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Polémica en el callejero

  • Inauguraciones de calles con polémica en Pozoblanco y Belalcázar


Descubrimiento de la calle Luis Felipe Cazalla Gómez en Pozoblanco el pasado viernes, con asistencia (de izquierda a derecha) del sacerdote Antonio Rides, el alcalde Santiago Cabello y la esposa e hijos del homenajeado [Foto: Ayuntamiento de Pozoblanco].

Durante los últimos días se han realizado en dos pueblos de Los Pedroches sendos actos de rotulación de calles con nombres de personas que, por una razón u otra, no han estado exentos de cierta polémica.

El domingo, con asistencia de autoridades y familiares del homenajeado y cumpliendo así un acuerdo tomado por unanimidad por el consistorio pozoalbense en 2015, se descubrió en Pozoblanco la placa de la calle que lleva el nombre del doctor Luis Felipe Cazalla Gómez, un médico ginecólogo fallecido en 2013 que trabajó en el Hospital Comarcal durante más de veinte años, aunque la verdad es que durante el acto no llegaron a concretarse las razones (más allá de su profesionalidad y su calidad humana) que le hicieron merecedor de este nombramiento.

La polémica (recogida en prensa nacional como Infolibre) vino por la intervención en el acto del sacerdote salesiano Antonio Rides. Ya su propia participación en un acto meramente civil no se entendía muy bien, pues ver al cura con el hisopo bendiciendo la placa del callejero y luego leyendo el evangelio y rezando unas oraciones concedía a toda la convocatoria un aire absolutamente anacrónico, como si hubiéramos viajado en el tiempo setenta años atrás. Pero lo más grave vino después, cuando Rides, en presencia del alcalde que presidía el acto, se permitió un pequeño mitin político, fuera de todo lugar y con desprecio a los familiares del homenajeado y asistentes en general, a los que se hizo comulgar con unas afirmaciones tendenciosas e ideológicamente manipuladas. Comenzando con esa coletilla que tanto nos hace temblar al escucharla ("no soy político, pero...") el sacerdote vino a afirmar, tras distinguir la cualidad de "cristiano" como un valor añadido a la profesionalidad del personal sanitario, que "hay personas que quieren que no haya presencia cristiana en los hospitales y en los centros de salud. Son gente rancia, antigua y con muchas cositas aquí en el corazón". Y por esta senda continuó, dando a entender que los médicos cristianos tienen miedo a decir que lo son ("pido a todos los creyentes profesionales que no tengan miedo, que no se oculten, que digan soy cristiano") y llegando a afirmar prácticamente que solo desde la religión se puede dar consuelo espiritual al enfermo. La intervención completa del sacerdote puede verse en este vídeo, a partir del minuto 7:30.



Al día siguiente, el sábado, en Belalcázar se desarrolló también un acto de descubrimiento de la placa correspondiente en la calle que lleva el nombre del Capitán Cortés (Antonio Cortés Medina, natural de Belalcázar, maestro de escuela y capitán durante la II República, 1915-1987). Al acto asistieron los tres hijos del homenajeado y sus nietos, además de vecinos de la localidad.


Nueva placa de la calle Capitán Cortés en Belalcázar.

La polémica venía en esta ocasión por la ingeniosa sutileza que ha utilizado el ayuntamiento de Belalcázar para sortear la posible obligación de modificar el nombre de la calle en virtud de la Ley de Memoria Histórica. El senador de Compromís, Carles Mulet, había enviado un escrito a distintos ayuntamientos de España, entre ellos el de Belalcázar, en base a una información obtenida del Instituto Nacional de Estadística, alertando de nomenclaturas de calles que podían contravenir la Ley de Memoria Histórica, entre ellas las nombradas "Capitán Cortés". Entiende Compromís que estas calles se referían a Santiago Cortés González, militar y miembro de la Guardia Civil golpista, que promovió la sublevación en Jaén de un grupo de guardias civiles contra la legalidad republicana y se atrincheraron durante ocho meses en el santuario de Nuestra Señora de la Cabeza en Andújar, siendo posteriormente mitificados por el régimen franquista tanto el santuario como la figura del sublevado.

