La naturaleza
Parque San Martín de Añora [Foto: Facebook del Parque].
A la desmesura de creerse igual a los dioses los antiguos griegos lo llamaban hybris (ὕβρις) y estaba severamente castigada en la eternidad. En nuestro tiempo todos hemos pecado de esa soberbia de considerarnos imprescindibles en el universo, pero esta crisis sanitaria nos está dando, entre otras muchas, una estricta lección de humildad. En realidad, el mundo está mejor sin nosotros. Mientras los humanos permanecemos recluidos en nuestras casas, la primavera ha estallado ahí fuera, como suele cada año por esta época, ajena a que algo le ocurre a una de las especies animales que habita el planeta, y el campo muestra un aspecto saludable y próspero, cargado de promesas y esperanzas. Al regreso, nos costará reconocerlo, porque el boscaje habrá crecido siguiendo su orden natural y habrá que esforzarse de nuevo por domesticarlo y doblegarlo a nuestro antojo. Pero, si acaso por una condena eterna de repercusión mitológica, el hombre no volviera nunca a salir de sus casas, la naturaleza seguiría ajena a esa desgracia o, en todo caso, se ahorraría quizás algún azote o destrucción de las que el ser humano suele ser culpable.
Según se cuenta hoy en el perfil de Facebook del Parque San Martín de Añora, "debido a las obras de ampliación de la Nave Adehesa, el entorno quedó muy degradado debido al tránsito de maquinaria y al acopio de materiales de construcción y restos de la obra. Para recuperar la zona, en marzo de 2019 se procedió a la siembra de una mezcla de semillas de hasta 30 especies anuales propias de las dehesas de Sierra Morena: amapola, distintos tipos de trébol, gramíneas, leguminosas... Debido a la escasez de lluvia y a las condiciones del terreno, el resultado del primer año no fue bueno". Pero esta primavera, beneficiada por unas condiciones climáticas muy favorables, con abundantes lluvias y sol, pero también, por qué no decirlo, por la ausencia de humanos en la zona, se ha producido una germinación masiva del banco de semillas y ha dado lugar a un paisaje radiante que sobrecoge y conmueve por su belleza. En medio de tanta tristeza, esta imagen nos reconforta del dolor y nos llena de esperanza.
Cuando la reclusión termine, quizás hayamos aprendido a verlo todo de otro modo y a valorar lugares como este, el Parque San Martín, la dehesa en general, el privilegio de vivir rodeados de una naturaleza maravillosa capaz de regenerarse del daño causado por el hombre y de vivir fecunda sin nosotros.
14 comentarios :
Pues es cierto que todos los días sale el sol, y aún con días nublados ahí está. La naturaleza también está necesitada de una cuarentena sin nosotros.
Imposible pasar de largo ante este colorido. Sin embargo, en nuestra memoria, existen paisajes como este, solo que los hemos ido olvidando. Seguramente porque la Naturaleza está cada vez más enferma pero también porque nuestra diáspora y ocupaciones nos impiden llegar hasta ellos y visitarlos. Cuando vayamos saliendo de esta cárcel nos acercaremos a nuestra comarca y volveremos a disfrutar de este Paraíso. Pero mis sensaciones de ahora, ante esta maravilla que nos regala Antonio, me conducen a pensar que tendré, tendremos, que aprender de nuevo y reflexionar sobre nuestra relación con las plantas y los cercados en flor. Tendremos que pedirles que nos dejen visitarlos, que nos dejen, por cortesía, aspirar su perfume. Nuestra conciencia debería hacernos pensar que estamos ante algo sagrado y con ese ánimo deberíamos tocar, solo tocar, los pétalos de una amapola, las hojas de la hierbabuena o del poleo. Feliz reencuentro con el paisaje y las veredas de nuestra comarca.
