Arreglo de campanas
Colocación de una campana ayer en la parroquia de San Bartolomé de Pozoblanco [Foto: Parroquia de San Bartolomé].Las campanas de las iglesias constituyen un elemento muy significativo del patrimonio histórico y etnológico de los pueblos. Sus toques a lo largo de todo el día no solo convocaban a los oficios religiosos, sino que antiguamente marcaban el ritmo de muchas otras actividades en la localidad. Hoy todos tenemos relojes a mano para saber el tiempo al segundo, pero antes los distintos toques (de maitines, de ánimas, de ángelus, de vísperas) señalaban la hora incluso para las personas que trabajaban en el campo. Con toques de campanas se informaba de que algún vecino había fallecido (con distinta señal si era hombre o mujer) o de que había un incendio, para que todos acudieran en auxilio. A "toque de campana tañida" se convocaba a los concejos municipales, que inicialmente, antes de que se construyeran las casas consistoriales, se juntaban en las propias iglesias. A misa se llamaba con tiempo suficiente para que los convocados tuvieran tiempo de organizarse: un primer toque media hora antes del oficio, un segundo al cuarto de hora y un tercero al momento del inicio. Con repique de campanas se anunciaba cualquier acontecimiento gozoso para la población. Las campanas eran elementos sustanciales en la vida de la comunidad. Como tantas otras cosas, su importancia se ha ido perdiendo (ya incluso hay quien se queja porque le molesta el "ruido" que hacen), pero ahí siguen, como centinelas desde su altura.
En los últimos días hemos tenido conocimiento de la reparación de campanas en tres iglesias de Los Pedroches. En la parroquia de San Pedro de Villaralto se procedió el pasado 20 de enero al desmontaje de una campana de la torre para su restauración y reparación. En Pozoblanco, ayer mismo se recolocaron en su espadaña las campanas de la parroquia de San Bartomomé, a las que se ha dotado de un sistema electrónico para que toquen de forma automática. Y esta misma mañana ha sido repuesta en su torre el campanillo "Nuestra Señora de la Peña" de la iglesia de San Sebastián de Añora, que ha sido refundido pero que, al decir de la parroquia, sigue tañendo "con la misma singularidad y alegría de siempre".
3 comentarios :
Como me gusta escuchar el tañir de las campanas de mi pueblo, me suenan a pueblo. Que alivio cuando suprimieron el toque de campanas por la noche, dando las horas, en la ciudad donde vivo ahora.
Me encanta como repican las campanas avisándome, por ejemplo, de que va a salir el santo el día de la romería de mi pueblo.
Niño, has ido a la procesión?. No mama, que he estado repicando. Era finales de los 60, principios de los 70. El que esto escribe infinidad de veces subió al campanario a repicar a través de unas escaleras angostas. Una vez en el campanario, dar un salto a la bancada de ladrillo que te acercaba a la campana, agarrar los dos pequeños trozos de soga que pendían de cada badajo, dejar caer mi cuerpo hacia atrás para que la gravedad favoreciera el esfuerzo que requería golpear las campanas al unísono y siempre con unas decimas de segundo de intervalo entre el golpe de una campana a la otra. Al mismo tiempo un amigo tocaba el campanillo. Éramos dos amigos tocando tres campanas al mismo tiempo, produciendo un hermoso repique. A la espera, otros dos amigos para sustituirnos en intervalos de mas o menos un minuto. Esto se reproducía durante un periodo de aproximadamente 5 minutos tras los cuales procedíamos a un descanso en el cual fumábamos o bien un piper mentolado, un antillana dulce sin boquilla, o rex o un mencey si la bolsa había sido generosa o un ideales o celtas si la fortuna era escasa. Así hasta acabar la procesión, precisando que no en todos los descansos se fumaba. Gratos recuerdos de este humilde republicano que os desea a todos lo mejor en estos tiempos tan complicados. Salud y República.
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