Soportar este vacío
El Guijo es una buena muestra de lo que pasa. Durante un tiempo fue el único municipio de la provincia que no había conocido ningún caso de covid-19. Hoy presenta la tasa de contagio más alta de toda Córdoba. En la vertiginosa realidad cambiante de estos meses no hay certezas. Lo que hoy es seguro mañana ya no lo es, lo que comenzó siendo imprescindible hubo que abandonarlo enseguida, lo antes anecdótico ahora es sustancial. Los seres humanos no estamos acostumbrados a vivir de esta manera durante mucho tiempo y es posible que pronto comiencen a sentirse las consecuencias. Necesitamos verdades sólidas a las que aferrarnos para reafirmar nuestra propia consistencia. Pero no acaban de verse en el horizonte.
Sin darnos cuenta, estamos perdiendo todos los ritos. Hablo de ritos esenciales para la supervivencia. Los compromisos de identificación comunitaria (las fiestas, los usos sociales, las costumbres colectivas) resultan fundamentales para el mantenimiento de una identidad en la que reconocernos. Estamos cercanos a perder un ciclo completo de rituales (religiosos, paganos, agrarios, comerciales, familiares) y no sabemos cuánto tiempo más podremos soportar este vacío sin que ello signifique una ruptura profunda en nuestra vidas. Hay ahora como una ausencia que sobrevuela los pueblos en la que no se marcan eslabones que señalen el momento, cangilones en la eterna vuelta de la noria. Han desaparecido las muescas de la correa, los hitos terminales que delimitan un tiempo y alientan su renovación.
Corremos el riesgo de habituarnos a la frialdad de tanto alejamiento, al desapego de no aguardar puntos de encuentro que nos robustezcan y acabemos entregados al abandono y la desgana, final de todas las cosas.
5 comentarios :
Espero que estas prevenciones, Antonio, no se cumplan. Pienso en los periodos de guerra, en otras epidemias y en años de terribles hambrunas y calamidades. Salimos arriba poco a poco. Cuando la ilusión vuelve, vuelve también la necesidad de relacionarnos, de sentir el grupo otra vez, de apoyar un codo en la barra de un bar o una taberna mientras miramos al que entra. He oído decir que volveremos a vivir algo parecido a los "felices años veinte", tiempos de desmadre y de diversión colectiva. Lo que sí es cierto es que no seremos los mismos. Como no fueron los mismos los que volvieron a casa después que terminó la última guerra. Pero allí, en el arca, estaba la manta de las romerías. En el cercado el caballo y en el calendario el día del patrón o la patrona. Volvió a sonar la música. Los niños y niñas de postguerra, libres de aquella pesadilla, iniciaron con entusiasmo la remontada. Llevamos con esto un año y aquello fueron tres. Saldremos arriba.
Volvieron, pero ya no eran los mismos. Ni se encontraron con lo mismo que habían dejado. Todo cambió. Lo malo ahora también sería que nos acostumbremos a no encontrarnos, que hayamos aprendido a mirar de soslayo,...NO lo veo claro
Pasarán años hasta que se vuelva a vivir como antes. El ánimo personal es otro, a mi no me apetece quedar, miro con recelo al otro y evitó el contacto aún con los cercanos,echo en falta las reuniones sociales, de cumpleaños con la familia y celebraciones de fiestas pero por otro lado tengo miedo. El problema es que esto no se me pase y quede anclado en esta apatia social.
Para que todo cambie no hacen falta guerras o pandemias. La acción cotidiana del hombre hace que nada sea igual cada breves periodos de tiempo. Cuando esto pase, que pasarà, dentro de unos años nadie dirå que la pandemia lo cambio todo. Habrå sido solo una pesadilla. Lo que ahora pensamos esta condicionado por la influencia de la accion directa de la pandemia y por lo que es peor aún, hasta cuando va a durar esta accion directa que tanto nos afecta. Ahora estamos por como afecta a la navidad. Cuando pasen estas fechas comenzaremos a analizar como va a afectar al carnaval, a la semana santa, a las romerias... Y los augurios no son buenos, pero todo pasara y volveremos a ser lo que queremos ser o al menos lo podremos intentar, como hemos hecho siempre. Mientras tanto solo nos queda ser prudentes, atender los requerimientos de nuestras autoridades y a cuidarnos. Mis mejores deseos para todos de este humilde republicano y que en estas fiestas seáis lo mas felices posibles, asį como siempre. Felices fiestas para todos!!!SALUD Y REPUBLICA.
A los mayores les afectará más y a los jóvenes menos. A los niños y niñas apenas. Pasa como cuando muere alguien de la familia. Los mayores guardan o guardaban luto de por vida. Los más jóvenes, con la vida por delante, van rellenando más fácilmente el hueco. Para unos hay tiempo de reacción pues sus ilusiones y planes futuros le ayudan. Para una persona mayor, el tiempo perdido ya no se recupera. Se lo han robado. Eso es lo que yo pienso.
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