Es increíble el regalo de primavera que tenemos este año. Está la dehesa a reventar de verdor, de flores, de pájaros. Y los pájaros han llenado nuestros patios. Hay más mirlos que nunca (o es que con el ruido no nos enterábamos). Yo tengo una pareja de mirlos que ha anidado en mi tejado y es un regalo verlos y oírlos cantar). La naturaleza, ese bien que nos estamos cargando con la sociedad de consumo desaforado y ridículo que sólo nos llevará al desastre. Aprenderemos algo de este batacazo o saldremos corriendo a seguir en las mismas? Mucho me temo que seguiremos igual porque el brillo de las baratijas nos atraerá, como siempre, como a las moscas.
Muy bonito, pero os recuerdo que nuestra comarca es ganadera y a nuestros productores de leche les hace poca gracia ver que el terreno que van a segar para heno está lleno de flores. Las amapolas y similares hacen muy bien a la vista pero muchas son consideradas como malas hierbas. Muchas veces escribís aquí y parecéis de la capital cuando seguro que todos los años estamos hartos de pisar hierba y campo.
No creo que toda la dehesa esté así. Como señala Antonio, este cuadro en colores del Parque San Martín se debió a que se sembraron en su tiempo todo tipo de flores y ahora, por diversas razones, han salido. Esto es un parque y aquí no van a entrar las vacas. Pienso que la misma Naturaleza y las mismas vacas, con su lento movimiento, van regulando sus lugares de comederos. Y allí lo que más abunda es la hierba. Hay manchas de colores pero abunda la hierba. Y esto lo digo sin entender ni papa de campo.
Si es así me quedo alucinado. A quien se le ocurre sembrar flores a granel en nuestra tierra? Hay que entender poco de agricultura para hacer eso. Es un error querer modificar el ecosistema con este tipo de actuaciones. Para eso están los jardines. El medio ambiente natural requiere medidas correctoras cuan sean necesarias, no por el capricho paisajístico. O es que no lo entendéis?
La foto es preciosa, y con lo que esta lloviendo ultimamente cuando caliente un poco el sol el campo estara maravilloso. Habra hierba, habra flores. Las lluvias en abril siempre son buenas.
El que no lo entiendes eres tú, Anónimo | sábado, abril 25, 2020 3:27:00 p. m. Precisamente estamos ante una medida correctora necesaria para un terreno que había sido dañado por unas obras, en un parque forestal. La medida de sembrar especies herbáceas y florales para regenerar el terreno en este caso está más que justificada. A ver si aprendemos a leer antes de lanzarnos a disparar sin ton ni son. Que ya somos mayorcitos.
Lo que tienen que hacer es meter una piara de ovejas a que se coman la hierba y no sea desperdiciada. Eso sí que corrige lo mal hecho.
¡Animales de dos patas en la comarca hay más que los otros! Cuanta vergüenza e ignorancia. Para algunos sobran hasta las encinas, que son un estorbo para el tractor y unos pocos kilos menos de heno.
Al anónimo sábado 25, 2020 , 3:27:00 p.m.
Se han sembrado semillas de especies herbáceas que son típicas de nuestra flora y, que se pueden ver (ahora en flor) en cualquier paraje de nuestro singular Valle, por lo tanto, se podrá estar más de acuerdo o no, pero no es tal el error. Este espacio ha sido mejorado a consecuencia de las actuaciones que en él se han realizado y, creo que acertadamente. Por el contrario, lo que considero un error es el poner árboles propios de otras latitudes, no adaptados a nuestro entorno ni a nuestra climatología por los distintos parques de este tipo, que podemos ver repartidos por nuestros pueblos.
Anónimo Domingo abril, 26, 2020, 12:40:00 p.m.
Sí, claro, y en el parque Cabeza Oliva de Pozoblanco una de cabras.
Que humor tienen algunos. Por favor paz y amor.
Lo que hay que hacer es la obras con mas cuidado y no tirar el escombro de cualquier manera. De esa forma no sería necesario reponer tanta superficie herbácea. Porque no se que obra habrán hecho donde la fotografía (lo mismo ha sido un parque temático), pero aquí los ganaderos hacen muchísimas obras en el campo y no necesitan replantarlo con flores.
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