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En vez de llorar


Pancartas reivindicativas a la salida de Noheda (Cuenca) [Fotos: Solienses].

A comienzos de este verano sin turismo realicé una pequeña escapada, entre el ocio y lo profesional, para visitar los mosaicos de la villa romana encontrada hace unos años en la pedanía de Noheda, a unos veinte kilómetros de Cuenca. Es un claro ejemplo de cómo el patrimonio histórico puede resultar también un incentivo económico para territorios rurales en claro proceso de despoblación. Noheda cuenta con 14 habitantes y Villar de Santo Domingo, el municipio al que pertenece administrativamente, 220. La aparición de esta villa romana, visitable desde julio de 2019, ha supuesto un revulsivo turístico para la zona. Los espectaculares mosaicos descubiertos hasta el momento (tan solo se ha excavado todavía una parte del yacimiento) se publicitan como "el mayor mosaico figurativo del Imperio Romano de Occidente". Y allí que acudimos todos a contemplar el cortejo báquico, el juicio de Paris y los amores de Pélope e Hipodamía. Algún dinerillo nos dejaremos por el camino.

Tras la visita, cuando ya regresábamos a Cuenca, no pude dejar de fijarme en unas modestas pancartas reivindicativas que reclamaban la atención del visitante del yacimiento arqueológico. Los habitantes de Noheda se oponen a la instalación en sus proximidades de una macrogranja de cerdos en explotación intensiva. Consideran, con razón, que ello representaría un lastre para su medio ambiente y contraponen el desarrollo económico que supone la apertura de la villa romana, que contemplan con aprecio y estiman poco invasivo para el entorno, con el grave deterioro medioambiental que traerán consigo los cerdos. Los pueblos no quieren ser los depositarios de todas aquellas actividades económicas que implican el deterioro de su paisaje y la contaminación de su aire y sus aguas, al mismo tiempo que se ven privados de servicios básicos esenciales. Pero está claro que los 14 habitantes de Noheda, ocho hombres y seis mujeres, van a tener poca fuerza en su reclamación, aunque la razón pudiera asistirles.

La despoblación de los pueblos tiene estas consecuencias. En vez de llorar, los catorce habitantes de Noheda podrían hacer otra cosa. Pero qué, si solo son catorce.


Fragmento del mosaico de la villa romana de Noheda.

2 comentarios :

Anónimo | jueves, septiembre 03, 2020 8:12:00 a. m.

Los carteles son magníficos. Ingenio 100 por 100 rural: las cabezas de los cochinos pintadas, la rima del primer cartel, lo del alcalde, el nombre del pueblo... Buenísimos. Ni en una película de Berlanga.

Anónimo | viernes, septiembre 04, 2020 2:31:00 p. m.

Los de Añora estamos rodeados de ganaderias de todo tipo y sabemos muy bien lo que es aguantar malos olores y moscas a miles. Para que cuatro familias se lucren tenemos que estar padeciendo y comiendonos todas sus mierdas el resto del pueblo (en su mayoria pensionistas y gente mayor). Y aqui nadie dice nada ni el ayuntamiento ni los partidos ni las asociaciones. Todo el mundo callado. De verguenza. No hay que irse a Cuenca.

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