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"Y que haga cada uno lo que le salga su chomino"


Vídeo piloto de la serie "¡Nos vamos al pueblo!

Ya me hice eco de ello en Twitter, pero no me resisto a traerlo aquí de nuevo porque el producto no tiene desperdicio. Se trata de una serie de pequeños vídeos (de unos 4 minutos de duración cada uno) editados por la Diputación de Córdoba bajo el título "¡Nos vamos al pueblo!", en los que supuestamente se trata de desvelar los prejuicios que sobre temas como el sexo, la identidad de género, la diversidad o la igualdad existen todavía en el mundo rural. Los vídeos están conducidos por la sexóloga Carmen Jurado Luque, que representa el papel de periodista con micrófono a pie de calle. El resultado final, contrariamente a lo pretendido, viene a ser un catálogo de los prejuicios que desde el mundo urbano se tienen con respecto a la vida y las gentes de los pueblos. Y una total falta de respeto hacia ellos, intolerable en una institución como la Diputación, que debería dignificarlos en lugar de intentar denigrarlos.

Ya la propia cabecera de los vídeos no augura nada bueno. Una camioneta, conducida por la sexóloga, sale de una gran ciudad llena de rascacielos y de repente se introduce en un mundo lejano y remoto, escondido entre bosques y montañas: el mundo rural. Por si los tópicos no eran suficientes, suena de fondo el canto de un gallo, no fuera a ser que alguien no se hubiera enterado de que estamos en el pueblo. En el primer vídeo, llamado "piloto" (no me pregunten por qué después de ver el "piloto nadie detuvo la producción del resto), la sexóloga, micrófono en mano, se acerca temerosa a dos lugareñas: "Bueno, aquí veo a dos señoras sentadas, a ver si me dejan que les haga unas preguntillas", como quien teme que las patanas salgan disparadas al verla aparecer con esos instrumentos del diablo, sin duda portadores de magia y maleficio. Luego aborda a un gran tallista y le dice "¿Tú qué te sientes? ¿Te sientes heterosexual?" y él contesta "Sí" y ella quiere saber más, "¿Desde cuándo?", y él "Pues desde siempre", y en este plan para ir abriendo boca, con perdón.

"Vamos a ver a quién encontramos por Alcaracejos, ¿vale?, vamos a ver a quién hay por aquí?", en esta tierra inhóspita a la que me he trasladado desde la civilización, parece faltarle decir, como quien realiza un documental en la sabana africana o en las tribus escondidas del Amazonas. "Dos personas que son pareja y que tienen entre las piernas el mismo sexo, ¿cómo se apañan?", pregunta la sexóloga, así, en un lenguaje limado de sutilezas para que puedan entenderlo los gañanes. La entrevistada, boquiabierta ante semejante sandez, responde "Pues de muchas formas", pero la otra, como un cura lascivo de los de antes en el confesionario, quiere saber más "¿Si? Dime".

Todo el mundo en el pueblo ve bien la igualdad y no se sorprende ya a estas alturas de las diferentes tendencias sexuales de cada vecino, pero la sexóloga necesita hurgar en la herida para tratar de dejar en evidencia a los labriegos destripaterrones, que para eso ella y su equipo se han desplazado desde la capital, pues para estas respuestas mejor se hubieran quedado en la calle Jesús María. "¿Y no se trata de modas?", dice ella. "Modas no, se trata de conocimiento", dice el cateto de pueblo, como si los papeles se hubieran intercambiado. "Muy bien", dice ella con superioridad condescendiente, como la maestra cuando el niño acierta con la respuesta correcta.

El vídeo, con todo, tiene un impagable final que justifica su visionado. "Antes los pobrecicos de los maricones no podían salir. Ellos no tenían culpa de que su madre los fuera parido así", dice Lucía, una campesina iletrada que pasaba por allí. La sexóloga sonríe satisfecha, creyendo haber encontrado al fin a su presa ideal, mientras todos nos tememos ya lo peor. "Y ahora salen y entran y tienen su compañero", dice la otra, mientras la sexóloga se frota las manos. "¡Como debe ser!", remata la aldeana y el mundo se le viene encima a la de la capital. Pero su calvario no había terminado, porque la labriega no calla, trayendo ahora el agua a su molino: "Antes nos moríamos con uno nada más. Y ahora, cuando le apetece a ellas, 'fuera ese tío que está podrío', ¡otro!. ¡Venga, vengan bombas ahí!".

¿No ha quedado claro? Pues toma más: "Y que haga cada uno lo que le salga su chomino".

Urge camisetas con esta frase.

Ale, y que venga otra sexóloga de la capital a enseñarles a los paletos de pueblo lo que es la igualdad y la diversidad.

12 comentarios :

Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 8:44:00 a. m.

Ja, ja,ja. Que vaya la sexóloga a preguntar al círculo de la amistad. A ver qué le responden sobre sexo las clases altas cordobesas. Tal vez tengan más prejuicios que los lugareños iletrados.

Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 10:39:00 a. m.

Estos paletos de la capital, se creen que nos van a enseñar algo...

Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 11:50:00 a. m.

Antonio, no lo puedes decir mejor. La Diputación se ha lucido. Malo es hacer este porquería pero peor es permitir que se difunda. La Diputación y la persona responsable se lo debería hacer mirar.

En estas subnormalidades nos gastamos el dinero de TODOS.