Sin embargo, el "Capitán Cortés" del callejero belalcazareño era otro. Nacido en Belalcázar en 1915, Antonio Cortés Medina ejerció como maestro de escuela en su propio pueblo, hasta que, al inicio de la Guerra Civil, se hizo notar al impedir, pistola en mano, que se hiciera daño a las monjas de su pueblo. En 1937 se incorporó al Ejército republicano, convirtiéndose en uno de los defensores de Madrid ante las tropas franquistas, lo que hizo de forma destacada, siendo ascendido, primero a teniente y después a capitán. Tras la toma de Madrid, Antonio Cortés fue encarcelado.

Tras conseguir la liberación en 1941, volvió a Belalcázar, donde se casó y abrió una escuela privada, en la que volvió a ejercer como maestro hasta que fue nuevamente encarcelado en 1945, en este caso acusado de colaborar con los maquis que actuaban en la zona. Este nuevo periodo en prisión, con fugas y nuevos encarcelamientos incluidos, se mantuvo hasta 1986, no ya por el motivo original de apoyar a los combatientes antifranquistas, sino porque a partir de los años 60 se le diagnostica esquizofrenia y pasará los últimos años de prisión en el Psiquiátrico Penal de Alcolea, en Córdoba. Pudo salir de dicho penal psiquiátrico en diciembre de 1986, al hacerse cargo de él sus hijos, que vivían en Madrid, donde murió en 1987 a causa de un cáncer de pulmón [Fuente: Europa Press].

El Ayuntamiento de Belalcázar, con el acto realizado el sábado, se ha limitado a precisar la identidad del nombrado en la calle, sin necesidad de modificar su denominación. Ahora queda claro que se refiere a un hijo de la localidad que se destacó en su defensa de las libertades, no a quien colaboró en su destrucción.


Participantes en el acto de descubrimiento de la placa de la calle Capitán Cortés en Belalcázar [Foto: Ayuntamiento de Belalcázar].

12 comentarios :

Anónimo | domingo, julio 26, 2020 7:05:00 p. m.

Muy ingenioso lo de Belalcázar para hacer cumplir la normativa de la forma más aséptica. Lo del cura es terrible y entiendo que lo único que pretende es transmitir odio hacia los que no piensan como el. Nada nuevo, otra gota más sobre un vaso que hace años rebosó.

Anónimo | domingo, julio 26, 2020 7:19:00 p. m.

Hay que ver lo que sale el alcalde de Pozoblanco en este blog. Su protagonismo se come al resto de los alcaldes de la comarca. Por lo menos en solienses.

Anónimo | lunes, julio 27, 2020 12:37:00 a. m.

Señor Merino: Me imagino, que cuando habla usted de la prisión siquiátrico de Alcolea, se refiere al hospital siquiátrico de Alcolea que se construyó en los años sesenta si mal no recuerdo.
A no ser que sean dos cosas diferentes. Si no es así, referirse al hospital siquiátrico como a una prision dice bastante de sus intenciones sobre el artículo.

Antonio | lunes, julio 27, 2020 1:45:00 a. m.

Ese dato sobre el "Psiquiátrico Penal de Alcolea", como todos los biográficos relativos a Antonio Cortés Medina, está tomado de la nota informativa de Europa Press que enlazo en mi entrada [esta]. No he investigado personalmente sobre el asunto. Ignoro si se trata de un error, por lo que agradecería cualquier información sobre el tema.

Anónimo | lunes, julio 27, 2020 8:41:00 a. m.

Es que es un alcalde muy fotogenetico

Anónimo | lunes, julio 27, 2020 11:19:00 a. m.

