Belalcázar solicita su inclusión en el Camino Mozárabe
Señalización del Camino Mozárabe hacia Monterrubio dentro de la población de Belalcázar [Foto: Ayuntamiento].El Ayuntamiento de Belalácazar ha hecho público un dossier, que ha sido enviado a la Asociación de Amigos del Camino Mozárabe de Córdoba y a la Diputación de Córdoba, solicitando la inclusión de su localidad en el itinerario del llamado Camino Mozárabe a Santiago. El documento denuncia que en la actual guía sobre el camino de Santiago a su paso por Córdoba, titulada Camino Mozárabe a Santiago. De Córdoba a Mérida, editada por la Diputación de Córdoba en 2012 bajo la autoría de José A. Fernández Enríquez e Isidro Rodríguez Rodríguez, se establece una etapa entre Hinojosa del Duque y Monterrubio (Badajoz) que no pasa por Belalcázar, a pesar de contar este pueblo con "señalización propia del camino, un albergue con el nombre Camino de Santiago, y sobre todo y ante todo, una Iglesia Parroquial, levantada en el S.XVI, bajo la advocación de Santiago Apóstol". El dossier se pregunta "por qué se deja a un lado de esta manera Belalcázar, cuando tiene el mismo derecho que Hinojosa del Duque o Monterrubio a ser Camino".
Los redactores del dossier argumentan con pasión refiriéndose al rico pasado histórico de la villa y a su notable patrimonio monumental, llegando a advertir que la inclusión de Belalcázar en la ruta vendría justificada por el trazado de la via romana 29 del Itinerario de Antonino, según lo estudiado por Ángel Delgado. En sostenimiento de su petición, se describen los abundantes equipamientos culturales y turísticos de que goza la villa e incluso se elabora una propuesta de reestructuración de la etapa que figura en la guía del Camino, todo ello con la intención de que "la localidad de Belalcázar quede incluida en ella y en todo tipo de propaganda (folletos, carteles, guías, videos promocionales, etc) del camino mozárabe de Santiago a su paso por Córdoba, para conectarse con la Vía de la Plata".
No cabe duda de que bajo esta legítima petición, además de los valores históricos y de identidad reclamados, subyace un interés de tipo económico sobrevenido por el reclamo turístico que, con el apoyo de las administraciones públicas, el Camino Mozárabe está comenzando a significar. Ya hace años nos referimos en Solienses a la novedad que suponía para Los Pedroches la existencia de este camino de peregrinos a través de nuestra comarca, del que nunca habíamos oído hablar. Luego supimos que se trataba de una creación artificiosa, puesto que el trazado original transcurría, a partir de Espiel, por Belmez y Peñarroya en lugar de por Alcaracejos e Hinojosa del Duque, y que el desplazamiento de la ruta original (con gran disgusto de las zonas afectadas) se había producido ante la imposibilidad de atravesar por caminos públicos la zona del pantano de Puente Nuevo, en el término de Villaviciosa y en la ruta entre Espiel y Villanueva del Rey.
Deseándole mucha suerte a Belalcázar en su reivindicación, no me resisto a realizar una última consideración. El Camino de Santiago, cualquiera que sea la ruta que se emprenda, supone una experiencia vivencial de primer orden mucho más vinculada a lo interior que a lo externo. Uno no decide realizar el Camino de Santiago para hacer turismo, para admirar el románico del norte o la arquitectura castellana de la Plata. Ni siquiera para disfrutar de los impresionantes paisajes que se atraviesan por cualquier rincón de la geografía española (los bosques navarros, las llanuras palentinas, las dehesas andaluzas y extremeñas). Uno acude al camino de Santiago para vivir una experiencia emocional incomparable, diferente a cualquier otra, en la que solo subsidiariamente tiene cabida la visita a un castillo o a un monasterio, y ello si te pilla directamente al paso y no te obliga a desviarte de la ruta ni siquiera unas decenas de metros. Hacer el camino es una cosa y la ruta turística otra. Son tensiones diferentes, planteamientos situados en los polos opuestos del aprendizaje y el encuentro con uno mismo. En esa ruta, los descubrimientos no están fuera, sino dentro. Quien lo probó lo sabe.