UNA VERGÜENZA!!

Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 12:00:00 p. m.

Creo, Sr. Merino, que usted se queda en la superficie del problema al ver solo el lamentable talante de superioridad con el que una urbanita con gran nivel intelectual y sonrisa entre comprensiva e irónica aborda a los pobrecitos paletos e ignorantes de pueblo.

Ahonde usted más y busque el origen de estas situaciones en la ingeniería social creciente y, entre otras, en alguna "ideología" que han implantado en esta sociedad de la idiotez progresiva y galopante, en el que ciertos colectivos fundamentalistas que pretenden erigirse en guías de comportamiento social, han alcanzado ya el poder ministerial propagando lemas tan bellos, saludables y edificantes como ese de "sola y borracha, quiero llegar a casa".

Y luego analice usted el papel de ciertos medios (incluido el suyo) en servir de correa de transmisión para que la idiotez vaya alcanzando niveles que nos lleven al paroxismo.

JJRJ | jueves, marzo 05, 2020 1:32:00 p. m.

Que vergüenza (contenido, edición y sexologa) como se puede tirar así el dinero público. En Alcaracejos o dónde hayan grabado el video y en resto de la España vaciada no necesitamos esos profesionales retrógrados.

Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 8:09:00 p. m.

Hay quien se agarra a un clavo ardiendo con tal de aludir al "temita". Que le vaya bonito.
Una fundamentalista.

Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 10:29:00 p. m.

Los paletos de Córdoba capital, que sólo se mueven de las Tendillas a Fuengirola y de Fuengirola a las Tendillas, se crecen cuando se lanzan, intrépidos, en este caso, intrépida sexologa, a abordar temas espinosillos con los habitantes de los territorios ignotos situados más allá de Trassierra... y la muchacha se crece abordando a la gente con su agudeza y su canesú y todo ello, a costa de lo que todos pagamos para mantener a un cementerio de elefantes como es la Diputación y, encima, tenemos que ver a cretinas/os integrales sueltos por nuestra selva.




Anónimo | jueves, marzo 05, 2020 11:14:00 p. m.

El sexo y mucho mas la homosexualidad han sido en España durante muchisimos años temas tabues, ahora cualquier persona aunque sea mayor, sin estudios pero con dos dedos de frente se da cuenta que lo importante es ser buena persona, que cada cual se acueste o se enamore de quien le de la gana, la homosexualidad no es ninguna enfermedad ni castigo, el enfermo es el no tolerante que se mete en la vida de los demas. Esa mujer que tendra mas de 80 años cuanto habra visto. Pues lleva toda la razon, que cada cual haga lo que les salga de su chomino.

Juan Ferrero | viernes, marzo 06, 2020 2:28:00 a. m.

¿Y dónde dan el título de sexólogo?

Anónimo | viernes, marzo 06, 2020 12:07:00 p. m.

Me ha encantado el artículo, Antonio, suscribo todas tus palabras letra a letra, solo quiero indicar quela "entrevista" del "chomino" se grabó en Bujalance.

Anónimo | sábado, marzo 07, 2020 10:01:00 p. m.

Aquí, por Los Pedroches, amigo Ferrero, nos tuvimos que conformar con el título de "sexador de pollos".

Anónimo | domingo, marzo 08, 2020 10:55:00 a. m.

Me gustaría decir que la publicación de un reportaje de este tipo que apenas dura unos minutos vienen precedido de horas de grabación, muchas entrevistas a muchos personajes, disparidad de opiniones. Al final se emite lo que el editor estima oportuno según el mensaje que quiera transmitir. Como podemos ver en este reportaje todas las opiniones son políticamente correctas, todos los entrevistados están en una línea que podíamos definir como "moderna y progresista". Que a nadie le quepa duda que en el pueblo como en la ciudad si haces este tipo de preguntas, las respuestas serán proporcionales a la base de la población. Habré personas que sean conservadoras, que sean de ultraderecha, etc. que no opinen lo que hemos escuchado y que han sido grabadas. Esta es la realidad de la sociedad. El editor solo pone lo que va a acorde con el mensaje que quiere transmitir. Para que lo entendáis; cuando Canal Sur viene a Añora a retransmitir las olimpiadas rurales, todos los que salen en la "tele" les parecen extraordinarias, y cuando creedme, hay muchos a los que les moleta tanto bullicio y las olimpiadas les parecen una forma de malgastar dinero público, pero de esos no salen ninguno, no tendría sentido. Que ha pasado en este articulo? A casi todos os parece patético cuando en realidad no lo es. Si Antonio Merino que es extraordinario en el uso de sus argumentos y palabras hubiera dicho: "Magnífico reportado donde se demuestra que la gente de los pueblos está en total sintonía con la actualidad en temas sexuales y sociales", estoy convencido que todos los argumentos que se han leído hubieran en este artículo hubieran ido en otra línea. Otra cosa es que evidentemente la persona que hace de periodista no lo es y eso se nota en la comunicación, pero de eso a querer ridiculizar a nadie hay un abismo. Parece que tenéis un complejo de inferioridad. Además fijaos que Antonio, que como es muy hábil ha utilizado la palabra que pudiera parecer mas gruesa para fijar la atención “chomino”. Por cierto, la del micrófono es una gran profesional en su especialidad que evidentemente no es el periodismo.

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