El fanatismo católico. O piensas igual que ellos o eres mala persona. Creen fanáticamente que no existe otra opción.

Anónimo | lunes, julio 27, 2020 4:48:00 p. m.

Fotogenetico: dícese de la fotografía que, mediante ingeniería genética lleva secuencias de ADN de un individuo.

Anónimo | martes, julio 28, 2020 4:25:00 p. m.

Buenas tardes. Para el anónimo del 27 de julio de 2020, 12:37, para que pueda comprenderlo mejor: el edificio donde estuvo internado Antonio Cortés Medina es el Hospital psiquiátrico de Alcolea, que es hospital y no prisión. Lo que sucede es que Antonio Cortes Medina venia en situación de régimen carcelario cuando ingresó en dicho hospital. Para Cortés Medina el hospital psiquiatrico y su internamiento fue prolongación de su situación de preso en distintas cárceles de la dictadura, por lo que para él y su situación es más prisión que hospital. Y así siguió hasta diciembre de 1986, cuando sus dos hijos,tras mucho pelear por sacarlo de allí, pudieron llevarselo a su casa y allí pudo morir en paz y libertad, aunque por poco tiempo, pues murió en febrero de 1987.

Anónimo | miércoles, julio 29, 2020 6:30:00 p. m.

En lugar de 'Polémica en el Callejero', ¿no será más bien que intentamos crear polémica donde no la hay buscándole tres patas al gato?.
Se nota que no tenemos otra cosa que hacer para entretenernos y desviar la atención de otras cosas más provechosas, como por ejemplo dar la matraca con los trenes, que de los 6 diarios que paraban únicamente tenemos 2 a media tarde. ¡Y terminarán cerrando la estación!.
Será -pienso yo- porque están los nuestros gobernando España y no queremos molestarlos.
Mientras, aquí tan panchos escribiendo gilipolleces.
Así nos va.

Anónimo | miércoles, julio 29, 2020 11:30:00 p. m.

Es verdad que se escriben gilipolleces como lo demuestra el anterior escribiente en su exposicion. Una verdadera gilipollez. Dice que están los nuestros gobernando España. Y se queda tan pancho. Menuda gilipollez. Dice que no queremos molestarlos. Menuda gilipollez; como si desde los pedroches se hubiera molestado alguna vez al gobierno de turno. Y desde aquí mostrar mi mayor respeto a la familia del Capitán Antonio Cortés en la espera de que este reconocimiento haya supuesto un cierto alivio a todo el daño y sufrimiento que le causó la dictadura tan terrible y criminal que padecimos. Y sobre el discurso del sacerdote solo puedo sentir vergüenza como cristiano que soy, no me representa. Y muy bien por Antonio por darnos a conocer estos hechos, aunque algunos les parezcan una gelipollez.

Anónimo | jueves, julio 30, 2020 9:00:00 a. m.

Sí, sí.... yo digo todo, todo, todo, giilipolleces, menos mal que lo que usted escribe es "dogma"; pero desde que suprimieron los 4 trenes, aquí en este blog nadie dice ni pio del gran problema que tenemos encima para desplazarnos en tren. ¿Por qué?.- Quien calla, otorga, decían antaño por aquello del silencio.
¿Qué es más importante y beneficioso para la sociedad de Los Pedroches, los rótulos de las calles o la falta de trenes?.- No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Sin embargo, nos entretenemos con politiqueo de taberna en temas secundarios (pamplinas) para no pensar y mirar a nuestros verdaderos y acuciantes problemas: la supresión de paradas de trenes, entre otros muchos y variados.

Anónimo | sábado, agosto 01, 2020 4:47:00 p. m.

Le felicíto por el ”zasca" tan apropiado con el que responde a alguien que denomina ”gilipollez” una opinión tan respetable como la suya.
Que estemos o no de acuerdo no viene al caso,ni justifica la descalificación que le han dedicado.
Y no olvidemos que...
Donde no hay mata,no puede haber patata.

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