5 comentarios :
Las motivaciones para hacer el Camino de Santiago son tantas como individuos y no solamente para "vivir una experiencia emocional incomparable", es más, de las personas que conozco que lo han realizado los motivos han sido muy dispares, por deporte en bicicleta, por negocio creando grupos, gastronómicos, incluso para escapar una temporada de la familia. Hoy en día el Camino también son otras cosas. Que Belalcázar quiera formar parte de este Camino, más cuando es algo inventado como tal, me parece muy loable, sus derechos tiene para formar parte, como se recoge en el dosier que han presentado y defendido con la pasión del que se ve con razones y que ve injustificada su ausencia. Y si alguien quiere vivir la experiencia vinculada a lo interior, como dices, mejor que pase por Belalcázar
Buenos días. Belalcázar, villa con un enorme pasado histórico y monumental a sus espaldas, bien merece estar incluida en el Camino Mozárabe entre Córdoba y Mérida a su paso por los Pedroches, pues es puerta de entrada a Extremadura y tiene tan cerca a Monterrubio de la Serena, ya en Badajoz, como a Hinojosa del Duque, con la que comparte historia al haber sido villa integrada en las extensas posesiones del Condado de Belalcázar, con un patrimonio monumental y artístico más que notable, bajo el mecenazgo de los Duques de Béjar y Condes de Belalcázar. Más allá de si el paso por los Pedroches es o no el camino original, pues finalmente fue desviado a esta zona, es justo reconocer a Belalcázar el estar incluida en el trazado del Camino mozárabe, si lo están Hinojosa y Monterrubio, por todas las razones tan bien expuestas y argumentadas en el magnífico Dossier que ha elaborado el último Cronista de la localidad, según tenemos entendido. Belalcázar, como el resto de pueblos, cuenta con una trazado señalizado, susceptible de ser mejorado, pero ese trazado, a su paso por la Ermita de Ntra. Sra. de Gracia de Alcantarilla, patrona de Belalcázar, camino de la localidad de Monterrubio, se consolida como la mejor opción para poder admirar todo el bellísimo paisaje en torno al río Zújar, que merece contemplarse una vez que cualquier peregrino o viandante se detenga en la ermita. Respecto a la última consideración que nos expone el autor del blog, tengo que decir que el peregrino o viandante que se lanza a realizar el camino lo hace no solo por una búsqueda espiritual o para reencontrarse a sí mismo lejos del estrés diario, o simplemente desconectar, también lo hace para conocer el rico patrimonio histórico artístico en cada pueblo o ciudad dentro de la ruta elegida, que por cierto es de una magnitud y calidad inmensa, sin parangón en el resto de Europa. Hay por tanto, mucho de búsqueda y reencuentro, pero también de conocimiento del medio que nos rodea mientras se hace el camino, pues es mucho lo que confluye en el peregrino o viandante haciendo el camino. Al menos lo dice alguien que se ha lanzado más de una vez a realizarlo, solo y acompañado, y le ha cambiado la vida, tanto a nivel interno y espiritual como en su enriquecimiento cultural por la cantidad de monumentos y sitios de interés que ha podido contemplar, y no importa si están a solo unos metros o varios kilómetros. Si la ruta cada día está bien planificada (es recomendable una buena planificación previa), se puede hacer de todo. Esta es mi humilde opinión, y aprovecho para animar a cualquiera a hacer el Camino hacia Santiago de Compostela, cuando esté preparado (se recomienda una preparación previa física y anímica para afrontarlo). Estoy seguro por mi experiencia que esa persona al final comprobará y podrá saborear, una vez haya asimilado lentamente cada día y cada jornada, todo lo vivido en una experiencia así, inolvidable y necesaria. Y por supuesto, cuando la pandemia lo permita.
Antonio habla de una cosa y los demás hablan de otra. Quien planifica un camino está ya desvirtuando una de las esencias de esa búsqueda: la soledad, el recogimiento, el peregrinaje en pos de una ilusión o de una utopía. Casi un camino de penitencia. Para hacer un "viaje" de este tipo hay que ir solo. Porque lo que se va descubriendo es muy difícil compartirlo con nadie. Quizá tratemos de explicarlo a la vuelta pero nunca lo conseguiremos. Un viaje de este tipo es siempre algo iniciático. Sagrado. Solitario. Ir y regresar. Pero regresar diferente. Cambiado. Jesús se retiraba a orar solo. Ayunó solo. Moisés subió solo al monte. Cuando volvió ya no era el mismo. Había estado en la presencia de lo que no tenía nombre. Y solo circunstancialmente regresó con algo tangible: las Tablas de la Ley. ¿A quién le podía contar él lo que había vivido? Antonio habla de eso. Y le doy también la razón a los demás. Cada uno puede planificar su VIAJE como quiera. Y un Ayuntamiento debe aprovechar cualquier cosa para atraer turismo. Aquí no se engaña a nadie. Cada uno busca algo que le sea de provecho. Jasón buscaba el Vellocino de oro. Ulises, Ítaca. Ir y Regresar. El turista regresa con la maleta llena de recuerdos. El otro puede que regrese con las manos vacías y tan cambiado que, como a Ulises, cueste trabajo reconocerlo. Sin que nadie se enfade. Pero cada uno hablaba de otra cosa.
Luego nos molestará que algún guía turístico se invente o nos mienta en las explicaciones sobre cualquier elemento del Patrimonio Cultural que visitemos. Y aquí damos por buena la falsedad y engaño al visitante con tal de recibir viajeros.
Pues en alguna página de facebook de turismo, como la de Hinojosa, se dice que no se entiende Hinojosa sin el camino.... Cómo??
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