos se reproducen cíclicamente.
Pues para mi de política,lo justito.Que se ocupen más por ella los que de ella vivan. Eso sí, depende de lo que cada uno entienda por política y por nivel cultural, y de lo que se considere que hay que ocuparse y preocuparse por
ella. Además,desgraciadamente no siempre han ido unidos el respeto a los derechos humanos y el nivel cultural.Y más desgraciadamente aún, muchas personas de toda ideologia y condición y un nivel cultural elevado, han sido muy nocivas en la Historia de la humanidad. Por eso yo abogo porque en un denominado como blog cultural, prevalezcan las cuestiones de ese tipo,siempre claro está,si al editor le parece oportuno, intercalandolas por supuesto, con cualquier otra. Saludos.
El batolito de granito nos protege de los movimientos sísmicos.Pero si las construcciones son muy antiguas o no están conforme a las normas de sismoresistencia si que podrían estar en peligro.
Publicar un comentario